Por el lado salvaje de Nadia Villafuerte
Conocí el talento de Nadia Villafuerte a mediados de los noventa. Era entonces una muchachita muy delgada y alegre que repartía sus horas entre las Licenciaturas en Ciencias de la Comunicación y en Música.
En sus escritos, hechos para mi clases, podían verse destellos que la convertirían en lo que hoy es: la mejor escritora chiapaneca.
Llevé algunos de esos trabajos escolares a la revista Este Sur, que era dirigida entonces por mi camarada José López Arévalo.
Pronto, Nadia se hizo amiga de Pepe y después de Héctor Cortés Mandujano, el más grande escritor de estas tierras.
Como debía ser, Nadia emigró, primero al DF, después a Estados Unidos y a España. Tenía que juntar vida para escribir y su trabajo más reciente, Por el lado salvaje, es una demostración de ese talento cultivado.
Sus libros de cuentos, Barcos en Houston y ¿Te gusta el látex cielo?, nos había mostrado a una mujer desdoblada en la aventura y rebeldía de la vida. En Por el lado salvaje, lo más notorio es la construcción de una voz definida, madura e inconfundible; una voz, que no importa lo que cuente, lo que queremos es escucharla.
Su tema en esta ocasión es el sexo, la violencia y el desconcierto de la frontera mexicana y de los países centroamericanos.
Lía, la protagonista, es del mar, de ese Paredón (Tonalá) nuestro, que abandona para encontrarse en Honduras y reencontrarse en Tijuana.
En estas vacaciones, le sugiero este libro de la genial Nadia Villafuerte. Le será gratificante, se lo garantizo.
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