Ayotzinapa en el peor de los escenarios posibles
Estamos a uno días del tercer mes de la desaparición de 43 estudiantes normalistas en Guerrero. En su caminar, búsqueda y coraje, familiares y estudiantes han llegado a Chiapas para encontrarse con el dolor del 17 aniversario de la Masacre en Acteal y en el Estado de México asisten el Festival Mundial para manifestar su dolor, su rebeldía, su rabia. Este día un diario informa de un gran operativo de seguridad con 20 mil efectivos para resguardar el DF y otro de federales para el resguardo de los corredores turísticos, centros comerciales, centrales camioneras, aeropuertos y salidas carreteras. En fin un Estado de Sitio simulado. Por su parte, la Secretaria de Gobernación avanza en el proceso para expedir la “clave de identidad”. De “seguridad nacional” el tema. La desaparición de los normalistas y el movimiento de los familiares y solidarios han sido enviados a páginas interiores.
Así las cosas y después de participar de las jornadas de solidaridad con los familiares de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, que se efectuaron en la Ciudad de Las Casas y atento a la información de lo que sucedía en Guerrero, en el entorno nacional y otras geografías, empecé a percibir que las movilizaciones no eran suficientes para tener de regreso a los estudiantes. Las grandes movilizaciones y muestras de solidaridad me parecían insuficientes para lograr el esclarecimiento de los hechos, la aplicación de la justicia a los autores intelectuales y materiales, y la renuncia de Salinas-Peña Nieto. Insuficientes para obligar al Estado mexicano a crear los mecanismos para evitar que hechos tan dolorosos se vuelvan a repetir.
Frente a más de un centenar de profesores-estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional – la mayoría de ellos con contratos de un mes para trabajar en las comunidades indígenas más apartadas de Chiapas-, afirmaba que la franja de la sociedad mexicana indignada en movimiento era muy delgada. Decía también que la Ingeniería Política del Estado mexicano había diseñado una Ruta con la que había resuelto políticamente el “caso Ayotzinapa”, que lo que seguía era cuestión de tiempo y publiqué el artículo: Ayotzinapa en la coyuntura. http://alainet.org/active/79449&lang=es
Después me enteré que el núcleo duro del movimiento en Guerrero eran los familiares y los estudiantes normalistas que contaban con cierto apoyo de los profesores. Que el entorno social era solidario pero no se manifestaba públicamente. Eso me explicaba porque los movimientos se circunscribían a Iguala, Chilpancingo y Acapulco. Luego alguien subió a la nube un mapa de los cultivos de amapola en esa entidad. Quedé impresionado de la enorme área que cubrían. Otro mapa daba cuenta de como 5 grupos criminales – escindidos del grupo de Beltrán Leyva-, controlan prácticamente el territorio de Guerrero. Esas situaciones explican el enorme silencio que rodeó la desaparición de 31 personas en Colcula en junio de 2013 y la inmovilidad del resto de los pueblos de guerrerenses después de la desaparición de los 43 estudiantes. Si todo se reduce a los padres y a los estudiantes, el dolor se prolongará por décadas, el mismo que padecen los familiares y sobrevivientes de la masacre en Acteal. Si los quiebran, todo habrá sido inútil…
Ayotzinapa está cercado.
De nada sirve que la costa de Guerrero se encuentra bajo la jurisdicción de la 27 Zona Militar, mientras que la Montaña es de la 35 zona militar. Menos si los militares se encuentran coludidos con las bandas criminales. Ayotzinapa está cercado, me repetí.
Ayotzinapa (del Náhuatl: río de calabacitas o tortuguitas) es una muy pequeña población del estado de Guerrero, prácticamente conurbada con la ciudad de Tixtla de Guerrero, cabecera del municipio del mismo nombre. Ayotzinapa es sede de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos. Tiene su origen en una hacienda de la que era dueño Sebastián de Viguri; en 1813 en Chilpancingo, José María Morelos y Pavón proclamó los llamados Sentimientos de la Nación, documento que impresionó hondamente a Viguri, especialmente aquella parte en la que llamaba a que «se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto.» Movido por ello, el 16 de septiembre de 1818 entregó parte de la hacienda de Ayotzinapa aun grupo de campesinos. Conservó otra área y el antiguo casco de la hacienda administrado, de tal manera, que con los productos y ventas de las cosechas se apoyó a los ancianos, enfermos e inválidos. Más tarde, esos terrenos pasaron a ser administrados por el Ayuntamiento de Tixtla de Guerrero. En el año de1931 los profesores Rodolfo A. Bonilla y Raúl Isidro Burgos solicitaron los terrenos para establecer en ellos la Escuela Normal que funcionaba en casas rentadas en Tixtla. El Ayuntamiento respondió favorablemente y destinó los terrenos a la construcción de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
El poblado se ubica en la zona centro de Guerrero y de acuerdo al Censo de Población y Vivienda de 2010 contaba con un total de 84 habitantes. Una localidad pequeña como lo es la ciudad de Tixtla de Guerrero. De acuerdo al conteo de 2005 la ciudad contaba con un total de 21 mil 720 habitantes.
Los estados ubicados a lo largo de costa del Pacífico Mexicano cuentan con décadas de historia en la producción de Marihuana. A ese cultivo se ha sumado el cultivo de Amapola. En 2012, en la sierra de Guerrero se producía el 98 por ciento de la amapola en el país. El cultivo y la producción de goma de opio ocupan a familias enteras que se encargan de sembrar las amapolas, cuidarlas y explotarlas. Obtienen unos 5 mil pesos mensuales, que son pagados por grupos de narcotraficantes locales. Aquí no llegan policías, solamente militares que destruyen cultivos ilícitos. http://www.jornada.unam.mx/2012/03/18/politica/002n1pol Ayotzinapa está cercado.
