Definición de emoción

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Es una palabra que debe tomarse con tranquilidad. Es posible que al pronunciarla, sólo al pronunciarla, su significado se expanda como un alud de luciérnagas y provoque taquicardia. La palabra emoción es de esas palabras que, como dijera el tío Ausencio, “son puestas con mampuesta”. Hay palabras sosas (como bobo) y palabras luminosas. La palabra emoción hace que todo el cuerpo vibre como si fuese de agua y alguien trazara un círculo con el dedo sobre la superficie. Es una de esas palabras que comienzan a sentirse en la piel, pero que, instantes después, como paloma, están paradas sobre las ramas del alma.

De acuerdo con el diccionario, emoción es una variación del estado de ánimo. La persona que se emociona puede brincar de gusto o dejarse caer sobre la silla por un pesar. Tal vez la palabra emoción es tan llena de destellos por la sílaba final. Los emos son integrantes de tribus cuyas personalidades oscilan entre la timidez y la depresión. No sé si el término de emo tenga relación con la emoción, pero de lo que sí estoy seguro es que si los emos jugaran rimas con la última sílaba se alejarían de la “depre” al instante. Y es que el sonido de la palabra emociona porque la sílaba ción combina como combina la coca con el ron y un chorrito de limón (¡uy, qué mamón!) Todo lo que termina en ón impregna de emoción. El lenguaje sería un permanente “emo” sin la sílaba ón. Basta un ejemplo para ver como la sílaba ón imprime un tono de canción a la piedra más dura: no es lo mismo decir cabro que cabrón. Esta última palabra suena como cascabel, como escape de camión.

Los participantes del VI Congreso de la Fragilidad de la Palabra coincidieron en seguir estudiando el postulado del famoso lingüista Jorge del Rosal y Fragelo, quien insistió en decir que la sílaba ón es una sílaba onomatopéyica que proviene del ruido de los cerdos a la hora que hozan (en Comitán se dice que los cuches “hosean”, pronunciar: josean, que nada tiene que ver con las iniciales de un famoso político chiapaneco, ahora muy de moda). Por esto, la palabra emoción es como el eslabón entre el emo y la ción, por ello es la canción más hermosa que canta el deprimido. Y esto es el maravilloso puente que se tiende entre los opuestos. Por ello (¡ah, qué prodigio!) la palabra emoción es una palabra que se usa tanto para designar un ánimo de día de fiesta, como un ánimo de noche funesta. Emociona saber tal capacidad de una palabra que abarca tales extremos. Por ello, emoción es una palabra nube y a la vez una palabra tierra; es una palabra fuego y, al mismo tiempo, palabra hielo. Bendita palabra que hace que la piel se convierta en un volcán o en el fondo de un pozo oscuro y húmedo.

¿Qué actos causan emoción en las personas? Puede ser cualquier cosa, desde ver un avión supersónico hasta el cachondo caminado de un gusano en un pretil. ¿Han visto cómo caminan los gusanos que no saben a dónde van? Trepan por ramas y, a veces, se caen al piso. ¿Por qué los gusanos sólo se atarantan y no mueren en una caída libre de muchos metros? ¿Será que tienen un mecanismo que les impide emocionarse de más y con ello evitan un paro cardiaco? Ah, si pudiésemos ser gusanos, la emoción sería una simple rama de un simple árbol.