Reacomodos en la comunidad islámica en San Cristóbal de Las Casas
No hay otro dios más que Dios y Muhammad es el profeta de Dios
Un español de nombre cristiano Aureliano Pérez Yruela y que lleva el nombre musulmán de Nafía, fue el enviado del Movimiento Mundial Murabitun (MMM) que en 1994 llegó Chiapas con la misión de contactar con Marcos – el jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional – para hacerle llegar el mensaje del Islam. No lo consiguió. Entonces Marcos dejó de ser el combatiente y Nafia lo tildó de ignorante, es decir, de infiel (kafir), del ingrato con Dios.
El Movimiento Mundial Murabitun fue fundado por el escocés Ian Dallas conocido en un tiempo como Sayj Abdalqadir As-Sufi, después como Abdalqadir al – Murabit. Dallas se había convertido al Islam en Marruecos. Fue alumno del Sayj Muhammad Ibn al Habbib y es heredero espiritual de la escuela (tariqa) Shadiliya-Darqawiya del Magrib y de la escuela Maulevi de Anatolia. En 1976, los Murabitun fundaron la primera comunidad sufí en Córdoba y en 1979, con motivo de la Fiesta del Cordero (id al-fitr) organizaron en la mezquita del lugar el primer rezo musulmán en siglos. En febrero de 1987, hicieron su presentación en Sevilla. Siete años después, Nafia – el enviado Murabitun -, estaba en San Cristóbal. En 1995 en Guadalupe Tepeyac y siguió con atención los diálogos en San Andrés Larrainzar.
En sus andanzas en San Cristóbal de Las Casas, Nafia conoció a un indio tsotsil chamula que más tarde sería el primer chamula musulmán y lleva por nombre Mohammad Amin. Más tarde, las familias del linaje de los Chechev dieron su testimonio de fe musulmana (shahada) y el Islam – el abandono confiado de sí a Dios -, creció en las márgenes de la Ciudad de Las Casas.
En los primeros años, 1995 – 1996, hombres y mujeres hispanomusulmanes vistieron parte del atuendo chamula y las mujeres chamulas el uso del velo. Más tarde las jóvenes chamulas se vistieron totalmente a la usanza de las mujeres españolas musulmanas, En esos años hacían la oración del viernes, la oración comunitaria (yum’a), en lo que fue la Casa Grande de los Pelizzi. Un predio invadido por indios chamulas en 1994. El riesgo político para los hispanomusulmanes no era menor y decidieron trasladar el lugar de oración a una vivienda de los Chechev en la colonia Nueva Esperanza habitada por cristianos no católicos. Más tarde, en el Barrio Ojo de Agua compraron un predio de unos 2,100 metros cuadrados ubicado a la orilla del Periférico Norte. En los muros de ese lugar que fue la sede de la agrupación cristiana Alas de Águila, ahora podemos leer: Misión para el Da’wa en México, A.C. “No hay más dios que Allah y Muhammad es Su Mensajero”.
Ahí los Murabitun pretendieron concentrar a todas las familias chamulamusulmanas en un intento de replicar el Patio del Profeta en Medina. Debían dejar todo atrás y sus bienes entregarlos a la pequeña comunidad. Muy cerca, compraron seis viviendas en un predio de unos 4,800 metros cuadrados. No cabía la menor duda que la Misión para el Da’wa contaba con el apoyo económico de la Umma, de la Madre, de la Comunidad Musulmana. Al Emir Nafia le encantaba decir que tenía apoyo en los Emiratos, en Malasia e Indonesia. Para finales de la década de 1990 los Murabitun habían fundado los gremios de carpinteros, panaderos, costureras y abierto un restaurante a unas cuadras del centro. Era el proyecto económico productivo de los musulmanes para liberar a sus fieles del trabajo asalariado y de ser posible evitar toda relación con los infieles (kuffar) en su entorno.
Todo iba bien, o eso parecía. En el 2000, la pequeña comunidad musulmana se hizo dos. Los que siguieron con los Murabitun y la Comunidad Al-Qautar que se mantuvo por un tiempo cercana al Centro Cultural Islámico de México fundado por Omar Weston. El autoritarismo del Emir Nafia fue uno de los motivos de la separación. También el desprecio de Nafia a la forma de vida de los chamulas urbanos: “su comida” y “la Biblia”, parte de su pasado reciente: “son una mierda”, les decía. A mediados y finales de la década del 2000 los Murabitun tuvieron una crisis interna que provocó la separación de varias familias hispanomusulmanas y al menos otra de Inglaterra. Nafia y su familia estuvieron un tiempo en la Ciudad de México y fundó el Centro de Estudios Ibn Jaldun, ubicado en Calle Parque 12 de la colonia Atlántida en la Delegación de Coyoacán.
