Definición de canto
¿Quién canta? ¿Canta el pájaro o ese sonido de la montaña es la conversación del aire?
Según el diccionario, canto es “emisión de sonidos melodiosos con la voz, sea la de un hombre o la de un animal”.
Llama la atención que la definición de canto englobe a los hombres y a los animales. ¿Cuántos animales cantan? ¿A poco canta el cuch? ¿Sólo se llama canto lo que hace el cenzontle?
Las personas cantan por muchos motivos. Componen letras y las acomodan en esa compleja red de cinco alambres. Los hombres y mujeres cantan arias que parecen dictadas por Dios y también untan de mierda el oído de los escuchas cuando cantan canciones como las de Arjona. La cultura es así, es un columpio que va de una a otra orilla.
A mi papá siempre llamó su atención el nombre de una de las más excelsas cantantes de todos los tiempos: María Callas. Él decía que si alguien españolizaba su apellido se convertía en la más hermosa paradoja del mundo. Luego jugaba, imaginaba el momento en que el maestro pasaba lista y decía: “Callas María” y ella, en lugar de decir presente, respondía: “No me callo” y cantaba apenas el inicio de La Traviata.
Una respuesta muy común es: “yo no canto ni en el baño”. Pareciera que tal respuesta la dicta la costumbre de cantar debajo de la regadera, porque no creo que alguien cante en el baño mientras desfoga su cuerpo. ¿Qué desea significar dicha respuesta? Que alguien no es entonado y, por pudor y respeto, no canta a fin de evitar que el vecino pase un mal rato. Entonces, ¿por qué Enrique Iglesias (que pertenecería a ese ejército de hombres que no cantan ni en el baño) ofrece conciertos en donde asisten miles de espectadores? ¿Quién es el culpable: el que berrea por la paga o el que paga por escuchar?
¿Cómo se llama la fobia al silencio? En casa, Paty pone música en cuanto despierta. Así se la pasa todo el día. No tolera esa telaraña que teje el silencio. Escucha música de los setenta, de los tiempos en que estaba en la preparatoria, de los tiempos en que se reunía con su palomilla e iban a la disco y a paseos de campo. Se sabe que los amigos más entrañables se hacen en la primaria, secundaria o bachillerato. Ya luego todo es como un agregado que a veces huele a tamarindo podrido. De igual manera hay una edad en que uno se hace amigo de la música y de los intérpretes y de los autores. Quienes nacimos en los cincuenta crecimos con la música de Cri Cri (no sé qué escuchan los niños de estos tiempos) y tuvimos nuestros primeros enamoramientos con la música de los setenta. Cuando escucho algo de Roberto Carlos, por ejemplo, es inevitable que asome un pétalo de mi libro personal. (¡Ay, amores contritos, cómo me han “pusido”!)
Una voz como la de La Callas puede ser referente para acercarse a una definición transparente de canto. Claro que si alguien desea dejar de revolotear por las ramas y llegar directo a la cima debe acercarse al canto de Dios: ¡el silencio!
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