El dirigente del PRD debe tragarse sus palabras
El sabinista Luis Raquel Cal y Mayor apretó los dientes al ver que Pablo Salazar Mendiguchía se desempeñaba como delegado en el Congreso Nacional que organizó el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Oaxtepec, Morelos.
Sus afanes de atajar la afiliación del exgobernador al Sol Azteca, sin duda por órdenes que recibió de Juan Sabines Guerrero, no solo fueron inútiles sino vergonzosos porque vio cómo el soyalteco participaba y se solazaba con el encargo que se le encomendó entre los perredistas.
Las diatribas y aspavientos que acostumbra propalar este sabinista, incrustado todavía en la dirigencia del PRD, caen normalmente en el despropósito y el bochorno. Su pasado es, asimismo, infame y vergonzoso. Realizó una campaña nefanda en contra de Carlos Morales Vázquez en las elecciones a la presidencia municipal, para hacerlo perder pese haber sido postulado por su propio partido.
Sin embargo, con Pablo Salazar no pudo realizar su tarea y ante este hecho, que no abona a su credibilidad, cabe preguntarle: ¿No dijo que imposibilitaría con uñas y dientes la llegada de Salazar Mendiguchía al PRD? ¿Cómo explica que el exgobernador haya sido aceptado, no solo como simple militante sino como delegado del Congreso? Debería el dirigente perredista, como decía Octavio Paz, tragarse todas sus palabras y vomitarlas y volverlas a tragar.
Luis y tú vas ir con Luis Raquel o con Juan Sabines ? , tal vez con los dos.