La Deuda de Chiapas con Matías Romero
Político, militar, diplomático y empresario; Matías Romero Avendaño fue alumno de Benito Juárez en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca para luego convertirse en uno de los amigos entrañables del Benemérito de las Américas.
Durante la presidencia de Manuel González y en el año de 1882, Matías Romero fue el encargado de negociar directamente con el presidente guatemalteco Justo Rufino Barrios el tratado de límites entre México y Guatemala, que se firma el 27 de septiembre de ese año.
Matías Romero era abogado de profesión y también tenía estudios en filosofía, pero sentía una vocación por el mundo diplomático y por ello estudia inglés y francés con la idea de trabajar desde Europa para el gobierno mexicano.
Benito Juárez, su antiguo profesor en Oaxaca lo emplea aunque sin salario en la Secretaría de Relaciones Exteriores y entre otras obligaciones impuestas por Juárez, este le pide a Matías Romero ser el secretario de la legación en Washington. Después se convierte en el encargado de negocios y por último recibe el nombramiento de embajador plenipotenciario, cuando esto último sucede apenas contaba con 25 años. De esta manera el alumno y amigo de Benito Juárez a pesar de su juventud se convierte en el responsable de las relaciones entre México y Estados Unidos.
Sin embargo ante la intervención francesa, regresa a México, se alista en el ejército, pelea bajo el mando de otro Oaxaqueño: Porfirio Díaz y alcanza el grado de Coronel. Pero Juárez, consciente de su capacidad lo envía de nuevo a Washington para que desde allí contribuya a la causa liberal ejerciendo la diplomacia, la escritura de artículos, pero también coordinando la compra de armas, municiones, préstamos y donaciones a la causa juarista.
Precisamente esas actividades le permitieron conocer a numerosos políticos americanos, de todo el mundo y especialmente latinoamericanos con los que entabla amistad.
Pero sobre todo, Matías Romero se convierte en un agudo observador de la sociedad y el sistema económico y político americano. Por ello pronto piensa en a partir de sus observaciones, desarrollar en México lo que cree ha sido básico para el desarrollo norteamericano: el ferrocarril, el telégrafo y la explotación petrolera.
Observaba también que los empresarios americanos también eran políticos, pero en su opinión, lo más importante era que contribuían con sus empresas al desarrollo de su país.
Pero antes de llevar a cabo sus ideas empresariales, Matías Romero fue dos veces secretario de hacienda, después senador suplente por nuestro estado y diputado por su estado natal.
Gran viajero internacional, también conoció Oaxaca, Veracruz y Chiapas, especialmente la costa donde tenía propiedades finqueras. Precisamente escoge nuestro estado y la costa como modelo para hacerlo prosperar y para también hacer fortuna personal, ya que estaba consciente de la riqueza del Soconusco.
Por eso desde la Secretaría de Hacienda recaba información de las potenciales agropecuarias de la costa, ofrece subsidios a los barcos que quieran atracar en Chiapas (en San Benito, hoy Puerto Madero), fortalece la seguridad fronteriza, presenta una propuesta para crear un puerto en el Soconusco y para una carretera que una a la región con la capital nacional.
Pero no solo eso, también buscó favorecer el tendido de la estructura telegráfica y propuso favorecer la inmigración hacia el Soconusco, con ello buscaba generar comercio, importar productos guatemaltecos y centroamericanos para exportarlos desde Chiapas y en general producir y exportar productos agrícolas chiapanecos, específicamente del Soconusco al mundo.
En parte porque se encontraba enfermo y también porque pensó que no era compatible su actividad gubernamental con el oficio de empresario que pensaba desempeñar, renuncia a la secretaría de hacienda y luego de un viaje de más de cuatro meses por Veracruz, Yucatán y Tabasco observa los cultivos y piensa que las tierras chiapanecas son ricas pero desaprovechadas.
Consecuencia de ese viaje escribe y publica el texto denominado “El cultivo del café en la costa meridional de Chiapas” y adquiere terrenos y fincas, pero su proyecto empresarial no se consolida puesto que su amistad con Justo Rufino Barrios el presidente de Guatemala se deteriora.
La lección que le deja el conflicto es este se debe en el fondo a la indefinición de una frontera con límites exactos y respetados, que México y Guatemala tendrían que trabajar para definirlos. Pronto el destino lo pone de nuevo frente a Justo Rufino Barrios con el que negocia directamente los límites en 1882.
