En Chiapas, todos/as sueñan despiertos
Decía Salvador Dalí: De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas.
Se refería, pienso, a los contrastes entre la realidad y lo absurdo que se vuelve realidad, o la realidad que se vuelve absurda. O a aquella parte de soñar despierto, de llevar los sueños a la existencia, aunque el resultado se convierta en algo contrastante hasta lo irrazonable.
Para bien o para mal, en México, y en Chiapas, todos/as sueñan despiertos/as.
Pienso en los espectaculares de servidores públicos (nominalmente hablando) promocionando absurdamente su rostro por las calles y caminos rurales, en imágenes que se alternan con otras donde viene la frase, “obras son amores…”. Pienso en la selfie del hombre de los ojos vacíos, la sonrisa forzada y el sombrerito multicolor; y me pregunto ¿cuál es el sueño de los reyes chiquitos?
Luego están los otros sueños.
Son los sueños de quienes pintaron los pasos peatonales con nuevas formas, en los sueños de los que montan en bici en medio del caos vehicular, en el sueño de quienes lidian por recuperar sus calles, su ciudad, su museo, su laguna, su país.
Son los sueños “muy otros” (para quien le suene conocida la frase).
¿A que sueñas tú cuando sueñas despiert@?
Yo tengo un sueño como Martin Luther King, pero es que se vacien las prisiones de la gente injustamente acusada y se llene de todos los funcionarios corruptos, policias matones y periodistas comprados y que tanto daño le hacen a la sociedad…al igual que Luther king…se que es un sueño guajiro.