Discriminacion-es
Los hombres (y mujeres) nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales solo pueden fundarse en la utilidad común. Tal fue el ideal previsto en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 promulgada en Francia. Mas tarde, en 1948, esta expresión sería considerada también en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
No obstante que el derecho a la igualdad entre las personas se reivindica desde muchos años atrás, el trato desigual y las acciones discriminatorias de las personas continúan presentes y la necesidad de continuar luchando por erradicar las prácticas discriminatorias se evidencian cada día. Esta necesidad se ha hecho evidente en nuestro contexto a raíz de la disculpa pública ofrecida a una indígena guatemalteca discriminada en un local comercial.
La discriminación implica toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje, genero, condición física, edad, origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.
En Chiapas, vivimos en una sociedad marcadamente desigual, y esa desigualdad se traduce no solo en el trato injustificadamente diferenciado que se brinda a las personas que se encuentran en alguno de los grupos antes mencionados, sino también en las políticas o falta de, dirigidas a los mismos.
En contextos como el nuestro, en que la cuarta parte de la población es indígena, en que una variedad de ciudades conviven con personas de diverso origen étnico y cultural se requiere de políticas de acción positiva que tiendan a hacer efectivo el derecho a la igualdad. Estamos conscientes de que la desigualdad no es un problema que sufren únicamente los indígenas. De hecho la sufren también los migrantes, las mujeres, los portadores de VIH sida, los adultos mayores, los que no son blancos, o los que son menos blancos que quienes se creen blancos.
Además, la discriminación se presenta en una variedad de contextos, entre ellos las relaciones comunitarias, como cuando se expulsa de una comunidad a una persona que ha optado por cambiar su creencia religiosa a una opción no católica. En estos casos, se excluye de la comunidad por no practicar la religión de la mayoría, y en muchos casos esta exclusión se acompaña o se disfraza de asunto agrario. Pueden darse situaciones en que sea a la inversa. Como sea, el cambio de religión es lo que determina la exclusión.
El otro espacio en que se presenta la discriminación es el de los medios de información. Quienes trabajan en este ámbito deben asumir la responsabilidad del uso del lenguaje, de los medios, y el respeto a los derechos humanos. El ejercicio del derecho a la libertad de expresión no contempla el uso de lenguaje discriminatorio, ni de broma. Hace algunos años un conductor de radio, y también diputado, incurrió en una grave responsabilidad frente a la sociedad y frente al oficio que exige respetar los derechos humanos, al utilizar lenguaje discriminatorio hacia los haitianos.
El periodismo responsable y respetuoso de los derechos humanos debe cuidar el lenguaje que utiliza, puesto que la discriminación se presenta a veces de modo tan sutil que el mismo autor puede no advertirlo. Hoy por la mañana un noticiario de radio daba cuenta de la entrevista de un periodista. El reportero le preguntaba a su entrevistado: y que se siente ser el único hijo hombre de su papá?
Las y los periodistas no deben discriminar, pero tampoco deben hacer eco de las expresiones discriminatorias que otras personas dicen. Esto debe ser materia también de los códigos de ética que deben regir el ejercicio periodístico.
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