Las élites chiapanecas y la economía del atraso

Me gustaría comenzar parafraseando a Pío Baroja, escritor español de la Generación del 98, para referirme a las élites chiapanecas y su relación con nosotros, los de a pie, o quienes formamos otro tipo de elitismo, el académico, si se puede considerar así, pero no puesto al servicio de una causa del oprobio. Se puede decir:

“En Chiapas hay siete clases de chiapanecos…, sí, como los siete pecados capitales. A saber:

1. Los que no saben.

2. Los que no quieren saber.

3. Los que odian el saber.

4. Los que sufren por no saber.

5. Los que aparentan que saben.

6. Los que triunfan sin saber.

7. Los que viven gracias a que los demás no saben.

En esa época Miguel de Unamuno y Benito Pérez Galdós aplaudieron a Baroja en relación con los españoles, sobre todo por el último punto que dice: “Los que viven gracias a que los demás no saben.” (Carlos Ortega, Tribuna de Europa, 12/06/2011).

Estos últimos se llaman “políticos”, “élites” y, a veces, hasta “intelectuales”.

Quiero expresar con esto que arrastramos desde hace más de un siglo una lacra instaurada en “casta corrupta”, las élites chiapanecas, las cuales ni nos defienden ni nos representan y son una verdadera limitante para el desarrollo de la entidad. Han sido las beneficiarias de los recursos públicos llegados en carretadas después del levantamiento zapatista, los cuales hacen a un gobernador de Chiapas manejar una cantidad superior que uno de Nuevo León. Sin embargo, los resultados están a la vista, aquí ni crecimiento económico ni combate a la pobreza ni disminución de la desigualdad.

Uno piensa en ocasiones que la situación no da para más, ya se tocó fondo, no puede llegar otro gobierno más malo y, ¡oh, sorpresa!, resulta posible, que si bien ha ocurrido así, es como un topo, se sigue cavando; uno sueña un viraje de timón, pero parece que el “núcleo duro” de las políticas aplicadas en estos últimos años han llegado para quedarse por un tiempo, hasta que reviente la cuerda por lo más delgado y les estalle en la cara como en 1994 con el levantamiento zapatista. Para mí no hay duda de que, en definitiva, la aplicación de otra orientación (digamos, por simplificar, progresista o que favorezca a una mayoría social en Chiapas) depende de las correlación de fuerzas, y éstas nunca habían sido tan favorables a la élite política, la “familia chiapaneca”, como lo son hoy en día.

Si bien el levantamiento zapatista puso de manifiesto las debilidades del modelo de acumulación chiapaneco y visibilizó la pobreza extrema que vive una parte importante de la población, parecía representar una oportunidad de mejorar las cosas para los excluidos de siempre, pues el gobierno federal volvió los ojos a Chiapas y envío recursos por tubería como parte de la política de contrainsurgencia. Sin embargo, la gestión de éstos ha dado al traste con cualquier esperanza y nos ha devuelto a una dramática realidad: los pobres hoy son más que en la época de la revuelta y las élites de la juniorcracia han tomado el poder por asalto e impuesto sus condiciones e intereses. Han demostrado ser más depredadores que sus antecesores y mucho más frívolos, aprovechado para promover una amplia y profunda reestructuración de la forma de hacer política y dirigir la economía: conversión en mercado del voto ciudadano, recomposición de las áreas públicas de negocio en beneficio privado (de ellos), en inversiones financieras y no financieras, profunda alteración de los equilibrios de poder en provecho de las oligarquías, masiva confiscación de la renta pública que ha permitido el enriquecimiento de unos pocos y profunda deriva democrática. La democracia parece reñida con la pobreza, a mayor pobreza democracia de baja intensidad, el voto se compra.

No es que antes se viviera en democracia, pero ahora es peor y sin esperanzas de mejorar, y eso es lo más grave. En esto ha quedado el denominado proyecto de transformación del EZLN, al menos hasta ahora, que al parecer, no obstante las demostraciones ocasionales de fuerza y comunicados, el último por el asesinato de “Galeano” y la muerte simbólica del vocero ezetaelenista desde 1994, el Subcomandante Marcos, se ha convertido en un movimiento testimonial, aun con las simpatías que pueda uno tener o no hacia los zapatistas y se diga hoy que son más fuertes. Se reconozca o no, ellos fueron un parteaguas en Chiapas, pero las élites sacaron partido. En esta dirección avanza Chiapas. ¿Coyuntura? No, en absoluto. ¿Se puede romper ese control? Sí, pero se requiere una nueva correlación de fuerzas no vista por algún lado en el corto plazo.

En Chiapas se ha desarrollado una cultura rentista en todos los niveles. El político de las élites o los arribistas piensan ocupar cargos para apropiarse de la renta pública por medio del robo, con sus honrosas excepciones. La población empobrecida busca obtener rentas de donde sea. Se pelean y hasta matan por un banco de grava, un destino turístico, ponen lazos en la carretera por cualquier cosa, toman casetas de cobro, fincas, etcétera. Venden el voto. Son usados como grupos de choque, viven de dádivas del Estado con los programas sociales y las remesas. El recurso público ha servido no para impulsar el desarrollo de la entidad sino para comprar conciencias y lealtades con base en corruptelas. La mayor parte de las organizaciones de productores y comercializadores también vive de rentas y quienes han mejorado su nivel de vida son los líderes que usufructúan la pobreza de sus asociados. La máxima aspiración es encontrar trabajo en el gobierno, por eso muchos doblan la cabeza y son tan serviles. Es una serpiente mordiéndose la cola, un círculo vicioso condenándonos a ser un estado pobre, si no se rompe con ese círculo que retroalimenta el atraso.

