Parque La Marimba, oasis sonoro
El Parque Jardín de la Marimba de esta ciudad conmemora 21 años de fundación, durante los cuales ha promovido los bailes y la música del instrumento tradicional que representa a Chiapas.
El parque musical que se localiza en el barrio céntrico de Guadalupe es lugar de encuentro y convivencia de lugareños y visitantes al compás de la música de las marimbas.
Este oasis sonoro es un espacio de preservación de las raíces culturales de los pueblos indígenas y mestizos de la entidad.
La música de marimba que surge de las maderas del hormiguillo, es ritmo alegre y contagioso que fortalece la búsqueda permanente de la armonía y la cohesión social.
Los festejos por los 21 años del Parque Jardín de la Marimba iniciaron con tocadas de grupos de marimba, antojitos y tamales típicos de esta región zoque de la región Centro de Chiapa
A estas actividades se integra El Museo de La Marimba con su acervo y visitas guiadas para conocer la historia y evolución del instrumento musical.
Las cinco salas del inmueble exhiben 27 modelos de marimbas, elaboradas con maderas de árbol de hormiguillo. Entre éstas la marimba del mecapal, que iba colgada al pecho y se utilizaba en celebraciones religiosas y fiestas comunitarias.
La marimba de hoyos con su teclado sobre dos horcones, es uno de sus aspectos más rudimentarios y la marimba de pumpos, o calabazas alargadas, de donde surgía la resonancia del instrumento.
El Museo de la Marimba, establecido también en el barrio de Guadalupe, es un espacio generacional de abuelos, padres e hijos. Asisten, por igual, personas mayores, jóvenes y niños, a recrearse con las audiciones diarias y los diferentes tipos de marimbas de Chiapas.
El inmueble alberga también una galería fotográfica de constructores y ejecutantes de la marimba, con sus logros y aportaciones a la música de maderas.
El Jardín de La Marimba es el único parque tradicional en Tuxtla Gutiérrez conocido en el país y algunos lugares del extranjero.
Es también el menos saqueado y alterado en su infraestructura, a diferencia de otros como el Parque Central, donde el gobierno de Juan Sabines Guerrero, se llevó hasta el kiosco mudéjar y las bancas de hierro con reminiscencias coloniales.
Un sitio también donde lamentablemente el riesgo surge por los problemas de sobrecarga y asentamiento que resienten algunos puntos de su plataforma.
El Jardín de la Marimba se mantiene inalterable desde su diseño y construcción, en los días del gobernador José Patrocinio González Garrido y el extinto presidente del ayuntamiento local Julio César García Cáceres.
Aquejada por los grandes males y agresiones de la obra pública, que desde hace meses padecen y sufren los tuxtlecos, el Jardín de La Marimba es de los poquísimos espacios de verdadero encuentro, solaz y esparcimiento.
El ciudadano que ha hecho del Parque de Las Maderas que cantan con voz de mujer su patrimonio físico y anímico, a todas horas, incluida la madrugada, confía que el avasallamiento de los trabajos de remodelación no lo toquen ni alteren.
Confían, con dejos de temores, que al Jardín de La Marimba no le toque la decapitación de sus jardineras y pasillos a cambio de las tremebundas letras MV de la egolatría propagandística inmadura y caprichosa. Que estas afiladas letras de hormigón no se alcen como cuchillas que corten de cuajo uno de las últimas reservas naturales , de armonía y refugio citadino
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