Los mercados y los desastres causados por empresas

Los problemas relacionados con el cambio climático y los desastres ocasionados por compañías están a la orden del día. Aquí nos referiremos a dos.

El primero es el ocasionado por  la petrolera British Petroleum (BP), la cual se declaró culpable de los cargos criminales relacionados con el derrame de petróleo ocurrido en 2010. El incidente en el pozo Macondo provocó el derrame de 4.9 millones de barriles en el Golfo de México durante 87 días y contaminó la costa estadunidense desde Texas hasta Florida, con lo que superó el desastre causado por la petrolera Exxon en Alaska en 1989.

El segundo es el del Grupo México, donde un tanque de almacenamiento de residuos químicos de la Mina Buenavista del Cobre, en Cananea, Sonora, derramó parte de su contenido y escurrió en aguas de los ríos Bacanuchi y Sonora. Se le ha considerado el peor desastre ambiental de la industria minera del país.

Veamos, someramente, cómo interpretaron los mercados ambos acontecimientos, más allá del romanticismo ecoambientalista, en el entendido de que en el mercado es una entidad abstracta donde los nexos entre vendedores y compradores son casi instantáneos, irregulares, a veces accidentales y lo único que interesa de la otra persona es su condición de comprador o vendedor (Valenzuela Feijóo, José. La “izquierda” al encuentro del irracionalismo romántico, en prensa).

Las gráficas están en precio por día, pero lo importante es la variación cuando ocurrieron las tragedias ambientales; en el caso de BP se desplomaron más del 30% el primer mes después del “accidente”. En las de Grupo México subieron alrededor del 1%.

Gráfica 1. Acciones de British Petroleum (Valor y volumen)

Gráfica 2. Acciones de Grupo México (Valor y volumen)

¿Qué nos indica el mercado? Nos revela información útil para entender qué leen. En el caso de British Petroleum se va a actuar y las pérdidas las absorberán los accionistas; hay que deshacerse de las acciones a la brevedad posible y caen. En el caso de Grupo México nos dice: no pasa nada. Se arreglará por la tremenda impunidad que hay en México.

Las multas: British Petroleum acordó pagar 4 mil 500 millones de dólares más, que se suman a las decenas de miles de millones ya abonados. El acuerdo judicial incluye una multa de mil 256 millones de dólares, la mayor multa en la historia estadunidense, dijo la petrolera… La compañía también destinará 525 millones de dólares para resolver las reclamaciones de seguros con los reguladores estadunidenses (La Jornada 16/11/2012). El gobierno ha obligado al Grupo México a crear un fideicomiso de 150 millones de dólares para resarcir el daño que han sufrido miles de pequeños agricultores por el derrame de 40,000 metros cúbicos de residuos tóxicos en los ríos Bacanuchi y Sonora, al norte de México (El País 18/09/2014). Esa compañía es también la responsable de la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos. El dueño es Germán Larrea, el segundo hombre más rico de México y quien se considera un millonario esquivo, del cual se conoce poco. El País de España publicó un artículo que denominó: “El magnate mexicano más esquivo”. El magnate tiene pleito con Televisa porque quiso incursionar en una cadena de televisión digital abierta y era parte del Consejo de Administración de Televisa.

Como se puede observar la reacción del gobierno es diferente. En Estados Unidos los del gobierno dijeron: “No vamos a quitar la bota del cuello de British Petroleum hasta que limpie este desastre” y vinieron multas multimillonarias. En el caso mexicano, el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan José Guerra Abud, pidió “no satanizar a la minería por lo ocurrido” y se creó un fideicomiso modesto ((imaginen el tamaño del “chayote” para esa declaración). Dos varas muy diferentes de medir un mismo problema y dos formas de leer en el mercado: en uno de desplomaron las acciones y en el otro las señales son inequívocas, no pasa nada, gracias al capitalismo de amiguetes que prevalece en México como dijo el premio nobel de economía, Joseph Stiglitz, cuando se refería a que en ciertos países en vías de desarrollo iban surgiendo una élite de ricos (muchos de ellos amigos entre sí) que acaparaban todo mientras la mayoría de la población se quedaba en la desesperanza y en la pobreza.