¿Historia en línea?
Por Luis de la Peña Loredo (*)
INTERNET ES MUCHO MÁS QUE UNA TECNOLOGÍA. ES UN MEDIO DE COMUNICACIÓN, DE INTERACCIÓN Y DE ORGANIZACIÓN SOCIAL.
MANUEL CASTELLS
Deslumbrante es el siglo en el que el internet ha revolucionado las comunicaciones. Su desarrollo ha seguido el ritmo vertiginoso de la innovación tecnológica, es decir, no ha cesado de actualizarse. Se trata de una herramienta en permanente evolución, en constante búsqueda de ofrecer a sus usuarios más y mejores posibilidades.
Entre sus varias y variadas características destacan el rompimiento de las barreras de la distancia y la posibilidad de obtener información de todo tipo. Artículos, revistas, libros, páginas especializadas, foros de discusión, mapas. Todo sin desplazarse de la silla. .
Sobra mencionar su uso con fines de entretenimiento. Existen diversos materiales al alcance (videos, música, juegos, redes sociales) que permiten la comunicación entre los usuarios. Por ello, porque se trata también de una enorme fuente de entretenimiento y distracción para niños y jóvenes, es que se le suele presentar como algo opuesto a la enseñanza tradicional, la de la escuela y el salón de clase.
Sin embargo, así como internet está en constante actualización, los profesores y las formas de enseñanza en el aula también deberían de estarlo. Los salones de clase parecen haberse quedado estancados en viejas formas de trasmitir el conocimiento. Se sustituyen el pizarrón y el gis por presentaciones con proyector y computadora. No obstante, sólo se trata de un cambio de artefactos y no tanto de métodos de enseñanza.
Urge entonces que se aprenda a usar, a dominar, esta herramienta que conocemos como la red y vincularla a la enseñanza. Tarea quizá abrumadora en la que habrá que definir un nuevo paradigma de aprendizaje y que muy probablemente termine por modificar de manera sustancial la relación profesor-estudiante, así como las maneras de aprehender el conocimiento y los intereses y expectativas de las generaciones de estudiantes actuales y futuras.
No hay duda. La enseñanza de la historia y su divulgación se beneficiarán de manera significativa. Nuestra disciplina se ha mostrado muchas veces cerrada frente a los cambios. Los conocimientos tienden a quedarse en la academia y la academia ha mostrado repetidas veces muy poco interés en la divulgación. Con la red, sin embargo, se pueden romper y ampliar las fronteras; se puede compartir contenidos de gran variedad en los más diversos formatos.
Internet ofrece lo mismo la posibilidad de unirse a grupos con intereses comunes que un espacio para debatir con aquellos que sostienen posturas contrarias. Brinda un medio para preservar y transmitir documentos de muy diversa índole que de otra forma no podrían consultarse. También permite la creación de presentaciones, documentos, páginas electrónicas, blogs y foros en los que se pueden compartir puntos de vista, videoconferencias, tutoriales; esto es, materiales que facilitan el enlace con docentes o colegas en cualquier parte del mundo. Se trata, además, de un medio en el que los conocimientos no necesariamente circulan de manera unilateral y en el que los estudiantes mismos pueden también contribuir a generar esos conocimientos.
Habrá entonces que aprender a comunicar a los jóvenes que internet es mucho más que un simple medio para dar a conocer vivencias personales o escuchar música. También puede ser una fuente valiosísima de información y producción de conocimiento. Para ello, sin embargo, hay saber utilizar la red. Y he aquí el papel fundamental que adquieren los docentes y para el cual tienen hoy que prepararse.
Los cambios y desafíos que internet ha traído consigo demandan actualización continua. Y qué mejor que empezar por escuchar a los clásicos. La crítica histórica de la que hablaba Marc Bloch muy bien puede ayudarnos a ser críticos del sinfín de contenidos en la red y continuar el interminable proceso de aprendizaje y enseñanza.
Este texto se publicó originalmente en http://elpresentedelpasado.com/2014/02/14/historia-en-linea/
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