El boicot electoral; Cárdenas, Marcos y el Neozapatismo

Hace ya 21 años que un grupo de indígenas sorprendió a México y el mundo al tomar militarmente San Cristóbal de las Casas y otras ciudades chiapanecas.

Eran encabezados por el único mestizo visible del movimiento, el denominado Sub Comandante Marcos quien rápidamente logra la atención mediática. Pero el líder militar de la insurgencia indígena chiapaneca era mucho más que un simple líder guerrero; era además carismático, de buena prosa y sobre todo un líder visionario.

Un líder que vio o en su caso provocó la descomposición política del régimen y que alentó con su movimiento la movilización de la sociedad civil.

Pero además hace 21 años boicoteó las elecciones federales en su territorio de influencia y además creó municipios autónomos.

Veintiún años después de su irrupción, Marcos no se equivocó.

Veintiún años después del EZLN y de Marcos vemos propuestas de boicot a las elecciones intermedias de este año e incluso

Hoy el gobierno federal es un caos; –solo los funcionarios federales incluido el presidente Peña Nieto creen que esto no es así- donde los éxitos parlamentarios que permitieron las reformas estructurales son eso; éxitos parlamentarios que no tienen nada que ver con el ejercicio diario de gobierno.

Marcos apostó por la descomposición del régimen y al mismo tiempo por la irrupción final de la sociedad civil que se gestaba desde el temblor del 85 en la ciudad de México para instaurar un régimen de gobierno más democrático en México.

En ese sentido, no puede negarse el avance democrático en México sin la irrupción zapatista.

Lo que sucedió es que si bien el régimen casi colapsa, este tuvo la capacidad de regenerarse y aún ganar las elecciones con Ernesto Zedillo.

Lo que vino después fue un viraje hacia la derecha con doce años de administración panista. No hubo colapso del régimen, porque este para sobrevivir giró hacia la derecha con la alternancia partidista.

“Nosotros decidimos un buen día hacernos soldados para que un día no sean necesarios los soldados” dijo el Subcomandante Marcos en una carta a un niño de Baja California Sur: http://www.bibliotecas.tv/chiapas/mar94/05mar94.html.

Con ello explicaba que si la guerra contra el estado mexicano hubiera seguido corriendo sangre, hace 21 años el régimen no tuvo de otra, hubo que suspender unilateralmente la guerra. Pero no fue por decisión reflexionada por el régimen de Salinas de Gortari, el cese fue posible gracias a la movilización ciudadana.

Ya el régimen antes de Marcos y el EZLN, había tenido una experiencia similar con el Frente Democrático Nacional y Cuauhtémoc Cárdenas; pero en esa ocasión; el que la sangre no llegara al río, correspondió a Cárdenas y no al régimen.

En ese sentido, el primer encauce a los procesos democráticos en este país se deben al Ingeniero Cárdenas, le pese a quien le pese. Ante la cerrazón del régimen, en Cárdenas estuvo la decisión de pelear por la vía democrática.

Dos veces; en 1988 y 1994; el régimen político mexicano apenas dio concesiones y estas solamente de tipo electoral; con ello evitaba su colapso, prolongaba su agonía y estas solamente hicieron que nuestra democracia sea simplemente representativa.

Por eso, vemos elecciones que son legales, muchas veces imparciales, pero siempre desequilibradas. La oposición no tiene acceso a los recursos oficiales infinitos que tiene un candidato oficial en campaña.

Dos veces el régimen se negó a morir y se reinventó.

Dos veces se dejaron de tomar decisiones que abrieran el espectro político nacional a competencias electorales balanceadas, equilibradas, equitativas y también a atajar la corrupción.

Es decir a una necesaria transición política.

Hoy 21 años después de la irrupción zapatista, el régimen político mexicano está de nuevo experimentando un desastre generalizado.

