Mujeres zapatistas
La Libertad según l@s Zapatistas VII
A Elisa
Mujeres zapatistas
Cuando estábamos bajo el dominio de nuestros padres no nos daban
esa libertad de salir pues era mucho el machismo que se vivía antes.
Eloisa
Cuando veo en San Cristóbal de Las Casas a las mujeres trabajadoras marginales no dejo de admirar su fortaleza y capacidades. Una de ellas es una vendedora de dulces que ocupa eventualmente una banca en el Andador Guadalupano. Se la pasa buena parte del día sin importar si hace calor o frío. Con ella están dos niñas y un bebé de meses, esperando que de un momento a otro el personal del Ayuntamiento les ordene abandonar ese espacio turístico. Es muy probablemente que las ganancias del día no rebasen los 30 ó 40 pesos y sin embargo sobreviven. Otras son las mujeres que barren las calles y plazas de la ciudad que por mil 500 pesos a la quincena trabajan la jornada de 8 horas diarias. Algunas de ellas tienen que llevar a sus pequeños hijos al trabajo. Los niños que caminan, caminan la jornada y los bebes van enrebozados a la espalda de su madre. Ellas – además de estar sujetas a los jefes de Limpia del
Ayuntamiento -, pepenan para los empresarios coletos del reciclaje. Para sobrevivir en la marginalidad, familias enteras se han sumado a la pepena. Algunas mujeres son obligadas a la pepena por el marido alcohólico y golpeador. Decenas de mujeres de todas las edades recorren los Andadores Turísticos, calles y plazas de la ciudad vendiendo artesanías acompañadas de sus pequeñas hijas/os. En estos días conocí a una niña de un poco más de dos años, en su brazo izquierdo colgaban collares y con su mano derecha ofrecía otro en venta. Apenas habla pero ya ofrece en la castilla su mercancía. El entrenamiento comienza en la niñez, a muy temprana edad. Cuestión de sobrevivencia. En los barrios a la orillada de la ciudad, las jóvenes son iniciadas en la vida sexual de forma tumultuaria, en veces con consentimiento, en veces violadas. Las vendedoras ambulantes, las barrenderas, pepenadoras e iniciadas sexualmente son mujeres indígenas.
Decenas de jóvenes y guapas mujeres ladinas son contratadas como edecanes que lucen ajustados y cortos vestidos para ofrecer – moviéndose al ritmo de música ruidosa – cerveza, refrescos o productos electrónicos a la puerta de los comercios. En su rostro se refleja su malestar y las ganas de no estar ahí… esquivan miradas y resisten. Cientos de jóvenes mujeres, con un presente inhumano y sin futuro, son administrados por empresas tratantes de mano de obra que las mandan a cubrir, por miserables salarios, injustas jornadas de trabajo en las tiendotas Wall Mart, Soriana y Chedraui. Otro tanto pasa en hoteles, posadas, comercios, farmacias y restaurantes donde las jóvenes firman su renuncia – antes que un contrato -, y son despedidas al arbitrio del o la patrona. La trata de mujeres, los centros de prostitución, la desaparición de mujeres y los feminicidios van en aumento, tal y como se ha incrementado la feminización de la pobreza, de las fuerzas armadas (Ejército, Armada y policías), del box, la lucha libre, el futbol o las televisoras. Ahí está la desgraciada de la Bozzo, la López Azuara, La Riata de Brozo que se contonea frente a una “feminista” que aprendió a “comer sapos”. Ahí están las exitosas como la Micha, la cautivadora diva de las noticias, las Netas Divinas, las QPoqar, las Mo Joe y un montón de bizcochitos tele-noveleras. Desde las alturas, con Peña Nieto, se feminizan con equidad, los puestos de elección popular.
Cuando comenté estas realidades con una mujer con décadas de digna y honesta actuancia respondió: “Cómo dijo fulana: Perdimos”.
Las asimetrías en el bestial Sistema Patriarcal Capitalista Neoliberal Conservador Mundial son brutales. Un ejemplo: el cintillo del Brozonoticiero del día 22 de octubre noticiaba que los tribunales italianos han sentenciado a Silvio Berlusconi a pagar ¡¡2 millones de dólares mensuales de manutención a una de sus ex esposas!! Si usted hace cuentas -a $12.50 el dólar-, esa mujer recibiría diariamente unos 833 mil 333 pesos 33 centavos diarios. Para que la indígena vendedora de dulces en el Andador Turístico de San Cristóbal junte con su ganancia diaria esa cantidad, tendrían que pasar 57 años sin gastar un solo peso.
En los “rincones dignos de la Patria”
En las montañas y selva de Chiapas, miles de mujeres zapatistas del EZLN actúan todos los días para liberarse del dominio Patriarcal que está en ellas, en su familia, en su cultura, en sus hogares, en sus pueblos y en el proceso mismo de construcción de su Autonomía. Basta con leer los testimonios que 43 compañeras nos entregaron en el Librito titulado: Participación de las mujeres en el Gobierno Autónomo. Si revisa con detenimiento, no hay Librito donde las mujeres no hablen de las grandes dificultades que están enfrentando en su proceso, pero también, de sus avances. Es común que nos digan que la Ley Revolucionaria de Mujeres se ha cumplido “un poquito”, sin embargo, volteando a ver otras realidades, ese “poquito” puede que no sea tan “poquito”.
