El primer matrimonio civil en Chiapas

Por la presión que ejercen diversos colectivos, Chiapas deberá sumarse a las entidades que aceptan el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Hoy, en que nos parece natural el matrimonio civil entre hombre y mujer, no siempre fue así. El primero en celebrarse fue el 21 de mayo de 1861, y para su cumplimiento fue expulsado de San Cristóblal al obispo Colina y a sus séquito de frailes, pues habían amenazado con excomulgar a quienes se casaran por esta nueva disposición promulgada por las leyes de Reforma.
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El matrimonio se realizó en Chiapa, que aún no llevaba el apellido Corzo, y la protagonizaron la hija del gobernador Ángel Albino Corzo, Teófila, y el jefe político del departamento de Pichucalco, Agustín Castillo.
El gobernador, liberal y defensor de la Constitución del 57, dio ejemplo con la boda de su hija, que otras leyes regían a la entidad chiapaneca, y que la Iglesia había perdido el control sobre la unión legal de las parejas.
Un reportero del Espíritu del Siglo escribió sobre aquel acontecimiento:
“La ceremonia fue celebrado de conformidad con la ley del registro civil, habiendo después los esposos recibido la bendición nupcial, según los ritos de nuestra iglesia, en la capilla de San José, en presencia del presbítero D. Mauricio Paniagua.
“Mucho nos complace ver que el jefe del Estado sea el primero en dar cumplimiento a una de las leyes más importantes de la Reforma, y que haya sido la ilustrada y simpática señorita, doña Teófila, la que haya marcado una norma a todas las de su sexo, para que en lo sucesivo cumplan y se atengan en sus matrimonios, a las leyes dictadas, no solo por el bien y conveniencia de la sociedad en general, sino por la seguridad y garantía de los mismos contrayentes.
“Esperamos que el ejemplo dado, destruirá los pocos escrúpulos que aún abrigaban algunas almas timoratas; y que comprendiendo al fin, que la sabia ley de Registro Civil en nada afecta ni daña los dogmas de nuestra santa Religión, se presenten a contraer matrimonio o dejen que lo contraigan aquellos que están ligados; observando en esa unión las reglas prescritas por el derecho civil, como contrato, y el del canónigo o divino como Sacramento.
“Felicitamos entre tanto a nuestro gobernante por su energía en el cumplimiento de las leyes y a la señorita su hija y su yerno por haber sabido comprender sus deberes como cristianos y como miembros de la sociedad”.
Dentro de poco, seguramente los cronistas de sociales de Chiapas estarán reseñando la celebración de matrimonios entre personas del mismo, aunque se opongan los jerarcas de la iglesia, como sucedió con aquel matrimonio celebrado entre Teófila Corzo y Agustín castillo.

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