La sospechosa demanda «por daño moral» de Sabines
Recientemente ha saltado a la palestra pública el nombre del exgobernador Juan Sabines Guerrero, pero no para que ser llamado a rendir cuentas sino con una extraña y supuesta demanda «por daño moral» -como si tuviera- en contra del director y algunos columnistas del diario local que más sirvió a sus intereses gubernamentales plagados de corrupción.
El medio de comunicación arremete con total visceralidad en contra del exgobernador, con la misma que lo hacía para defender al entonces mandatario durante los seis años que fungió en el gobierno local.
Suena muy sospechosa la demanda civil. Hasta parece un asunto “arreglado”. Todo esto derivado del fuerte maridaje que persistió durante el sexenio, que fue más allá de la simple relación comercial entre una empresa editorial y el gobierno.
El diario no sólo obtuvo jugosas cantidades millonarias producto de las inserciones publicitarias, son que además sirvió como un mecanismo de presión para el propietario y obtener otras canonjías.
Una de ellas fueron los contratos por la colocación de espectaculares y lonas para cada evento o fecha conmemorativa que se le ocurriera al gobierno del estado festejar. Lo que finalmente concluyó en la concesión de espacios públicos, como los parabuses por varios años.
Otro caso por demás escandaloso fue el despojo que sufrió la señora Adriana Granda Viuda de Toledo, a quien le correspondía la propiedad y administración de la empresa editorial. Sin embargo, con el apoyo del gobierno local, los hermanos Toledo Coutiño terminaron por quedarse con la empresa, luego de que una notaría pública y el poder judicial avalaran una supuesta firma del fallecido Jorge Toledo Coutiño.
Tan estrecha fue la relación que el propio gobernador ahora criticado por ese diario les develó un busto a Jorge Toledo Coutiño en el centro de la capital del estado, donde se habló maravillas de él casi comparadas a las acciones del Dr. Belisario Domíngez. Nada más profano.
El mismo diario reseñaba las franchelas y fiestas de los directivos en las que degustaban comilonas y se tomaban fotos abrazados con el entonces mandatario a quien endiosaban.
Al citado dueño copropietario del Diario de Chiapas, Sabines le otorgó una Notaría Pública en la cual nunca ha ejercido.
Los lectores en Chiapas ya no son tontos. En la misma página en internet, proliferan los comentarios en el que les reclaman: “Cuánto dinero ganó este diario limpiando la imagen del exgobernador Sabines durante su mandato, incluso era el diario oficial del gobierno en turno, ahora se dan golpes de pecho siempre supieron de los malos manejos de Sabines porque hasta hora lo dicen. Veremos que hacen con Manuel Velazco veremos si son críticos de verdad como dicen”, dice por ejemplo uno de ellos.
Este retorno de Sabines suena por demás un teatro acordado, prefabricado. Con eso de que su Partido Orgullo Chiapas (POCH) sigue vigente, con sus diputados y su comunicación directa con la esposa del exmandatario, quienes no descartan aventar al ruedo a su vástago, Juan José Sabines Aguilera, para las elecciones del 2015.
Nada es casual. Algo se traen entre manos. Lo cierto es que el extraño retorno de Juan Sabines Guerrero nada bueno depara para Chiapas una vez más.
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