El espectáculo impúdico en tierras del liberal Ángel Albino Corzo
De cómo un solo hombre sin decir una palabra, menos aún externar una idea, puede con sus gestos, sus dedos en ristre y la mirada encubierta, puede transmitir el perfil de un gobierno, sus actitudes y sus posiciones sobre el actual conflicto magisterial.
Los campos vecinos del Canguí en Chiapa de Corzo, emblemáticos por sus luchas liberales y conservadoras en las guerras de Reforma y de Contra revolución, definieron y exhibieron perfiles y conductas auténticas en el conflicto magisterial chiapaneco, en su faceta de bloqueo al aeropuerto internacional Ángel Albino Corzo.
El amanecer avanzó con el zumbido de helicópteros, de gigantescos camiones blindados y vehículos patrullas, llenos de policías antimotines, con la encomienda única de resguardar la sede aeroportuaria.
A las 06:00 horas el gran valle surcado de desembocaduras de ríos, de arroyos y del suave verdor de planicies, era dominado ya por el crepitar incesante de centenares de autos con miles de maestros de las Secciones 7 ya 40 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que llegaban a consumar una protesta más en contra de la reforma educativa, la más importante, seguramente, más que la obstrucción de Torre de Pemex, por la incomunicación aérea en que se vio inmerso el estado.
Cada docente, hombre, mujer por igual sabía su despliegue personal, incluso su posición de montaña, como la asumieron decenas de ellos, instalados sobre un pequeño cerro escarpado, de donde hacían de vigías hacia el primer contingente y filtro policíaco, que protegía el acceso al Ángel Albino Corzo.
La generosidad de la naturaleza de flora inmensa de árboles, matorrales y pisos- alfombras de refrescante humus, aportó la comodidad para el descanso y la revisión de la estrategia del repliegue necesario.
Frágiles Barricadas de palos y ramas, con todo el peso político y la trascendencia del movimiento magisterial, bloqueaban el paso vehicular y peatonal, pero lo franqueaban a enfermos, que dejaban la zona o ingresaban para el vuelo siguiente.
Nueve horas de afrentas, impotencias y miedos contenidos, rozados por furiosos relámpagos de palabras y miradas cruzadas entre protagonistas de la última barricadamagisterial y el primer filtro de policías federales empotrados en sus escudos, cascos y toletes.
En el aire perfumado de vainas de cedro, de caobo y taray de las siete de la mañana,viajaban mensajes de quienes frente a frente, a cara de perro, distantes unos metros, se destruían sin tocarse.
Maestros y policías se ramificaban en ojos y oídos, en un arranque de batallas, de pezuñas y de carromatos imaginarios, nada más. Válido en la lucha política.
Lanzaban sus necesarios espantapájaros para ahuyentar la peste del enfrentamiento y la violencia.
De pronto, de la espesura azul de los uniformes y cascos policíacos, surgió un hombre con trazas de funcionario público de mandamás.- No podía ser un empleado subordinado, porque los comandantes policíacos le permitieron actuar libremente en el área-. Todo catrín él, vestido formal, pantalón gris, camisa blanca, zapatos negros y gafas de solcalados, en su estampa de metrosexual.
Encaminó algunos pasos. Quedó frente al camión blindado, a donde llegaban los vahos de bocas con temores amordazados. Empezó su casi espectáculo inusual de sombras chinescas, dirigido a maestros de la barricada.
Bamboleándose en ritmos de streptease el hombre de la fotografía desplegó, no precisamente acciones de ataques ni operativos policíacos, sino un repertorio de señas obscenas.
Las manos, del supuesto alto mando policíaco federal o estatal, recreaban explícitas alusiones sexuales.
Trazaban abigarradas escenas de poses y cópulas eróticas, de desfiguros referidos al miembro sexual masculino y femenino.
El catrín No cesaba. Enardecidos los dedos acudieron a su bragueta en un falso intento voyerista.
Quedaron ahí las poliseñales del funcionario gubernamental. Ratificó el mensaje expreso y manifiesto de Peña Nieto al conflicto magisterial.
El hombre del espectáculo impúdico en tierras del liberal Ángel Albino Corzo, tampoco habló, no dio pauta al diálogo. Lo resumió todo en el silencio delator de la ofensa que también pretende humillar y sobajar.
La persona de la foto era un particular que estaba encabronado porque perdió su vuelo, cuando los maestros lo dejan pasar y llega del lado de la policia empezó a insultar a los maestros, la policia al principio no le dijo nada y ya cuando vieron que las cosas se calentaban lo fueron a retirar, eso lo se porque yo estuve ahi, Isain Mandujano lo sabe, preguntenle a el y verán que es cierto
En realidad, este señor estaba mostrando a los maestros, mediante un lenguaje de señas, cual es la política social del gobierno federal.
Un resorterazo en la mera nuca quería ese! …me daría coraje si no es porque papi Freud me enseñó a reírme de quien presume esas cositas (literalmente).
Excelente crónica!