Del culto a la personalidad, al liderazgo tóxico en la aldea local
Aunque ya se había acuñado, el término de “Culto a la Personalidad” lo populariza Nikita Jrushchov en 1956 durante el XX congreso del Partido Comunista Soviético, para denunciar los excesos cometidos por su antecesor en el cargo Iósif Stalin
Por ejemplo, hay referencias al término en Europa desde el siglo XIX y hay quienes lo asocian con los sistemas monárquicos; lo cierto es que el término se vincula con regímenes totalitarios y que además tienen ideas radicales.
También que el término aparece cuando un gobernante utiliza los medios de comunicación a su alcance para hacer propaganda política; sobre todo para crear una imagen pública idílica y para que estos mismos medios lo llenen de elogios, adulaciones y conviertan sus acciones en algo heroico, único e irrepetible.
En ese sentido, algo que caracterizó la administración pasada en Chiapas fueron las palabras repetidas en cada boletín de prensa: “refrenda su compromiso, inédito en Chiapas, primera vez”; como si los ciudadanos no tuviéramos memoria de lo bueno y de lo malo de gobernantes anteriores.
Pero este culto se repite también en la actual administración; el asunto es que no solo con la cabeza, también repiten el esquema secretarios de estado, presidentes municipales, diputados y la administración estatal ampliada.
Para que esto suceda se necesitan recursos financieros, -que por supuesto ningún político pone de su bolsillo- la venia del líder y la complicidad de los medios de comunicación que por supuesto cobran la promoción personal y seguro lo hacen bien.
El problema es que la promoción anticipada, además de ser un patético culto a la personalidad, es también una violación a las leyes electorales que determinan los tiempos políticos de las elecciones.
En el fondo, el culto a la personalidad que vemos en los espectaculares que están en toda la mancha de Tuxtla, las revistas de todo tipo que promocionan al “grupo compacto” de este periodo de gobierno; es “nuestro modo” de practicar el populismo.
Lo que no es correcto es utilizar recursos de un pueblo pobre y atrasado para la promoción personal, -claro está si se llegara a comprobar- pero en cualquier caso no es ético.
En Chiapas sufrimos lo que los autores del “Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano” dicen que ofrece el populismo: remedios súbitos y engañosos para sustraer a un pueblo de la pobreza y el atraso. Demás sentencian que nuestras sociedad solo han encontrado en el populismo pasado y presente, un “muestrario de desastres.
Un servidor le añadiría al desastre la frivolidad, la corrupción y el mesianismo de nuestros gobernantes, usted lector solo piense en el que quiera, de cualquier época.
En ese sentido, en 1996 Marcia Whicker; una experta en liderazgo y cuestiones organizacionales acuñó el término “Líder Tóxico” para referirse a la persona que por algún motivo ejerce un liderazgo o responsabilidad y que cuando termina su responsabilidad deja al grupo u organización peor que como lo encontró.
El grupo termina peor porque el líder tóxico ignora las necesidades de los demás, miente, descuida sus responsabilidades entre otras características negativas.
Lo que necesitamos es líderes y políticos preparados para la administración pública, responsabilidad y ética en los actos, transparencia y rendición de cuentas y un ejercicio austero de los recursos.
Los ciudadanos están hartos de ver publicidad política en todos lados, hartos porque todavía falta la temporada electoral que incluso afectará la imagen urbana de las ciudades chiapanecas, que más que imagen y promoción política de sus dirigentes, lo que necesitan es la atención integral de todos los problemas.
¿Nos seguirán intoxicando rindiendo culto a la personalidad?
¿Es nuestro destino el populismo?
¿Quién será el próximo?
Twitter: @GerardoCoutino
Correo: geracouti@hotmail.com
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