Chiapas y 2015
Por más que deseemos ser optimistas, el año que recién iniciamos no será fácil para quienes vivimos en Chiapas.
Nuestro difícil presente se configura por una clase política oportunista, ineficiente, bastante corrupta, encabezada por un mandatario adicto al Photoshop y a los infocomerciales, como bien consigna Jenaro Villamil, y por el otro, una sociedad cansada y poco participativa en los asuntos públicos.
Está hastiada y desilusionada porque ha constatado que todos los políticos y funcionarios son iguales.
Los políticos y funcionarios públicos luchan por su sobrevivencia. Para lograrlo buscan vincularse a grupos con futuro con el único recurso válido en estos tiempos: la lisonja a los jefes.
Pocos se atreven a decirle al gobernador, por ejemplo, que muchos de sus proyectos están encaminados al fracaso. Por el contrario, llueven las felicitaciones, “el bien hecho, señor” y “con usted Chiapas sí cambiará”.
Todo eso son espejismos. Parte del discurso para subastar puestos, diputaciones, presidencias municipales y parabienes hacia el futuro.
No es que no se deban reconocer los proyectos exitosos, pero lo que debe predominar en un gobierno es la autocrítica con un verdadero ánimo de beneficiar al pueblo chiapaneco y cambiar ese oscuro destino que parece inevitable.
Los hombres y mujeres que vivimos aquí nos corre un desaliento por todo esto que vivimos. Muchos, sabedores que da lo mismo a uno que a otra, subastan su voto al que oferta mejores condiciones: pago de transporte para el día de la votación, compra del sufragio o su canje a través de despensas.
Alzar la voz nos parece inconcebible: podría herir sensibilidades y desatar la ira de estos dioses terrenales que ahora nos gobiernan.
Solo cuando la ofensa es mucha, porque ya se ha perdido todo, es que algunos grupos protestan y reclaman sus derechos.
Pero una ciudadanía no debe ejercer su derecho únicamente en las manifestaciones, sino en el actuar diario mediante el respeto al ambiente y a la convivencia, lo que involucra no tirar basura, ceder el paso al peatón y al ciclista, un consumo responsable y el ánimo por cuidar nuestra flora y fauna.
Si en Chiapas ejerciéramos nuestra ciudadanía, con todas sus responsabilidades y derechos, tendríamos una mejor ciudad, mejores bosques y vialidades, y seguramente esos gobernantes, hechos al flashazo y en los anuncios comerciales, no estarían en los puestos de mando de un estado tan maravilloso como el nuestro.
Aún con todo el pesimismo, deseo que esos gobernantes y esa ciudadanía nos sorprenda en este 2015 para que hagan comerme, como decía Octavio Paz, todas mis palabras.
Sin lugar a dudas…Excelente reflexión para nosotros los ciudadanos.