El «mea culpa» del General

Absalón Castellanos custodiado por integrantes del EZLN. Foto: Archivo Hemeroteca de la UNAM

Absalón Castellanos custodiado por integrantes del EZLN. Foto: Archivo Hemeroteca de la UNAM

El mea culpa del general Absalón Castellanos Domínguez  inició con su captura zapatista  y concluyó con la entrega de  sus ranchos San Joaquín, Nuevo Momón y Guadalupe  a las  comunidades indígenas, como también a sus  propios familiares y parientes pobres de los poblados en aquella región selvática de Las  Margaritas, donde sus ancestros fueron  amos y señores, dueños  de  haciendas y vidas,  por generaciones enteras.

En Bello Paisaje, la antigua ranchería más próxima   a  San Joaquín se comenta aún con asombro e incredulidad: ¿Qué revoloteó en la cabeza del general la víspera de su rapto, que no huyó de  la zona? , ¿Por qué unas horas antes de que fueran por él  recorrió todavía sus propiedades, bordeando  los caminos de las rancherías   Espíritu  Santo y El Encanto,  de donde retornó   en aparente tranquilidad,  a  la casa grande, donde lo esperaba   doña Elsy Herrerías, su mujer?

Aquel 2 de enero brumoso, el viejo militar sabía con precisión castrense los  combates que se libraban entre el Ejército federal y los guerrilleros  en ciertas  regiones de Chiapas; desde mucho antes fue informado de la lucha armada indígena que traería    aquel 1994 de embozados y de rifles de palo.

¿Por qué entonces esperó su captura y su posterior humillación ante el mundo, que le significó el juicio  zapatista  bajo los cielos nubosos  de Guadalupe Tepeyac, donde sus captores, los alzados en armas, hijos de antiguos peones de su  feudo ancestral le  perdonaron la vidaacuchillado por un memorial de presuntos agravios cometidos  por sus antepasados, y rematados  en la estampa  rediviva de su padre, don Matías,  El  Patriarca  de  su linaje contemporáneo?

¿En qué pensaba  El León de  Batallas cuando al bajar de su jeep, acompañado de René Rodríguez, su chofer y  único guardaespaldas fue cercado   y atado por centenares de milicianos, que fusiles en ristre,  lo condujeron y ataron  a una pilastra del casco de la antigua hacienda de Los Castellanos?

El general, ceñido en sus botas mineras, su camisa blanca a cuadros, pantalón de mezclilla y surcado por su barba mosaica, se hizo más pétreo , durante  las casi diez horas que estuvo amarrado bajo la inclemente y acusadora mirada de aquellos  indígenas , que parecían  cobrarse las afrentas  de  los caciques   a sus antepasados, que por centurias los sometieron al desprecio, a la  degradación humana.

El mea culpa del ex director del Heroico Colegio Militar  prosiguió  en su laberinto cuando fue trasladado a la  bodega de la organización cafetalera  Selva Blanca en la cabecera de Las Margaritas,  donde con los ojos vendados, junto a René,  fue colocado por 48 horas  con los apilados cadáveres de  zapatistas y  militares caídos en combate, que días después fueron sepultados  en los terrenos de un campo llanero de fútbol  del barrio La Pila.

Dos días antes, la cabecera   fue zona de guerra.  La madrugada de la ocupación, de donde del salón socio-cultural, anexo al inmueble del Ayuntamiento, el presidente municipal Romeo Culebro, escapó vestido de mujer, y su escolta Aarón Gordillo fue  muerto a tiros en la huida.

El nieto de don Belisario Domínguez Palencia   continuó el  mea culpa, esta vez  hacia los territorios de la Realidad,  en cuyo trayecto  su guardaespaldas fue liberado con la sentencia de :no voltees a ver porque te quedas.  La advertencia entre chol y español  le retumbó  mientras el convoy con el general   se perdía en la cortina de polvo,  en su encuentro con el  Comité Clandestino Revolucionario Indígena.

La tarde que don  Absalón fue llevado, doña Elsy corrió  a la capilla de la vieja finca, de donde a lágrima viva ante la virgen de Guadalupe, fue traspuesta a una casa  vecina  de familiares pobres, en cuyas conversaciones se daban  por muertos al militar y su ayudante.