Fallecido Juárez y con Porfirio Díaz en el poder fue dos veces más secretario de hacienda y desde allí comienza a materializar otro sueño, el del desarrollo ferroviario para conectar a todos las regiones de México, especialmente las productivas con Estados Unidos. Se asocia con empresarios americanos y en esta ocasión el proyecto tampoco se consolida, pero sus proyecciones sirvieron las futuras rutas ferroviarias que Porfirio Díaz traza, entre ellas la de la Costa Chiapaneca.
Si bien Gerónimo Manchinelli trajo en 1846 los primeros cafetos a Chiapas, -citado este hecho incluso por Matías Romero- es con el impulso del oaxaqueño que este cultivo adquiere proporciones comerciales ya que se incrementó exponencialmente, además gracias al cultivo del café este contribuyó a definir los límites con Guatemala -otra vez por obra de Matías Romero- y se logró ver a Chiapas ya no como un lugar alejado, sino como un estado con una gran vocación productiva.
Paradójicamente, los fracasos empresariales de Matías Romero atrajeron después inversionistas a Chiapas, especialmente al Soconusco. También fue un administrador público que buscó impulsar el desarrollo económico de nuestro estado con medidas de política económica y fiscales que en su tiempo fueron pioneras.
Quizá esa fue la época dorada de la atención gubernamental a Chiapas, ya que esta cae nuevamente en el olvido. Sin embargo su apoyo al cultivo y comercialización del café se convirtió en la columna vertebral de la economía estatal y lo sigue siendo.
Por eso, en varios sentidos estamos en deuda con Matías Romero Avendaño, puesto que su visión académica le ha permitido al estado -especialmente a los campesinos cafeticultores- perfeccionar un cultivo en el que somos el primer productor nacional, y el primero orgánico también.
Es decir, generaciones de chiapanecos han vivido de la actividad que promocionó e impulsó exitosamente en el Estado y se ha avanzado en técnicas pioneras en su cultivo orgánico.
Uno solo de sus sueños con el café no se ha cumplido: que su cultivo sirva para sacar de la pobreza a miles de chiapanecos empobrecidos y ese es un pendiente de quienes después de él administraron nuestros destinos.
Pero incluso hoy, según datos contenidos en el Plan Estatal de Desarrollo 2013-2018, el café ocupa el 19% de la superficie cultivable en el estado, hay casi 176 mil productores ubicados en más de 600 núcleos de población de 88 municipios, incluyendo a los de la zona indígena; el café genera empleos para más de un millón de personas en el estado en alguna ocupación relacionada con este producto.
Saldar la deuda histórica de Chiapas con Matías Romero es rescatar, honrar su memoria y difundir su legado.
También significa hoy consolidar el sector social de este cultivo y además comenzar a pensar estratégicamente como el oaxaqueño lo hizo para impulsar cultivos emergentes y aprovechar de mejor manera nuestras potencialidades –o sea socialmente- en materia de nuevos proyectos hidroeléctricos, de recursos naturales, minería y sobre todo desarrollar las capacidades de los chiapanecos más necesitados.
Tw @GerardoCoutino
Correo: geracouti@hotmail.com
MI BISABUELO ERA UNA PERSONA VISIONARIA Y EN LOS ESTUDIOS DEL CAFE EL OBSERVA QUE PRECISAMENTE ESTE CULTIVO ERA EL QUE PRODUCIENDOLO A GRAN ESCALA EL QUE HIBA A SACAR ADELANTE AL ESTADO Y AL PAIS EN GENERAL. PERO YO PIENSO QUE LO QUE LE AFECTO AL BISABUELO MATIAS ROMERO FUE LA SITUACION QUE ESTABA PASANDO EL PAIS, YA QUE A MI BISABUELO MATIAS ROMERO LE TOCO COMO MANEJAR LAS FINANZAS DE LA NACION EN SUS PRIMEROS AÑOS DE VIDA INDEPENDIENTE , YA QUE EL PAIS NO TENIA MUCHO DE HABER LOGRADO SU INDEPENDENCIA. YO SIENTO QUE SI ANALIZAMOS TODO EL TRABAJO QUE HIZO A FAVOR DEL PAIS . ENTONCES SI VAMOS A DARNOS CUENTA QUE NO SOLO EL ESTADO DE CHIAPAS ESTA EN DEUDA CON MATIAS ROMERO , SI NO TODO EL PAIS, EN GENERAL. UN SALUDO A TODOS .
Ya no entendi cuando dices que estamos en deuda con Matias Romero : «Uno solo de sus sueños con el café no se ha cumplido: que su cultivo sirva para sacar de la pobreza a miles de chiapanecos empobrecidos y ese es un pendiente de quienes después de él administraron nuestros destinos.» Entonces, ¿Estamos en deuda? o ¿Son los finqueros cafetaleros que explotaron la mano de obra indígena, quienes están en deuda con Matias Romero?.