Se tambalean los pilares de la economía mexicana
Una de las tres características principales de le economía mexicana es su participación en la división internacional del trabajo como un país productor de petróleo.
La otra es su cercanía con Estados Unidos, –la nación más rica y desarrollada del mundo- lo que lo hace ser un país que produce lo que su vecino rico necesita; en este caso numerosas manufacturas.
La tercera es su profunda desigualdad, ya sea entre regiones o entre las personas; siendo esto último un lastre que las políticas públicas mexicanas no han podido corregir por una especie de círculo vicioso: no crece la economía porque no puede distribuirse bien la riqueza y no se distribuye correctamente la riqueza mexicana porque la economía no crece.
El petróleo
Sin embargo, este paradigma histórico está a punto de cambiar por lo que las dos primeras características de nuestra economía -petrolera y manufacturera- pueden transformarse, prevaleciendo solo el lastre histórico y social de la desigualdad por otras generaciones venideras.
La revolución petrolera del “fracking” ha reducido drásticamente la dependencia petrolera americana del exterior, llámese petróleo árabe, venezolano o mexicano. Hoy las exportaciones americanas de petróleo han bajado 40 por ciento y al ritmo actual, se espera que dentro de seis años sea el mayor productor de crudo del mundo, que sea autosuficiente en el 2025 y el mayor exportador de crudo para el 2030.
¿Qué futuro le depara a México con el escenario donde su principal cliente petrolero puede dejar de comprarle petróleo?
Posiblemente -como tal parece que sucederá- en aras de la modernización petrolera para no perder el gigantesco mercado americano, se termine entregando nuestro petróleo a la voracidad de las empresas petroleras americanas.
La otra opción significa defender la soberanía petrolera y buscar otras opciones de mercado, por ejemplo el gigantesco mercado chino y también el hindú.
Lo más fácil para nuestros dirigentes es lo primero, pues el modelo neoliberal -que es el que permea la ideología política de la clase gobernante- busca la integración económica, plantea el libre comercio entre socios y se conforma en bloques que compiten contra otros.
Lo difícil sería lo segundo puesto que significa desarrollar tecnologías -donde tenemos un atraso enorme- invertir más recursos en PEMEX y explorar nuevos mantos.
La pregunta que salta: ¿Por qué nunca se preocupó el gobierno nacional en invertir para mejorar la infraestructura y la investigación petrolera?.
Hoy pagamos ese costo.
Las manufacturas
De la mano con la cercanía del mercado americano, las mercancías mexicanas son competitivas. Tan pronto como se firma el TLC, el acceso al mercado americano le abrió un enorme mercado a las manufacturas mexicanas.
Si el 80 por ciento del total de nuestras exportaciones van hacia Estados Unidos, las manufacturas son el 80 por ciento de nuestras exportaciones totales y el petróleo solo 20. Además el 78 por ciento de las exportaciones manufactureras van hacia Estados Unidos.
Hoy México le gana terreno a China en la disputa por el mercado americano, en base a dos ventajas comparativas; el nivel de los salarios y el costo del transporte. Pero básicamente somos líderes en producción de televisores, en fabricación de smartphones, en manufacturas para la industria aeroespacial, somos exportadores de automóviles y sus autopartes y exportador neto de instrumentos médicos.
El problema para las manufacturas mexicanas es que en estos momentos, también existe otra revolución tecnológica a la par de la transformación del mercado petrolero americano; estas son las impresoras de tercera dimensión que cuando se perfeccione y masifique su uso se prevé que reconfigure las líneas de producción.
En otras palabras, las tecnologías de impresión que permitirán reproducir todo en un futuro, lo más seguro es que signifique el fin del actual sistema de producción porque desde su hogar, el consumidor podrá moldear a su gusto el producto de su preferencia o en su caso pedirlo directamente a la fábrica de acuerdo a su gusto.
El camino
El cambio en el paradigma petrolero norteamericano implica que también en México existan cambios, habrá que tener presente la increíble carga fiscal mexicana hacia PEMEX por lo que es necesario una auténtica y profunda reforma fiscal que amplíe la base tributaria.
Ese tipo de reforma fiscal es lo que realmente necesitamos, sin embargo el gobierno federal otra vez se va con la más fácil: cargar más tributos fiscales al contribuyente cautivo.
En el caso de las nuevas tecnologías la estrategia es clara; se necesita la creación y preparación de trabajadores que dominen las nuevas tecnologías para que sea personal altamente capacitado. Pero otra vez no logramos comprender lo que verdaderamente se requiere; puesto que son numerosas las instituciones de educación superior que siguen preparando profesionistas en carreras tradicionales que nada tienen que ver con lo que el mercado de trabajo necesita.
La desigualdad
En esas condiciones, abatir la sempiterna desigualdad mexicana no parece que sea posible, no solo la desigualdad entre personas, también la regional que incluso parece que se arraiga más.
Por ejemplo en el último reporte del Banco de México respecto al comportamiento de las economías regionales en el periodo enero-marzo de este año, se refiere que la Región Sur, integrada por los estados de Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, es la región de peor comportamiento económico del país.
Lo peor es que la región –incluida Chiapas- no participa en ninguno de los motores económicos que mueven a la economía mexicana como lo demuestra la siguiente gráfica.
Como se ve, el mayor potencial de desarrollo se encuentra de la región centro del país hacia el norte, donde además la industria se agrupa en clústers, lo que ahonda la desigualdad con el sur donde no se cuenta con este tipo de industria.
Por eso lo que necesita el estado de Chiapas es una política pública que impulse el equilibrio regional, que nos dediquemos a ofrecer educación tecnológica y que se tenga claro el camino que el estado debe de seguir.
De no ser así la desigualdad será la marca permanente de México, de la región Sur y de Chiapas y el mundo donde las nuevas tecnologías dominen será visto como a años luz de Chiapas.
Lo que será seguro es que si se tambalean los pilares de la actual economía mexicana, en Chiapas lo que veremos es un sismo económico de magnitudes bíblicas.
Si a nuestros gobernantes no les interesa el futuro a los ciudadanos si les interesa, porque como dirá Woody Allen, es el sitio donde pasaremos el resto de nuestra vida.
Twitter: @GerardoCoutino
Correo: geracouti@hotmail.com
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