¿Por qué no funciona la construcción de Infraestructura en Chiapas?

También podríamos preguntamos por qué Chiapas ocupas el sótano de la economía nacional. La respuesta es que un elemento muy importante –aunque no el único- de nuestro atraso; es el desarrollo de nuestra infraestructura y el equipamiento.

Un primer aspecto para entender por qué en Chiapas somos enamorados de la infraestructura; que pensamos que resolverá todo y terminamos haciendo elefantes blancos por todos lados, es el desarrollo tardío de ella.

Recuerdo que en mi caluroso pero único pueblo costeño en donde nací, para llegar a clases a la secundaria técnica y después al Colegio de Bachilleres era un asunto bastante natural pasar por la zona de tolerancia, porque esta se encontraba más cerca del centro urbano que de los dos centros de educación a los que acudí.

Lo tardío del desarrollo de esta infraestructura, como en todas partes de Chiapas, México y del mundo; condiciona el desarrollo futuro, primero porque los centros educativos, los hospitales y cualquier otro desarrollo se encuentran lejos del centro de las actividades comerciales y los servicios, y esto eleva el costo del transporte y en segundo lugar; porque esta situación crea un crecimiento urbano anárquico.

¿En cuantos municipios del estado se repite esta situación?

La infraestructura es la parte física que tiene que estar moderna y en funcionamiento para que una economía local funcione. Es algo así como el conjunto de los elementos estructurales que bien organizados e interconectados, que hacen que un país o región se desarrollen. Carreteras puentes, infraestructura hidráulica, de salud, de telecomunicaciones, de electricidad entre otros aspectos que cuando son vistos como sistemas interrelacionados; proporcionan productos y servicios esenciales para permitir, mantener o mejorar las condiciones de vida de la sociedad

Es decir, la infraestructura debe mejorar las condiciones de vida y traer prosperidad al lugar, estado, región o nación donde se construye. Pero a Chiapas llegó con atraso, con todos los problemas que eso acarreó.

Andrés Aubry cita que el primer presidente de la república que vista Chiapas es Lázaro Cárdenas del Río; Eraclio Zepeda dice que antes de Álvaro Obregón ningún candidato presidencial hizo campaña en Chiapas y coincide con Aubry que Lázaro Cárdenas fue el primer presidente que visitó Chiapas.

La visita del general fue en 1940, el último año de su gobierno y 119 años después de que Fray Matías de Córdova declarara la independencia local y 116 años después del plebiscito en donde según las crónicas Chiapas dejaría de ser cabeza de ratón para convertirse en cola de león.

A partir de Lázaro Cárdenas y con los presidentes posteriores florecieron los nuevos ejidos en Chiapas, las escuelas, las carreteras y un sinfín de infraestructura necesaria, pero que llegó tarde.

Pero en Chiapas, a esa tardanza en la construcción de infraestructura se le suma el otro aspecto que es una constante en el desarrollo de nuestra infraestructura y equipamiento: las malas decisiones políticas que hicieron que nuestra infraestructura se convirtiera en una de las más caras del país por ineficiente.

Por ejemplo, a Puerto Madero, hoy Puerto Chiapas inicia su historia de infraestructura moderna a principios de los años 70´s (antes se llamaba San Benito) junto con el puerto Lázaro Cárdenas en Michoacán, ya que eran parte esencial del Programa de Puertos Industriales del sexenio echeverrista.

Lázaro Cárdenas es hoy uno de los puertos más importantes del país y Puerto Chiapas sufre etapas de abandono, hasta que en el periodo de Pablo Salazar Mendiguchía se le cambia el nombre que hoy ostenta, Puerto Chiapas.

A esto se le puede sumar los desaciertos en materia de aeropuertos, el de Llano San Juan, el de Terán, el Corazón de María en San Cristóbal.

En materia carretera, pocos se acuerdan del fiasco de la carretera a cargo del ejército mexicano que conectaría la región Frailesca con la Costa Chiapaneca, cuyo trazo se inició desde las dos regiones y el punto de convergencia que las uniría nunca se encontró, por lo que el proyecto fue abandonado.

También es necesario recordar el costo de la carretera Tuxtla-San Cristóbal, que seguramente es la única obra carretera en la historia de México a la que se le colapsa un puente en plena construcción.

A la tardanza en la construcción de infraestructura, las malas decisiones políticas que han hecho innecesaria, ineficiente, abandonada, muy costosa y por tanto sustituibles y de nueva cuenta vueltas a construir mucha de nuestra infraestructura, se le suma el hecho de que mucha de ella responde a otros intereses; por ejemplo la carretera transfronteriza.

De esta manera, en Chiapas, si los pueblos indios requerían desarrollo en lugar de represión, en la presidencia de Ernesto Zedillo se inaugura en Chiapas lo que en ese entonces se conoció como “la carretera más importante de la frontera sur”, infraestructura que tiene su origen en el plan de contención de la guerrilla centroamericana de los años 80´s, que se abandona cuando José López Portillo decide apoyar el plan de Francia de reconocer a los movimientos guerrilleros centroamericanos como fuerzas beligerantes y por tanto se abre la puerta a la negociación política del conflicto.

La irrupción del EZLN desempolva el proyecto militar, cuya construcción inicia en 1996 y se concluye en el 2000.

Sin embargo el asunto no para ahí. Anote usted el atropello, el despojo, la falta de transparencia y la imposición de proyectos.

En ese sentido, si en Chiapas hemos sufrido atraso en la construcción de infraestructura, malas decisiones políticas en su concepción, y que estas respondan a otros intereses; añada usted el despojo y la imposición.

Que es precisamente lo que quiere hacerse con los pueblos originarios de Chiapas en el caso de la supercarretera San Cristóbal-Palenque, donde podrá alegarse que traerá el progreso a esa zona, pero en contraparte; es innegable que significará un despojo a los pueblos originarios que no quieren desprenderse de su tierra.

Nunca el progreso, en ninguna parte del mundo se hace por imposición porque los costos sociales y políticos son enormes. En Chiapas el gobierno parece no darse cuenta de ello y esto inevitablemente traerá algún tipo de consecuencia.

El progreso debe ser incluyente, porque de lo contrario no es sustentable. Los indígenas defienden la tierra porque ella es la que garantiza la existencia colectiva de su raza, esa es su cosmovisión y es lo que los mestizos no entendemos.

Si se concreta el proyecto carretero, la administración gubernamental estaría repitiendo los mismos errores de sus antecesores que con atraso crearon infraestructura, que tomaron malas decisiones políticas y que cuando se hizo, esta respondió a otros intereses.

Si la visión de gobierno fuera más amplia, se debería estar desarrollando un plan alternativo para atender la negativa de las comunidades y no presionándolas como algunas de ellas han denunciado.

En Chiapas nada cambia, seguimos igual porque incluso la derrama financiera que significó la modernización de la capital, colapsó las calles, enardeció a la ciudadanía y no tienen para cuando terminar. El mismo daño nos hizo la falta de infraestructura, como la construcción al mismo tiempo de todo lo que nos falta.

Sin replantear lo que hemos hecho, lo que nos falta por hacer y el lugar que tenemos en un mundo y un México que se globaliza cada vez más, seguiremos a la cola del desarrollo nacional.

Rumbo es lo que necesitamos desde siempre.

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