En el 2012, Nafia estaba de regreso en San Cristóbal de Las Casas. Los Murabitun abrieron de nueva cuenta una muy bien montada panadería y pizzería La Alpujarra ubicada en la Calle Diego Duguelay. Sobre el friso de la entrada colocaron un marco con la leyenda Comunidad Musulmana de Chiapas. Han montado la carpintería y ebanistería en el Periférico Norte que anuncian como parte de los negocios del Grupo Alpujarra. En la Avenida Benito Juárez, los “Especialistas en Islam y sufismo”, abrieron el Centro de Estudios Ibn Jaldun donde ofrecían literatura y pláticas. En ese centro también tenían la librería Al Ándalus. Si en la primera mitad de la década del 2000 Nafia afirmaba que “no habían llegado a levantar una mezquita”, en 2013 están levantando una imponente mezquita de al menos 900 metros cuadrados de superficie con un alminar de unos 15 metros de altura en el predio que compraron a los cristianos de Alas de Águila.
A lo largo de estos años la Umma ha sido solidaria y han llegado musulmanes de varias nacionalidades a visitar a sus hermanos chamulas: egipcios, palestinos, nigerianos, hindúes, pakistaníes, ingleses, españoles, estadounidenses, también, musulmanes de Indonesia, Malasia y Siria. Uno de ellos es el sirio Mudar casado con una mujer de Tumbalá. Mudar hace una valoración positiva del trabajo de Nafia.
El sirio Mudar tendrá unos dos o tres años en San Cristóbal de Las Casas y se acercó al grupo de chamulamusulmanes que hacía la Oración del Viernes en una mezquita que acondicionó Muhammad Amin en el Molino de los Arcos, aquel predio invadido en 1994. En 2012 el gobierno de Chiapas amenazó con desalojar “todos” los invasores lo que le permitió a Mudar llevarse a los fieles musulmanes y hacer la oración del viernes en la casa de Mariam en el Barrio de Tlaxcala. Mariam es la esposa de Omar, un célebre líder chamula. Ahora sabemos que Mudar construye otra mezquita de regular tamaño al oriente de la Ciudad de Las Casas rumbo a San Juan Chamula a la altura del Barrio de San Martin.
Por su parte el grupo de familias musulmanas chamulas que forman el linaje de los Chechev, agrupados unos en la comunidad Al – Qautar y otros con los Murabitun, se han acercado nuevamente. Ibrahim – el joven chamula casado con la joven española Yanna -, que se retiró de Nafia durante la crisis de mediados de la década del 2000, estuvo formándose en la Mezquita de Granada y conoció a su Sayj Abdalqadir en Sudáfrica, ha regresado. En estos días los Chechev están remodelando su pequeña mezquita en el Molino de los Arcos. Van a construir una pequeña cocina y un lugar con las instalaciones adecuadas para la ablución (Wudu).
En el cambio de rangos, ahora Nafia es el Sayj para América Latina, el lugar de Emir en San Cristóbal de Las Casas lo ocupa Abdal-Rahman y como imam continúa Hayy Idris, el suegro de Ibrahim. Hace unas semanas Nafia mandó llamar a Ibrahim con la pretensión de que el joven chamula se acercara al grupo musulmán bajo su mando. Ibrahim se hizo acompañar de tres de sus compañeros. Nafia no quiso recibir a los cuatro. Acordaron que Ibrahim se entrevistara con el Sayj. Qué tal que Nafia había cambiado. Nada. Su comportamiento fue el mismo. Arrogante y autoritario. Los chamula musulmanes seguirán por su cuenta el camino en Islam. De Nafia, Ibrahim y Mudar depende ahora la continuidad del Islam en San Cristóbal de Las Casas.
As-salamu ‘alaykum. La paz sea con vosotros.
Que las definiciones siguientes sirvan solamente para tener una idea de los rangos de autoridad en Islam.
Sayj: viejo, anciano, jeque, maestre. El término designa al hombre que lleva marcas de la vejez y supera los cincuenta años. El título de sayj, jeque en nuestros días, es a la vez término de cortesía y calificativo pomposo con el que se adorna todo aquel que tiene cierta autoridad temporal o espiritual en la tierra del Islam.
Emir: Etimológicamente, la persona investida de amr, – poder autoridad -; de ahí: jefe, comandante en jefe, gobernador o jefe que ejerce una jurisdicción, príncipe, soberano; el término es fundamentalmente islámico. En tiempos de los omeyas a los gobernantes de las provincias se les llamaba emires y gozaban de gran autonomía, eran responsables de la administración civil y militar de su provincia.
Imam: Guía. Como guía, el imam es el que dirige la oración ritual, colocado delante de la primera fila de los asistentes al acto. En los primeros tiempos las funciones del imam estaban reservadas al jefe de la comunidad musulmana, de ahí que el término también designe al califa, el imam por excelencia, el encargado de guiar a la comunidad (umma) en la realización de diversos deberes religiosos, especialmente en la oración (salat), la peregrinación (hayy) y la guerra santa (yihad).
Wudu: Ablución menor que suprime el estado de impureza ritual leve y consiste en enjuagarse la boca y frotarse los dientes con agua, aspirarla por la nariz y frotarse con ella el rostro, los cabellos, la barba, y las orejas, lavarse las manos y los antebrazos hasta los codos y, en fin, los pies hasta los tobillos.
Maíllo Salgado, Felipe., 1999, Vocabulario de Historia Árabe e Islámica, Akal Ediciones, pp. 72, 112, 217, 262.
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