Tuxtla Gutiérrez, ciudad fallida dentro de un estado fallido

 

Atrapados

 

Claxonazos, gritos, histeria total y desesperación se ha sentido en los últimos días en Tuxtla; por supuesto que ya llevamos un buen tiempo así, pero está claro que los problemas de vialidad se han incrementado. Lo han hecho en buena medida porque al colapso de la ciudad con las obras mal planeadas, se le ha sumado el hecho de que los ciudadanos han comenzado como nunca antes a bloquear vías de comunicación.

Un verdadero caos que parece no importarle a la clase política estatal, que a cuentagotas sale a defender el proyecto y el discurso oficial; pero una parte verdaderamente sorprendente del viacrucis diario tuxtleco es que el representante de la comuna, es decir el presidente municipal y la estructura del ayuntamiento, tenga tan abandonados a quienes directamente tiene que atender, por quienes se debe.

Tuxtla y la indiferencia de su presidente municipal deben de ser un caso para Ripley en todo el país, puesto que el día primero de octubre cumplirá dos años de ni ver ni oír a sus gobernados.

 

Dos años que no, no son para el olvido, son para recordarlos siempre como un ejemplo de falta de compromiso ético y moral de quien está obligado a servir a los demás, sencillamente porque esa es la vida profesional que eligió: la del servicio público.

Colonias enteras no tienen luz eléctrica ni agua por semanas, prácticamente no hay colonias sin problemas de baches y como ya se sabe, a esto se le puede sumar la ocurrencia gubernamental de realizar obras al mismo tiempo, las cuales estrangularon a una ciudad de por si herida.

Es como si los tuxtlecos viviéramos en un estado de guerra permanente, pero como esta no existe; entonces vivimos en una ciudad fallida o en todo caso un gobierno fallido.

Recibe este nombre porque a pesar de que no es un país, es una ciudad que cumple algunas de las condiciones para ser considerada así:

 

  1. La falta de credibilidad la autoridad -que es legítima- para tomar decisiones colectivas
  1. La Incapacidad para prestar servicios públicos eficientes
  1. El desarrollo económico desigual
  1. La Pobreza, agudo o grave deterioro económico
  1. El deterioro progresivo de la infraestructura urbana.

El problema adicional para los tuxtlecos es que no parece que exista empatía entre el gobierno estatal y el municipal.

Es decir, no hay ayuda posible para la ciudad por asuntos de proyectos políticos encontrados y diferentes.

Ahora bien: ¿Será posible ver un escenario de empatía política entre el gobierno local y el estatal?

La respuesta no puede ser positiva. No puede ser posible una cooperación efectiva, porque el aparato gubernamental estatal anda también en las mismas.

 

Salvo por la enorme publicidad manejada, la presencia en los medios de comunicación tradicionales, -controlados por el gobierno- la pinta de cualquier espacio posible del color institucional y del obvio arrastre de masas que el gobierno y sus organizaciones afines logran con la entrega de despensas a un pueblo necesitado; prácticamente es imposible encontrar por el momento, un éxito a la administración actual.

Hay omisiones en las cuestiones de salud pública, agravios y casos de corrupción documentados pero no castigados, no hay empleo.

Ni pensar que el grupo político actual diseñe programas y proyectos con visión de futuro. Ni soñarlo porque no pueden ni administrar las crisis que se acumulan y acumulan.

Deberían de tener presente que el desarrollo no se logra gastando recursos, o ¿En algo ha ayudado a Tuxtla Gutiérrez la derrama de recursos que se autorizaron para las obras que se están realizando?

El desarrollo se logra gastando recursos sí; pero con visión, de lo contrario significa un retroceso doblemente costoso financieramente hablando y doloroso en materia social.

El gobierno estatal es fallido o débil por esas razones, y lo que es peor; no representa garantía de alivio a las penas de los tuxtlecos.

 

Paradoja

 

 

No hay garantía porque el aparato político burocrático cayó en lo que se conoce como la paradoja de Abeline, que sucede cuando existe una situación donde un grupo de personas acaba haciendo algo que ninguna de ellas desea hacer de forma individual.

 

Es decir, es casi cien por ciento probable que los ingenieros y expertos en obras del gobierno del estado, estaban en contra de realizar en la capital tantas obras al mismo tiempo, de igual forma; los economistas expertos en planeación del presupuesto seguro sabían que la abundancia de recursos y aparte mal empleados- también a la larga empobrece como la falta de ellos si no se saben utilizar.

Al final de cuentas, viendo los resultados, seguramente los expertos que debieron oponerse a las obras, en este momento se encuentran buscando justificar presupuestalmente la política del gasto utilizado en las obras mal planeadas.

 

¿De quién fue la idea de realizar tantas obras al mismo tiempo?

¿A quien le faltó la preparación académica o la experiencia política o el sentido común para tener la ocurrencia de estas obras?

La ocurrencia fue demasiado lejos; colapsó la ciudad, le restó competitividad, la alejó del turismo, de las inversiones directas y además enardeció a la ciudadanía; todo esto se logró con una decisión equivocada que costará mucho resarcir.

 

Si la política, los políticos y los gobiernos fallan; solo quedamos los ciudadanos.

Hagamos valer la ciudadanía. Tuxtla merece que luchemos por ella desde cualquier trinchera.

Volvámonos todos activistas de la ciudad.

 

Twitter: @GerardoCoutino

Correo: geracouti@hotmail.com

3 Responses to “Tuxtla Gutiérrez, ciudad fallida dentro de un estado fallido”

  1. Héctor Salazar
    9 diciembre, 2015 at 12:44 #

    Muy buena y argumentada crítica, sin embargo a un año de su redacción, aun padecemos la terrible impotencia de nosotros como ciudadanos y contribuyentes, ante la total ineficacia, corrupción, pésima planificación y un marcado retroceso en el desarrollo de verdadera e impactante infraestructura que requiere nuestra ciudad, prueba de ello el centro de Tuxtla Gutiérrez, un total fracaso, un asco, basura, prostitución, delincuencia, es hoy en día, un mercado público, a semejanza de aquellos países africanos de las características y peculiaridades siempre conocidas en el mundo. Pero que se puede esperar si el goberador mismo es puto, y toda la recua de maricones que le acompañan en su gabinete, chinguen a su madre putos culeros!!! mueran hijos de perra cobardes y traidores!!!

  2. Omar Sanchez
    30 agosto, 2014 at 12:35 #

    Buenas palabras que todos sabemos pero pocos decimos, falta unidad en el pueblo para reclamar lo que por derecho nos pertenece: un buen gobierno con cuentas claras!

  3. William Ordoñez Ruiz
    28 agosto, 2014 at 0:15 #

    Excelente Nota…

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