Los derechos sexuales, también son derechos humanos
Para hablar de los derechos sexuales, primero es necesario comprender cuál es la importancia de la sexualidad. De acuerdo a una consulta convocada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS) la sexualidad es una dimensión fundamental del ser humano que está “basada en el sexo, incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la reproducción. Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales.”
La sexualidad y el bienestar sexual son componentes integrales de la salud y el desarrollo. Todas las personas somos intrínsecamente sexuales, y el desarrollo sexual evoluciona durante la infancia y la adolescencia, manifestándose durante el resto de las etapas de la vida. Para que la salud sexual se logre es necesario que los derechos sexuales de las personas se reconozcan y se garanticen. Los derechos sexuales son derechos humanos y se encuentran en un proceso permanente de evolución. Los derechos humanos son aquellos principios que se consideran universalmente como protectores de la dignidad humana y promotores de la justicia, la igualdad, la libertad y la vida misma. Dado que la protección de la salud es un derecho fundamental de las personas, es evidente que la salud sexual conlleva derechos sexuales.
Los derechos sexuales son reconocidos y apoyados por varias conferencias e instrumentos internacionales de derechos humanos, tales como la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1994), la Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres (Beijing, 1995), entre otros. En el ámbito internacional, la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF por sus siglas en inglés), en 2008 publicó el documento llamado los “Derechos Sexuales: Una declaración de IPPF . Por su parte, en México se emprendió la Campaña Nacional Hagamos un Hecho Nuestros Derechos, de la cual surgió la Cartilla Nacional por los Derechos Sexuales de las y los Jóvenes avalada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y más de 160 organizaciones.
Ahora, ¿qué significan los derechos reproductivos?
significan el reconocimiento del derecho básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y a disponer de la información y de los medios para ello, así como el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva. También incluye el derecho a adoptar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones o violencia, de conformidad con lo establecido en los documentos de derechos humanos.
Así lo establece el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1994) que México suscribió.
La autonomía reproductiva está fundamentada en varios derechos humanos, entre ellos: a la libertad e integridad personal, a la privacidad, a la protección de la salud, a planificar una familia, a disfrutar de los beneficios del progreso científico, a la libertad de pensamiento y conciencia, al acceso a la información y a la educación. Toda persona en México tiene derecho a decidir sobre cuestiones vinculadas con su reproducción, desde tener hijos hasta no tenerlos, desde acceder a métodos anticonceptivos.
Uno de los retos para el adelanto de las mujeres son los altos índices de embarazos en la adolescencia. Se han identificado algunos determinantes sociales que favorecen el embarazo temprano, no deseado y no planeado en la adolescencia, tales como:
• la baja escolaridad,
• la poca expectativa de desarrollo educativo o laboral,
• la marginación socio-económica, entre otros.
Sin embargo, cuando una adolescente se embaraza sin preverlo, su vida cambia drásticamente y por lo general se ve obligada a:
• abandonar los estudios,
• pierde las redes de relaciones sociales
• con frecuencia sufre rechazo familiar o el abandono de la pareja,
• y su condición socioeconómica es severamente afectada.
Esta situación de condiciones determinantes para el embarazo temprano así como las consecuencias de ello, se convierte en un ciclo que afecta las dinámicas familiar y social en nuestro país así como las oportunidades que tienen las mujeres y hombres jóvenes en su trayectoria de vida y desarrollo personal.
En un embarazo adolescente, la salud y la vida de la joven así como el producto, enfrentan riesgos adicionales: hay mayor probabilidad de presentar complicaciones médicas durante la gestación y el parto, tales como anemia grave, preeclampsia y parto prematuro.
¿Sabes cuáles son los índices de embarazo adolescente en Chiapas?
de esto y más hablaremos la próxima semana.
Fuentes bibliográficas
andar. (2014). Alianza Nacional por el Derecho a Decidir http://andar.org.mx/cms/
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