Las remesas, la emigración de chiapanecos a Estados Unidos y la crisis
Las remesas de los chiapanecos y la migración provenientes de Estados Unidos han estado disminuyendo desde 2007. Pese a ello, Chiapas fue la entidad que más expulsa población a los Estados Unidos de todo el país en 2007, 2008 y 2012; mientras que en 2009, 2010 y 2011 ocupó el 4º lugar. En términos de remesas Chiapas, por su disminución, fue el quinto en 2007 y el tercero en 2008, el segundo en 2009, primero en 2010, en 2011, si bien no cayeron, ocuparon el 4º lugar en menos crecimiento y en lugar 11 en disminución en 2012 en el país medido en términos relativos, es decir por la tasa de crecimiento, y en términos absolutos es el tercero en 2007 (pierde 19.7 millones de dólares), el tercero en 2008 (pierde 110 millones de dólares), es el 10º en 2009 (pierde 201.4 millones de dólares); ello tiene que ver con la recesión de la economía de Estados Unidos que comenzó en el sector inmobiliario y afectó a la industria de la construcción en un primer momento en donde se empleaban muchos paisanos, por eso la crisis de Estados Unidos golpeó a Chiapas a partir de 2007, cuando la economía se desaceleraba y no estaba todavía en recesión. La crisis de 2008-2009 en los Estados Unidos provocó que las familias chiapanecas dejaran de percibir alrededor de 331.1 millones de dólares, si se toma la desaceleración de 2006-2007 y si sólo se tiene en cuenta 2007-2009 se dejaron de recibir 311.4 millones de dólares. La recesión tuvo profundas repercusiones en los trabajadores migrantes, pues son los primeros en perder puestos de trabajo y los chiapanecos como llegaron al último fueron de los más vulnerables en el mercado de trabajo de Estados Unidos. En Chiapas podemos decir que el principal producto de exportación es la gente, aunque es políticamente incorrecto señalarlo y admitirlo, pues las remesas superan al valor de la producción de la mayoría de los productos agropecuarios.
La baja de las remesas afectó en primer lugar a las familias que dejan de recibirlas, pero tiene impacto sobre el comercio, pues disminuye el consumo y con ello las ventas, y si se demandan menos bienes y servicios, disminuye la demanda agregada y ello tiene un efecto negativo sobre la producción interna y sobre el PIB. También tuvo efectos sobre las empresas remesadoras y los bancos que vieron disminuir las transacciones, sobre la industria del transporte, agencias de viajes, coyotes, etcétera. Es decir, tiene muchos daños colaterales que se dejaron sentir en las familias que recibían remesas y en la economía de Chiapas, si es que se quiere hacer un análisis mínimamente objetivo. La disminución de las remesas fue la principal afectación en el corto plazo a la economía chiapaneca de la crisis global que comenzó en los Estados Unidos, principal destino de los migrantes internacionales chiapanecos. El gasto público en este periodo se incrementó y la deuda de la entidad también, pero sin efectos positivos sobre la deteriorada economía de Chiapas, por la rapiña y la piñata del sabinismo.
Gasto público y remesas son los puntales que mantienen a flote la deteriorada economía de Chiapas. El gasto se mantuvo alto y la política de endeudamiento de Sabines igual, pero las remesas se cayeron. Chiapas se ha convertido en los últimos años en una economía rentista y existen síntomas de enfermedad holandesa atípica en su economía. Es por ello que en Chiapas hay un estado y una sociedad rentista, que busca vivir, no del producto de su trabajo, sino de la renta pública (robo de las arcas, programas asistenciales, maiceo, palanquismo, etcétera) o de la renta privada (remesas). Eso lleva a sectores de la población de querer apropiarse de cualquier fuente de renta: controlan casetas en centros turísticos, quisieron hacer lo mismo en sitios arqueológicos, ponen lazos en la carretera, crean organizaciones de todo tipo con 3 o 4 gatos para buscar recursos o prebendas oficiales, fundan periódicos que nadie lee, toman tierras y predios urbanos, y ahora toman casetas de peaje. En Chiapas tal parece que el gobierno y una parte importante de la sociedad, ante la incapacidad de la economía de generar empleos, se ha convertido en una sociedad que anda pidiendo: «calaverita tía». La piedra filosofal del gobierno, de las organizaciones, es “bajar recursos”, por eso digo lo de calaverita tía.
