Un canalla en el Congreso
Para vivir en el presupuesto basta en estos tiempos con ser canalla, comportarse como tal y manifestarlo con voz en cuello. José Ángel Córdova Toledo, diputado ecologista, pertenece a esa estirpe que se ha multiplicado con una rapidez inusitada en estos años calamitosos.
Y se han multiplicado porque los canallas son necesarios para los gobernantes hechos a flashazos de dinero. Necesitan lealtades para tapar sus estropicios, para bloquear cualquier investigación o para empujar alguna iniciativa oscura que les arroje dividendos económicos.
Juan Sabines sumó en su gobierno a los peores canallas, a esa “gente baja y ruin”, como lo define la Real Academia Española, y los encaminó a puestos claves para que desde esos espacios lo protegieran después de su malhadado paso por la magistratura chiapaneca.
Pero los canallas respetan las jerarquías. Sabines, el canalla mayor, es intocable, y todos los canallas forjados y beneficiados en su sexenio han hecho corro y construido muros no solo para que no se le castigue sino para que no conozcamos realmente las atrocidades cometidas en sus años en el poder.
A José Ángel Córdova Toledo, sin embargo, le ha tocado actuar en el papel más vergonzoso, al ocultar la cuenta pública, ponerle cerrojos e indicar que no hay informe más transparente en el uso de los recursos que el de Sabines, pese a una deuda de más de 42 mil millones de pesos.
Su verdadero trabajo en el Congreso ha sido atajar cualquier imputación al exgobernador y, por supuesto, apoyar al Manuel Velasco para ganarse su confianza y continuar en la tutela gubernamental. Su labor legislativa es estéril, sin propuestas ni discursos, no ya memorables, sino al menos construidos con decencia. Puede usted revisar su curriculum en la página del congreso y, a diferencia de muchos diputados, permanece sin información y sin referencia de sus participaciones en el recinto legislativo.
Cumplida su encomienda con Sabines, el diputado Córdova Toledo debe tener mucho tiempo para los alcoholes y para esos ocios infames a los que se dedican los canallas.
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