En octubre de este año La Jornada informaba que más del 60 por ciento de los cultivos ilícitos de amapola del país se ubican en Guerrero y que las ciudades de Iguala y Chilpancingo – capital del estado- , eran los principales centros de acopio de goma de opio que se produce en más de 35 zonas de Guerrero, en las cuales, la 35 Zona Militar lleva a cabo acciones de destrucción de cultivos ilícitos. En los dos últimos años el Ejercito federal ha decomisado mil 641 kilos de goma de opio y 3 mil 943 kilos de semillas de amapola. La Organización de Naciones Unidas refieren que en México, desde 2008, se duplicó el número de hectáreas de este cultivo ilícito, al pasar de 6 mil 900 hectáreas a 15 mil, y aumentar la producción de 150 toneladas a más de 325. En ese contexto, se han destruido 203 mil 83 plantíos de amapola, que abarcaban 28 mil 232 hectáreas de superficie.
Las fuentes consultadas refirieron que entre los municipios donde mayor número de cultivos de amapola se destruyen anualmente se encuentran Huitzuco, Mártir de Cuilapan, Telolopan, Apaxtla, Arcelia, Coyuca, Petatlán, Tecpan, Atoyac y Coyuca de Benítez. Iguala y Chilpancingo – como centros de acopio- se han convertido en puntos de disputa de los grupos criminales, entre otros: Guerreros Unidos, Los caballeros templarios, Cártel independiente de Acapulco, la organización de los Beltrán Leyva y el cártel de Sinaloa. (La Jornada, 29 de octubre de 2014)… Ayotzinapa está cercado.
Los narcotraficantes han estado utilizando menores de edad para que transporten la carga desde sus poblados hasta las zonas urbanas y con base en datos de la Presidencia de la República, entre diciembre de 2006 y 2010, en México se registraron 34 mil 612 fallecimientos de menores presuntamente relacionados con la delincuencia organizada. La mayor parte fueron en Chihuahua, 10 mil 135, y Guerrero, 2 mil 739. (La Jornada, 30 de octubre de 2014). Ayotzinapa está cercado…
Desde el 26 de noviembre y después el 19 de diciembre se manifestaron las diferencias en la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg), tanto que al congreso de la CNTE no asistieron las regiones Acapulco, Costa Grande, Centro, Norte y Tierra Caliente. Acusaron a su dirigente Ramos Reyes Guerrero de haber negociado a sus espaldas con la Secretaría de Gobernación (SG). Sólo acudieron representantes de las regiones Montaña (alta y baja) y la Costa Chica. (La Jornada, 20 diciembre 2014). Ayotzinapa está cercado.
Los padres de los desaparecidos y asesinados, y los estudiantes normalistas siguen firmes y participan en la compartición del Festival Mundial de las Rebeldías en el Estado de México, exigiendo la presentación con vida de los 42 normalistas desaparecidos. Ante más de 300 personas, Nardo Flores Vázquez, padre de uno de los desaparecidos, y Méndez Pérez hicieron un llamado a la población para que se sume a su lucha y ser parte de esta nueva revolución. “No le tengo miedo a ninguna represión por parte del gobierno; miedo le voy a tener a que la gente siga callada, pues estamos seguros que es un plan estructurado del gobierno federal”, señaló Nardo Flores. Insistieron en la necesidad de que el gobierno federal abra nuevas líneas de investigación que incluya la actuación del Ejército y del ex gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero, y advirtieron que se ha iniciado una revolución de carácter irreversible, encaminada realmente a cambiar la situación en el país.
En Chiapas, una delegación integrada por 14 personas, entre normalistas y padres de los desaparecidos, arribó a Acteal para participar en las actividades conmemorativas del 17 aniversario del asesinato de 45 indígenas, el 22 de diciembre de 1997. “Venimos para compartir nuestra situación e informar un poco lo que estamos viviendo como familiares, (…) la tragedia de Acteal es parecida a la nuestra, no tiene diferencias porque es el mismo Estado mexicano el que cometió ese asesinato hace 17 años(…) exigimos también la justicia para nuestros familiares caídos más los que están desaparecidos al día de hoy (…) nuestra exigencia al Estado sigue siendo la presentación con vida de los desaparecidos, que haya justicia para los cuatro jóvenes asesinados, la reparación integral del daño, que se abra otra línea de investigación en contra del 27 batallón del Ejército Mexicano (…) que se investigue al ex gobernador Ángel Aguirre Rivero y se le encarcele (…) también tiene responsabilidad. (…) el gobierno ha pretendido que se enfríe el tema de Ayotzinapa y que pierda interés en estos días festivos; ha hecho una campaña para que los ánimos se vayan bajando, pero nuestro ánimo está vigente y seguimos insistiendo en que se haga justicia, que se esclarezcan los hechos. Para nosotros no hay vacaciones, no hay Navidad ni Año Nuevo, estos días son de lucha.
Ahí están la firmeza de los familiares de los desaparecidos y de los estudiantes normalistas de Guerrero. ¿Cómo construir el mejor de los escenarios para Ayotzinapa? Ahí está el desafío para los movimientos solidarios. A los cercos de Ayotzinapa opongamos la Solidaridad.
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