Por lo pronto, los datos duros, económicos del gobierno actual, de El Güero, son peores que los de Juan Sabines Guerrero en el primer año de su gobierno. Es la tasa de crecimiento expresada en porcentajes. Si los cálculos fueran por habitante la situación sería mucho peor. Es el saldo de la continuidad de las élites.

Fuente: Elaboración con base en INEGI.

Fuente: Elaboración con base en INEGI.

Con relación a la deuda se puede decir que Chiapas es el estado más pobre más endeudado y sigue con esa tendencia.

Fuente: Elaboración propia en base a SHCP

Fuente: Elaboración propia en base a SHCP

La economía no crece, la deuda aumenta y la informalidad también, es resultado de la anemia de inversión que vivimos y del desastre económico por el que nos han conducido las élites miopes de Chiapas. Peor escenario no podemos tener, por más espectaculares publicitarios que se tengan y compren muchas plumas, conciencias y gente, ese modelo es insostenible en el mediano plazo.

Fuente: elaboración propia en base a ENOE.

Fuente: elaboración propia en base a ENOE.

 

Es impostergable poner en la agenda a Chiapas, los problemas de su desarrollo y la bancarrota a la que nos han conducido las élites. Sin embargo, no hay conciencia de este desafío. El desafío es enorme, los que clamamos por cambios somos contados con los dedos y la correlación de fuerzas nunca ha sido tan favorable a las élites como hoy en día. El cambio por el que clama la economía de Chiapas no vendrá por sí sólo, es ante todo un desafío político y de correlación de fuerzas. Las élites mediocres y cleptómanas que tenemos en Chiapas tienen que ser reemplazadas y ese remplazo vendrá de otro manotazo la mesa, como el de 1994, con la irrupción del EZLN, pero tiene que tener más sentido, sino lo aprovechan en su favor como ha ocurrido hasta ahora. Lo diferente hasta ahora, que no es un rasgo menor, es que al parecer no se vive con miedo, a pesar de que a mí me han amenazado por teléfono, creo que viene de gente, que supongo, quiere quedar bien con el jefe (El Güero) y no es algo orquestado desde él.

7 Responses to “Las élites chiapanecas y la economía del atraso”

  1. Hugo Coutiño
    23 junio, 2016 at 15:39 #

    El problema está en la mesa, la corrupción de la casta política no tiene fondo, el pueblo chiapaneco sufre por la pobreza y marginación; ante esta situación solo queda dos cosas por hacer, uno, nos organizamos y luchamos como lo hizo el EZLN,en el 94, o nos quedamos a contemplar como destruyen nuestro hermoso Estado. Apoyemos a los maestros en su lucha, que se vuelva nuestra lucha, es por el pueblo y para el pueblo. Saludos Jorge, desde el Edén Tabasqueño «aunque de aquél Edén de hace 20 años, ya no queda mucho», pues las castas políticas se las han estado devorando.

  2. Miguel Negrón
    28 junio, 2014 at 14:43 #

    Señor Javier Sagan, lo que Jorge López Arévalo expresa en este artículo no es «bla..bla..» como usted dice, este es un artículo de fondo y no una columna política, de ahí que lo que Jorge expresa se toma de datos (gráficas) con soporte técnico y no de apreciación del autor. Por otra parte, este artículo sin duda describe una realidad de nuestro estado. Felicidades Jorge por tu artículo y a Chiapas Paralelo por plantear una postura diferente a los demás periódicos locales.

  3. Carlos Avendaño
    26 junio, 2014 at 22:28 #

    Se menciono algo importante en este articulo, y es que ya muchos ciudadanos ya no tenemos ese miedo incontrolable hacia el represor, ya falta muy poco para que estalle ese globo que esta siendo inflado al extremo.

  4. FRANKLIN LOPEZ
    25 junio, 2014 at 18:57 #

    Aquí inicia el problema, cuando los periodistas toman el lapíz y escriben, razonan, piensan, analizan, reflexionan y no hay propuestas solo son formas de exclusión momentáneas que viven los que escriben, ojalá se unieran en bien del cambio, que por supuesto debe empezar desde mi propio sacrificio. Saludos

  5. Javier Sagan
    25 junio, 2014 at 8:27 #

    Mucha bla, bla, bla, mucha gráfica y datos pero, ¿Y los nombres de esa juniorcracia y de las castas políticas? A veces me pregunto de que me sirve que gente tan sesuda haga estos artículos tan sesudos sin aportar ninguna propuesta de solución ni dato de esos que han saqueado (Sabines no cuenta porque es cuento viejo); los corruptos están ahí y hay que denunciarlos; o ¿estamos jugando al periodismo y les hacemos el juego a los corruptos? Quizá argumenten, «se está mostrando la realidad de la economía chiapaneca, pa’ que sepas hijo»; de eso, me doy cuenta a diario.

  6. José Luis Hernández C
    23 junio, 2014 at 18:36 #

    Esta muy bién el articulo Jorge, lo cierto es que la pobreza siempre ha existido de siempre y de toda la vida, pero mas ahora se ha profundizado mas con el saqueo, la impunidad, la corrupción esta en todos los niveles, ya sea municipal, estatal y nacional, y los que tienen el poder económico son unos cuantos nada mas, veo con tristeza que los pobres se estan haciendo pobres cada vez y los ricos mas ricos, y luego entonces con estos salarios miserables que tenemos a donde vamos a parar, por lo consiguiente, ni los partidos políticos, ni las asocioaciones políticas, ni las ong, ni la sociedad civil hacemos algo para corregir todas estas irregularidades que existen en nuestra sociedad.
    Saludos.

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