Esto se debe a la indignación nacional provocada por los sucesos en Tlataya, Estado de México y en Iguala, Guerrero; pero también a los escándalos de corrupción y de tráfico de influencias en la administración pública federal.

El presidente Peña Nieto tiene una crisis de credibilidad -que prácticamente también es una crisis de legitimidad- como no se veía hace 21 años con Ernesto Zedillo; 85 por ciento de los mexicanos no le creen; y 52 por ciento lo rechaza.

Se agotan las alternativas de la democracia representativa mexicana

Hoy otra vez el régimen como hace 21 años se descompone.

Los zapatistas siguen resistiendo y la indignación nacional creciendo.

El problema es que a la democracia mexicana representativa se le agota el crédito y a los mexicanos se nos cierran las alternativas políticas, en este caso la electoral.

Hay ya gente, específicamente los mejores organizados para la lucha en este país –estemos de acuerdo con ellos o no- son el magisterio; ellos están pidiendo un boicot electoral.

Además hay mexicanos que ya no se sienten representados ni por el PRI, ni por el PAN ni por el PRD. Un síntoma se nota cuando el ciudadano de a pie dice “no voto por el partido, voto por el candidato”. En ese sentido, ni nos sentimos representados, no esperamos nada de los partidos políticos y estos además están perdiendo identidad.

Ello explica el boicot, pero además el hecho de que el mexicano quiere ser como cualquier otro ser humano de otro país, un sujeto con capacidad decisoria.

Si, el enemigo del régimen son las redes sociales porque ahí se expresa la indignación nacional.

Las redes sociales con el asunto de Ayotzinapa y Tlataya nos mostraron la indignación nacional y con ellas se le dio vuelta a la censura. Pero estas no nos describen más que una ruta de la información donde quien las usa decide lo que es verídico y lo que no es. Los mexicanos confiamos en las redes sociales y las usamos para el intercambio de información en esta crisis de Ayotzinapa.

Pero solo con las redes sociales y las movilizaciones sociales no se puede derribar al régimen.

Por eso es necesario reivindicar a Cárdenas, Marcos y el Neozapatismo; el primero de ellos detuvo los ímpetus del régimen de la represión masiva al elegir la vía legal para la lucha por la democracia en México.

Marcos y los Zapatistas pasaron de la resistencia civil iniciada por Salvador Nava en San Luis Potosí y los panistas en Chihuahua al boicot electoral y las propuestas de los municipios autónomos.

Ahora, quienes proponen el boicot electoral también proponen crear nuevos gobiernos populares: http://bit.ly/1wFqqbv

La pregunta es: ¿la ruta de la democracia mexicana ya no pasa por las elecciones?

El sistema político mexicano estará metido en un gran problema si cada vez son más mexicanos los que eligen en el futuro apoyar más y más boicot electorales si no se sienten representados por partidos políticos cuyos líderes; llámense gobernadores o presidentes de partido, postulan a candidatos sin arraigo y peor aún con oscuro pasado.

También lo grave no es solo que se boicoteen elecciones, porque a primera vista, quien gana es quien se presenta a las elecciones aún a pesar de un abstencionismo y boicot.

Lo grave es que el derecho al voto consagrado en la constitución como una herramienta para nuestra organización política; tiene ya una alternativa y esa son los gobiernos populares.

La alternativa es también sustentada en la constitución, específicamente en el artículo 39, donde dice que La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.

México se parte en dos, los políticos que están conformes con la democracia representativa y los que llaman al boicot electoral buscando una democracia más directa.

Pero el sistema político mexicano se sigue descomponiendo.

El régimen se niega a morir y no ve ni oye. Pero la elección de la vía legal por Cárdenas, el boicot zapatista y los municipios autónomos promovidos por el EZLN, son el primer antecedente de lo que hoy vemos.

Justo es reconocerlo, así hayan pasado 1 años.

Twitter: @GerardoCoutino

Correo: geracouti@hotmail.com