El «vicegobernador» de Chiapas
Los chiapanecos sufrimos el infortunio de vicegobernadores foráneos. Han venido del Distrito Federal, de Baja California, de Michoacán y, el más reciente, de Veracruz. Traen a su gente, desfalcan, arman su itacate y se marchan locos de contentos con un cargamento verdaderamente valioso.
Con Pablo Salazar los vicegobernadores que se alternaron en el cargo fueron César Chávez Castillo y Amador Rodríguez Lozano, quienes operaron las tareas políticas del gobernador.
Juan Sabines Guerrero impuso como hombre fuerte en el estado a Nemesio Ponce, una persona siniestra, cuyo mérito fue atender al ex gobernador en sus problemas médicos y adictivos.
Ahora, el hombre de confianza de Manuel Velasco Coello es Javier Octavio Herrera Borunda, hijo del exgobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán. Él decide, manda, impone y opera.
La característica de los vicegobernadores es que no han ocupado cargos ostentosos. Se conforman con ser subsecretarios o asesores, pero todos los funcionarios de primer nivel saben con quién deben hablar y a quién obedecer.
Desde la penumbra, casi desde el anonimato, mueven los hilos de la política local, diseñan leyes, reparten bendiciones, ordenan, regañan, despiden y hablan al oído al gobernador.
Sus intereses los lleva a pelearse a veces con los mandatarios. Pierden el poder momentáneamente, pero regresan, no se resignan a verse fuera de la nómina y de la influencia palaciega. Nemesio se vio incluso arraigado, incomunicado, pero retornaba al lado de Sabines.
Javier Octavio Herrera Borunda, el hombre de las mayores confianzas de Manuel Velasco, fue decisivo para obtener apoyos en la larga campaña de El Güero. No fue raro por eso que se convirtiera en coordinador cuando se lanzó a la gubernatura.
Egresado de la Universidad Iberoamericana, de la misma edad de El Güero, Javier Octavio fue vinculado a las empresas constructoras con que su padre realizó negocios con Sabines.
Escándalos no le han faltado. En Veracruz, su ex pareja lo acusa de haber falsificado el acta de nacimiento de su hijo Emiliano, quien sufre de trastorno generalizado de desarrollo.
La falsificación tuvo como propósito perjudicar a su ex pareja para que no reclamara la paternidad. No logró su objetivo porque pruebas de ADN confirmaron que es padre del menor.
No obstante esas evidencias, de acuerdo a los testimonios de su ex pareja, se ha negado a apoyar a su hijo, mucho menos a pagar el tratamiento médico que recibe en Monterrey o trasladarlo a Estados Unidos, como ha sido sugerencia de los médicos.
El vicegoberador de Chiapas buscaba una diputación federal por el XVII distrito con sede en Cosamaloapan, Veracruz, y con ese fin creó la asociación Papel Social, con incidencia en la cuenca del Papaloapan.
Pero ante la protesta y la movilización de grupos políticos afectados por su padre, ahora ha puesto sus ojos en algún distrito de Chiapas. Por lo pronto ha dicho que no contenderá por ninguna diputación en Veracruz, pero ha dejado abierta la puerta para que El Güero lo impulse a una diputación en nuestro estado.
Si logra su propósito será el primer vicegobernador en retirarse a la mitad de la fiesta para proyectarse en el escenario nacional.
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