Crímenes de guerra en Palestina
En clases de Derecho Internacional Público los estudiantes suelen confrontarme poniendo en duda la eficacia de las normas jurídicas internacionales dado que carecen de la posibilidad de imponerse por la fuerza. Mi respuesta, no muy convincente, en defensa del Derecho Internacional, es que cada vez son menos los Estados nación que incumplen con las normas internacionales.
Analizamos y discutimos el papel de la Organización de las Naciones Unidas en el genocidio en Ruanda (1994), el rol de Estados Unidos en el concierto internacional, y la política de Israel frente a Palestina. Sospecho que ahora los estudiantes tendrán más fuertes argumentos e irrebatibles imágenes para alegar la escasa eficacia del Derecho Internacional.
Las imágenes y las cifras desde Palestina resultan dramáticas: más de 600 personas muertas y cerca de 2 mil heridas a consecuencia de los ataques israelíes sobre la Franja de Gaza, y el 70% son civiles, es decir, personas no vinculadas a las partes en conflicto. El número de personas civiles muertas también sugiere que los ataques fueron dirigidos sobre objetivos no militares, como casas habitación o escuelas. Según Human Rights Watch se han lanzado más de 500 toneladas en explosivos, misiles, bombas y fuego de artillería.
Más allá de las razones por las cuales se producen los ataques o enfrentamientos entre fuerzas opositoras, tales encuentros se rigen por normas del Derecho Internacional Público que regulan el uso de la fuerza, los métodos de guerra, armas utilizadas y protegen a los civiles que no toman parte en los conflictos. La rama del Derecho Internacional aplicable a conflictos armados internos o internacionales es el Derecho Internacional Humanitario, y las normas internacionales aplicables a los conflictos armados son los Convenios de Ginebra y sus protocolos.
La violación de las leyes humanitarias previstas en los Convenios de Ginebra configura el crimen de guerra, sancionado por el Derecho Internacional. Otros crímenes internacionales que podrían presentarse es el Crimen de lesa humanidad y el genocidio. Ambos implican ataques sistemáticos dirigidos a población civil, pero difieren en que el último conlleva la intención de exterminar a una población o parte de ella.
Israel lleva décadas violando las normas internacionales, violando los derechos humanos y cometiendo crímenes en contra de la población palestina. A fines de 2003 pude constatar directamente lo antes dicho, al formar parte de una Misión Internacional de Investigación que visitó Israel y Palestina para indagar sobre las violaciones a derechos humanos en contra de activistas palestinos.
Desde entonces los integrantes de la Misión observamos ataques militares israelíes sobre objetivos civiles, ataques, incluso a personal de la Cruz Roja Internacional, tortura y encarcelamientos injustos a civiles palestinos, entre otros.
Entonces, como ahora, resulta urgente la reacción inmediata de la comunidad internacional. La ONU debe tomar medidas urgentes para frenar los ataques israelíes, proteger a la población civil, atender a los refugiados, y sentar a las partes en la búsqueda de un arreglo pacífico.
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