Llevaron al general, ya no volverá; si mi esposo se portó mal en algún momento debe pagar, pero sin quitarle la vida, cuchichearon. Una  semana después helicópteros artillados y camiones blindados fueron por la compañera de vida del jefe militar.

Con  la liberación fue  el juicio popular La  voz tronante de Moisés  y su memorial de agraviosexpuestos al mundo:

El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN establece las conclusiones en contra de Absalón Castellanos Domínguez, general de división del Ejército Federal Mexicano, acusado de delitos varios en perjuicio de la población indígena chiapaneca …fue encontrado culpable de los delitos de violación a los derechos humanos indígenas, robo, despojo, secuestro, corrupción y asesinato…

 . . EZLN conmuta la pena de cadena perpetua a Castellanos Domínguez, lo deja libre físicamente y, en su lugar, lo condena a vivir hasta el último de sus días con la pena y la vergüenza de haber recibido el perdón y la bondad de aquellos a quienes tanto tiempo humilló, secuestró, despojó, robó y asesinó”.

El retorno  a sus ranchos  y el estigma del cautiverio fue en 1995, bajo una nube de militares, se realizó en medio de la ocupación  indígena  de aquella vastedad de tierras,  Un año después el general las restituyó a las rancherías como superficies ejidales.

En Bello Paisaje, a dos meses de la conmemoración del alzamiento armado del EZLN y el posterior cautiverio del anciano militar, se deslizan los cuchicheos de aquel 1994 con un Absalón convencido que de algún modo tenía que quitarse la losa del pasado familiar; la sangre libertaria y de justicia  de don Belisario Domínguez se le borbolló por  esos días, cuando esperó paciente su cita con la historia.

Tal vez quiso pagar en parte, cargar con la culpa,  todo el pasado de su familia, que acumuló por años las fincas con miles de hectáreas que se perdían de vista, entre cerros y cañadas, y que pueblos enteros de indígenas, como también de familiares y parientes pobres del general:   los Domínguez, Los Castellanos, Los Gordillo, Los Figueroa reclamaban.

La abuela Zoila, don Armando y don Manuel, refieren el mea culpa del descendiente de don Matías, como  también que la guerrilla  lo perdonó y condicionó su libertad  a cambio  del reparto de sus tierras, de cuyas extensiones, sólo le quedó el casco de San Joaquín, a donde suele retornar en las navidades con sus recuerdos, de cuando en el cautiverio justificó las causas de la lucha zapatista e indígena, que  durante generaciones no reconocieron  sus ancestros.

4 Responses to “El «mea culpa» del General”

  1. Marcelo Gonzalez
    12 febrero, 2016 at 7:22 #

    Carmela, no tienes ideas de lo que dices. Muy estupido comentario. El articulo esta muy bien escrito y déjà un gran testimonio de lo ocurrido en ese lugar, su gente y la corrupcion de esa familia castellanos Dominguez .

  2. ALEJANDRO CONSTANTINO
    1 noviembre, 2013 at 21:56 #

    LES SUGIERO LEER NUDO DE SERPIENTES DE ALEJANDRO ALDANA

  3. Luis V
    1 noviembre, 2013 at 11:46 #

    Excelente articulo, bonita forma de escribir. Me gustó la historia.
    Sobre todo ésta parte:
    . . EZLN conmuta la pena de cadena perpetua a Castellanos Domínguez, lo deja libre físicamente y, en su lugar, lo condena a vivir hasta el último de sus días con la pena y la vergüenza de haber recibido el perdón y la bondad de aquellos a quienes tanto tiempo humilló, secuestró, despojó, robó y asesinó”.

    • Carmela Bonfil
      19 mayo, 2014 at 22:12 #

      Mi afectuoso luisv , te gusto como escribieron opinando a Castellanos Domínguez, pero tu opinión es vana pues eres un tipo que no conoce nada de la vida del Gral. ni mucho menos de sus ancestros deberías hablar de tu mama o tu papa.

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