En relación a las familias que recibían remesas y las dejaron de recibir, la recesión de la economía de Estados Unidos los golpeó. Es decir, si se perdieron más de tres millones de puestos de trabajo, era de esperarse que los chiapanecos también perdieran empleos y sus expectativas de obtenerlos pronto fue, al menos, incierta. Los más afortunados que no perdieron trabajo temían perderlo y parte de lo que enviaban lo ahorraron para los tiempos de “vacas flacas”. Esas son las razones que han hecho disminuir sensiblemente las remesas en Chiapas. Sin embargo, la emigración de chiapanecos no ha parado, pues en 2007, 2008 y 2012 ocupamos el primer lugar en el país en expulsar migrantes a Estados Unidos y de 2009 a 2011 el cuarto lugar, pero ni así las remesas aumentaron en 2008, 2009, 2010 y 2012, solamente en 2011 aumentaron en 3.5% con relación a 2010, lo cual quiere decir que la incorporación al mercado de trabajo no está resultando positiva, pues hay más chiapanecos pero mandan menos divisas, quizá muchos se han precarizado también en los Estados Unidos. Además, en trabajo de campo que realizamos en Los Altos y la Sierra hemos observado retornos importantes de chiapanecos que vivían en Estados Unidos y que no tienen intención de regresar por la crisis económica, a pesar que investigadores del Colegio de la Frontera Norte digan que no hay retorno, en Chiapas existen evidencias que lo hay; un indicador indirecto de lo anterior es el incremento de las personas dedicadas a la agricultura de autosubsistencia de acuerdo con la ENOE. Era de esperarse, pues las redes de los chiapanecos están menos consolidadas y sino tienen trabajo allá no comen y no tienen para pagar la renta, mientras aquí al menos vienen a engrosar las filas del subempleo y pueden tener donde dormir y comer un taco de frijol. Ese es la razón del supuesto empleo creado por Sabines, el retorno de migrantes chiapanecos en los Estados Unidos que se emplean en actividades precarias aquí; las cifras indican que se están volviendo a retomar la diáspora.
El riesgo que por el retorno y la falta de creación de empleos aumente la delincuencia es una posibilidad real, pues los que no logren inserción en la economía informal o en actividades agrícolas de subempleo o pongan un negocio con los dólares que ganaron allá, estarán tentados, pues se han acostumbrado a otra forma de vida y otros ingresos que aquí no tendrán, pues pese a que el INEGI diga que en Chiapas hay casi pleno empleo, es una lectura equivocada del mercado de trabajo, esa fue la de Sabines, pues la economía chiapaneca no crea empleos sino que los ha perdido en los últimos años. Es una visión equivocada de cómo analizar el mercado de trabajo en economías de agricultura atrasada como la nuestra. Es decir, por ello los estados más atrasados económicamente hablando de México son los que, de acuerdo al INEGI, presentan las menores tasas de desempleo en México. Chiapas de hecho tiene menor desempleo abierto que Estados Unidos, Alemania, Japón, España, etcétera, y a nivel nacional menos que el DF, Nuevo León, etc. Si en lugar de utilizar la metodología del INEGI se recurre a la de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que ha trabajado el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Unam, con los mismos datos se llegan a resultados totalmente diferentes Los datos de INEGI son un indicador que nos hablan del poco desarrollo del capitalismo en Chiapas, no es un indicador para presumir, antes bien para lo contrario.
La migración a Estados Unidos no se detendrá en Chiapas, pues si bien hay retornos éstos ha sido para aguantar la recesión del Norte y en 2012 los chiapanecos vuelven a ser el primer lugar de las entidades del país en emigrar a Estados Unidos, pero la disminución de remesas es una realidad desde 2007, sólo en 2011 se detuvo la caída y tuvo un ligero repunte, y ello tiene efectos a nivel micro y macroeconómico en la economía chiapaneca.
En relación a los tres primeros trimestres de 2013 es el 8º estado que más ha resentido la caída en tasa de crecimiento y el 9º en términos de disminución absoluta de las remesas con 38.2 millones de dólares con respecto al trimestre anterior. Hay que ver que este descenso se da en un escenario de recesión de la economía chiapaneca y la caída de las remesas afecta la demanda agregada y contribuye a la desaceleración de las ventas.
En realidad es grave la situación de Chiapas, pues padecemos una crisis de carácter estructural, no es sólo cíclica y de esas crisis sólo se sale cambiando la base productiva de la entidad y el modelo económico en México. Es fácil apreciar la crisis estructural, si es que se quiere ver, prueba de ello es que hoy tenemos menos agricultura y menos industria que de por si era débil, artesanal y atrasada desde el punto de vista tecnológico en la entidad. Hay que cambiar, pero no cosméticamente, si es que no queremos ser víctimas de conflictos sociales permanentes e interminables, en donde casi todos los chiapanecos terminemos pidiendo: “calabacita tía”.
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