Transparentar la vida pública, sin represalias
Hace algún tiempo escribí que si bien Manuel Velasco no le encontraba la cuadratura al círculo en el ejercicio gubernamental, sí mostraba respeto hacia todos aquellos que ejercemos la crítica del poder público.
Hoy, meses después, no puedo reiterar lo dicho.
El martes pasado asistimos a la Procuraduría de Justicia del Estado para conocer la demanda en contra de una familiar de Sandra de los Santos, periodista de tiempo completo y elemento imprescindible de Chiapas Paralelo.
Ahí me quedó claro que no había motivo alguno para encausar una demanda de este tipo, que ni siquiera se habían cuidado los detalles para considerar su posible involucramiento.
Debido a esta situación anormal, la noticia trascendió y se multiplicó rápidamente a través de organizaciones de periodistas, hasta lograr que el medio más importante en Hispanoamérica, el periódico El País, le dedicara un espacio en su sección Internacional.
El hecho no es para menos, porque venimos de una gestión en donde se compró todas las planas de periódicos y espacios radiofónicos y televisivos que se querían vender, pero en donde se reprimió de la manera más burda a los comunicadores que transparentaban el ejercicio de la vida pública.
Isaín Mandujano, Sandra de los Santos, Ángeles Mariscal, Antony Flores Mérida, Héctor Bautista, por solo citar los casos más emblemáticos, fueron perseguidos, difamados y calumniados.
Debemos evitar que la historia se repita. Al gobernador le tocará, sin embargo, decidir un periplo que sería fatal para todos.
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