Indigestión periodística

Ben Johnson, quien disputó espacios de celebridad literaria durante el periodo shakespeariano, se encontraba en la tienda de un librero, cuando llegó un joven vivaz y platicador.

El autor de La tienda de noticias, una obra teatral que se representaba con gran éxito y que criticaba a las recién surgidas hojas periodísticas, empezó a despotricar en contra de los informadores con su eventual oyente:

“Estos buscadores de noticia se nos meten hasta en la sopa. Apenas nos disponemos a tomar nuestro vaso de cerveza en compañía de los amigos, ya se habla de lo que estos han visto en esas diabólicas hojas impresas. Nos regalan con verdaderas salchichas noticiosas y como postre nos dan un artículo en que se habla de filosofía”, exclamó Johnson emocionado y sincero.

Al día siguiente, en una hoja periodística apareció un texto pretendidamente informativo: “Míster Ben Johnson se encuentra enfermo. Bebió demasiada cerveza, comió mala sopa, tragó docenas de salchichas y como postre un potaje raro. Todo esto lo compró en su propia Tienda de noticias. ¡Cuidado con esa tienda…!”.

Hasta entonces, el dramaturgo se dio cuenta que el joven aquel de ojos vivaces era periodista, por lo que envió una encolerizada nota al periódico:

“Confieso mi indigestión. Pero admiro el ‘humor del autor’. Creo que para el porvenir estos astutos señores van a envolver al mundo en papel y a fuer de  hombre sincero, desde hoy comienzo a admirarlos. Lo único que deseo es que sean guías de la verdad, de las justicia y del bien”.

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Aún hoy no aprendemos y en el periodismo seguimos provocando indisgestiones diarias…

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Canetti descubrió una evidencia, dijo que los días tienen nombre –Lunes, Martes, Miércoles– pero las noches no. Para hablar de la noche hemos citar el día, “la noche del lunes”.

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Los dos lectores que tengo son muy simpáticos. Supongo que ninguno de ellos me lee, porque me felicitan incluso cuando no publico.

Así son los verdaderos lectores que te leen cuando ni siquiera escribes.