Goebbels y Bernays a la chiapaneca
No necesita más presentación; salvo decir que dentro de un mes exacto se cumplirán 69 años de su suicidio; se trata del ministro de propaganda del nacionalsocialismo Joseph Goebbels.
Furibundo antisemita y escritor frustrado; este abogado, filósofo y periodista no ocultaba nunca su admiración a Nietzsche, tampoco a Oswald Spengler -el filósofo muniqués cuyo trabajo se centró en analizar el nacimiento, esplendor y decaimiento de las civilizaciones, que además sostenía que occidente se encuentra en guerra permanente y que seguramente influyó en la tesis hitleriana de mil años de esplendor del Tercer Reich-.
El asunto es que apenas haciéndose cargo de la propaganda nazi, Goebbles exclama: “No es tarea de la propaganda ser inteligente, su tarea consiste en alcanzar el éxito”.
Por eso inunda la radio, las revistas, el teatro, la música y el cine alemán con mensajes de propaganda para su proyecto político ejerciendo un férreo control sobre todos los aspectos de la vida cultural e intelectual alemanes en muchos casos aprovechando las convicciones políticas de los artistas teutones, pero también ejerciendo la fuerza cuando era necesario.
Alber Speer, el arquitecto personal de Hitler, en los juicios de Nuremberg, dijo sobre el trabajo de Goebbles: “hizo el uso completo de todos los medios técnicos para la dominación de su propio país. A través de los dispositivos técnicos, como la radio y el altavoz, 80 millones de personas fueron privadas del pensamiento independiente”.
Por su parte, el austriaco-americano Edward Bernays -que además era sobrino directo de Sigmund Freud- es considerado el padre de las relaciones públicas modernas.
Bernays consideraba que la “manipulación de las masas” era necesaria, porque consideraba que la sociedad en su conjunto era irracional y peligrosa; por eso habría que aprovechar el comportamiento de la multitud entera, porque cuando los individuos se comportan en masa, pierden responsabilidad individual, la conducta se universaliza y esta conducta masifica aumenta en la misma proporción con la que aumenta el tamaño de la multitud.
La historia de Bernays con la publicidad inicia durante la I Guerra Mundial, cuando se da cuenta que el gobierno americano tuvo bastante éxito entre la población al promocionar la idea -por todos los medios posibles- de que los esfuerzos de Estados Unidos en la guerra estaban dirigidos a llevar los beneficios de la democracia a Europa.
Rápidamente se pregunta si este lema puede ser empleado en tiempos de paz y acuña el término de relaciones públicas porque la frase “propaganda” tenía implicaciones negativas en el imaginario popular por haber sido utilizada por los nazis.
A Bernays se le deben por ejemplo la técnica de los “grupos de enfoque” que son utilizados para conocer los gustos y preferencias antes de dar a conocer un producto.
Pero Bernays alcanza notoriedad con asuntos que hoy nos parecen bastantes simples y normales, pero que tuvieron su origen en campañas publicitarias que encabezó.
Por ejemplo una campaña de publicidad suya rompió el tabú de las mujeres fumando públicamente, otra campaña popularizó el uso del tocino en los desayunos de las familias americanas y otra más convenció a los norteamericanos de que comprar vasos desechables era lo mejor para la higiene de lo que se pudiera consumir.
Bernays que a lo largo de su vida profesional tuvo muchos críticos, pensaba sinceramente que la manipulación científica de la opinión pública era necesaria para superar el caos y el conflicto en la sociedad
Pues bien amable lector, te preguntarás por qué saco a colación a Goebbles y a Bernays en este texto.
Sencillamente porque son grandes referentes en la manipulación política de masas, y porque si usted observa -sobre todo si vive en la capital del estado o en las zonas urbanas- la enorme cantidad de propaganda política con personajes políticos locales de primer y hasta tercer nivel seguramente pensará que:
- Estamos en plena campaña política
- Vivimos una auténtica democracia donde todo el que quiera se manifiesta y se respetan sus derechos políticos
- Somos bastantes orgullosos de nuestras potencialidades naturales que toda la publicidad es verde, sea cual sea la preferencia política de los que aparecen en los espectaculares.