Que en sus pueblos las mujeres zapatistas sean “más de la mitad del Cielo”, y cuenten con medios de producción, tierra y fuerza de trabajo. Que tengan un referente ideológico político militar y estén organizadas como bases de apoyo de un Ejército Zapatista de Liberación Nacional que se ocupa y “empieza por su casa”. Que se reconozcan en ese colectivo de miles sin paralelo en México donde se combinan las inteligencias, fortalezas y la resistencia histórica de las mujeres. Sus convicciones religiosas, estrategias de sobrevivencia, trabajo familiar y/o comunitario, en un proyecto de liberación nacional, hacen posible su caminar en medio del fango patriarcal y que valoren sus: “20 años de lucha frente a 520 años de dominación”.
En La Escuelita las profesoras zapatistas nos platicaron como están participando en los tres niveles del Gobierno Autónomo: Comunidad, Municipio Rebelde, Junta de Buen Gobierno. En las áreas de trabajo: Salud, Educación, Producción, Comunicación y en las fuerzas armadas del EZLN. Buscan sus raíces culturales, sus tradiciones, construyen su historia y se proponen una “buena cultura” y una “nueva sociedad”. Su método es: pensar, proponer, decidir y actuar.
Algo novedoso para mí fue la propuesta de ampliación de la Ley Revolucionaria de Mujeres (1) que por 17 años quedó por ahí: “Estos 33 puntos fueron una propuesta que salió desde 1996, se ampliaron varios puntos, pero no se ha confirmado se así quedan”. De botepronto la propuesta recibió la crítica de las feministas urbanas: “Ahí está la mano de la Diócesis, de la CODIMUJ. Lo bueno es que no la han aprobado”, dijeron. Por cierto, chueco o derecho, la CODIMUJ es, desde hace medio siglo, la mayor agrupación de mujeres en Chiapas y garante en su andar en la historia. Al parecer, las mujeres zapatistas tienen la firme intención de llevar la propuesta de modificación Ley Revolucionaria de Mujeres a la consulta con sus bases.
Por supuesto que las mujeres zapatistas nos presumen que están “eliminando el machismo”, viendo las formas para que sus maridos aprendan y participen de las labores domésticas. Como saben ustedes, las mujeres conocen y participan en las labores de la milpa, del cafetal, del frijolar, del platanal familiares y colectivos; cuidan ganados, cerdos, aves. Realizan los trabajos domésticos: lavan, cocinan, limpian. Nacen a sus hijas/os, los crían, los cuidan, los educan. Sus actividades superan las tareas del macho proveedor. Como quiera, dicen las zapatistas, “mujeres y hombres” deben de luchar juntos. Nos presumen que no han tenido que recurrir a los apoyos gubernamentales. Que han podido sostenerse con sus propios medios. Que en las clínicas autónomas reciben mejor atención. Que si llegan a golpear a una mujer hay castigo para el golpeador, para el violador. Para eso tienen su Sistema de Justicia.
Por norma, comentaron, los divorcios los decide la pareja. Sin embargo, en algunas comunidades, para la vida en pareja ambos son del EZLN o se salen. Si la familia se “salió de zapatista… se salió”. En veces les permiten el retorno después de cumplir una sanción.
Las mujeres reivindican su cultura, su idioma, su música, instrumentos y atuendo. Mientras eso decían yo veía los cambios en el atuendo de la jóvenes mujeres zapatistas y los contados atuendos tradicionales en las mujeres, no se diga, el uso de la ropa ladina en los hombres de todas las edades.
En cada una de las zonas zapatistas, es decir, de cada uno de los Caracoles, se han establecido planes de estudio y de trabajo en Equidad de Género.
Durante el curso escuchamos algunas frases:
“Este país tiene que mejorar”
“La autonomía no es sólo para nosotros, es para todos. Para un país mejor, para un mundo mejor. La sociedad y el mundo va a ser así” Esa es la utopía de las y los zapatistas ven.
Las mujeres afirmaron:
– Las mujeres zapatistas somos ricas por poder participar.
– Somos ricas por estar frente a ustedes.
– Somos ricas por ser libres.
¿Errores? ¡¡Muchos!! Pero no les voy a contar todos, dijo una de las profesoras.
“Esperamos que hayan entendió que no es fácil conquistar la libertad”.
P.D. Neta. Hace tiempo que las mejores enseñanzas las he recibido de las mujeres.
(1). Librito: Participación de las mujeres en el Gobierno Autónomo, págs. 28, 29 y 30.
En el medio de la avasalladora ofensiva del neoliberalismo privatizador y la crisis de inacción del timorato gobierno estatal, es una verdadera luz de esperanza el paciente trabajo cotidiano de las comunidades zapatistas y la lucha de sus mujeres. Son apenas una semilla, pero representan un poderoso ejemplo de dignidad y resistencia que, más temprano que tarde, fructificará en la conciencia de las nuevas generaciones.