- Como todos promueven logros políticos y administrativos, en Chiapas no existe ningún tipo de crisis.
Aclarando:
No estamos en tiempos electorales. No todos podrán publicitarse en los espectaculares, -de hecho ha transcendido que solo están haciéndolo aquellos que tienen la “venia” más alta-.
La publicidad tiene motivos verdes, porque sea cual fuera la identidad política del promovido, este tarde o temprano tendrá que expresar su simpatía por el Verde Ecologista; el partido oficial en Chiapas.
Una de las cosas más graves de la publicad -aparte de hacerlos la legítima pregunta: ¿Quién paga el costo financiero de la publicidad?- es el hecho de que promocionen múltiples resultados de la gestión que encabezan.
¿Cuáles resultados? Si el mismo gobierno estatal reconoció que el año pasado -primero de este gobierno- fue un año bastante difícil; sobre todo por el cúmulo de deudas que dejó el gobierno anterior y que se tradujeron en pago de los servicios de la deuda, parálisis del gasto de inversión, crisis urbana y social en las principales ciudades y falta de empleo.
¿Nos toman el pelo los funcionarios auto-promovidos?
Lo único seguro es que nadie conoce las estrategias de Goebbels Bernays.
Porque nadie cree en ellos y sus “supuestos” resultados auto promovidos. Al contrario, si las calles y avenidas están llenas de publicidad, es en las redes sociales donde los chiapanecos están demostrando su encono y coraje por la contaminación visual de los espectaculares.
Porque además el régimen controla los principales medios impresos del estado –los controla, aunque aún no sepa para qué-, donde casi no se menciona este hartazgo social.
La opinión publica chiapaneca no está controlada, no cree en sus políticos actuales, lo que sucede es que no tiene espacios de expresión ni de crítica -salvo las redes sociales- ¿Dónde está la voz crítica del PRD, del PAN o del PRI?
No nos gobierna Goebbels o Bernays aunque intenten o crean que pueden imitarlos.
En realidad nos gobierna la frivolidad.
Lo peligroso es que como lo demuestran los espectaculares: ésta en Chiapas ha sido altamente contagiosa.
oye y era verdad que Goebbles era admirador de Edward Bernays! sabrás si fue así?
con respecto a lo expuesto, Gerardo Coutiño es así todas esas propagandas muy minuciosamente estudiadas y propagadas por ellos, hacen que la fuerza de un grupo deteriore la vida.
¿Que sera la libertad humana, para estas personas que ferozmente siguen tendencias y multitudes?
Son contextos muy diferentes, la Alemania nazi con la actual política en Chiapas. GOEBBELS es el genio que llevo a Hitler a su máximo esplendor político en esa época en Alemania. El nombre del titulo del articulo es demasiado sublime comparar esos dos grandes visionarios en la «propaganda política» mundial, a estos personajes locales que se refieren, debido que al tiempo que vivimos. A mi punto de vista, es algo que no se le puede decir propaganda política. Lo que veo es una propaganda narcisista a su persona al político que realizo estos espectaculares. Pero que bien saques a relucir estos grandes personajes, pero lo que hacen estos «personajes actuales en la política chiapaneca» están años luz lo que lograron GOEBBELS Y BERNAYS. Buen articulo, pero hay que compararlos con otra clase de políticos a nivel mundial, no localillos.
Excelente articulo que demuestra que las masas son tontas, si un antisemita pudo convencer a millones de personas que el exterminio de los judíos era lo mejor para ellos, un estúpido gobernador puede convencer que es el salvador de la patria. Ahora bien, que le salga perfecto el engaño al gobernador, no significa que sus achichincles les salga igual. Si el patrón es retrograda, el empleado es un pendejo.