Cortinas de Humo

Claro que logró su cometido la “gran noticia” de la supuesta ruptura de la pareja mediática Anahí Puente y Manuel Velasco. Era necesario crear un distractor para que la aturdida opinión pública chiapaneca, atascada entre el circo y el plantón magisterial, no reparara en exceso en el gran fraude del sexenio: la torre ni de Chiapas ni de Grupo Azteca).

El fin justifica los medios y éste fue confundir más a la sociedad. No es casualidad que esa “noticia” apareció una vez más, en revistas de farándula y chismes; y que el “desmentido” haya sido tuiteado y reproducido en programas televisivos del mismo tipo, destacando el tortolismo plástico fabricado para atajar rumores sobre sexualidad.

Ingenuos aquellos que cayeron en la trampa y olvidaron los verdaderos problemas de la entidad. Comprobado está el interés morboso por la vida romántica de quien no gobierna y recurre al papel de la prensa, a los spots en los medios y a las redes sociales para “dirigir” los destinos de Chiapas.

Envía a su consorte a dar respuesta a trivialidades y banalidades, pero no da la cara a las demandas magisteriales, ni se pronuncia ante la estupidez de Ángel Córdova Toledo, ni sabe detener la voracidad de Salinas de Gortari. Al contrario, como niñete berrinchudo reclama a Emilio Chuayffet el no limpiarle la entidad para seguir con sus prioridades verbales, porque desconoce el terreno de los hechos.

 Gobernar no es promover luchas libres, obras de teatro, conciertos, equipos de futbol, telenovelas, programas faranduleros, ni contratar portadas para su banda de pañales y para si mismo ¡Qué importa! Hacer negocios o saquear el estado es la meta, total, la ley no se aplica ni obliga a reparar los daños. Por eso la impunidad camina en arenas acapulqueñas exhibiendo una gran panza como el clásico cerdo capitalista.

Por si aun hay duda de los distractores que adormecen a esta sociedad, basta ver los niveles de rating de la absurda telenovela Quiero Amarte, patrocinada con el dinero de miles de chiapanecos muriéndose de hambre: 18.6, equivalente al 40.6 del share (número de televisores encendidos en un momento determinado que ven un programa)[1].

Bien saben los “asesores y operadores” del gobierno que los ardides se están agotando. Por ello ya empezaron a recurrir a la contratación de grupos de choque, para culpar a los profesores de los desmanes que pronto “harán” y que será el motivo para “aplicar” el estado de derecho; por ello la PFP ha enviado más elementos a Tuxtla, pues se avecina la ley del garrote; pero después ¿Qué vendrá?

De seguro la “boda del año” con sopa Nissin, Frutsis y un paraguas más, en parques públicos para apapachar a los defensores a ultranza de un proyecto donde todo era prioridad pero nada realidad. A lo mejor se anima y hasta nos sorprenda que ya será papá, y entonces la nota será la llegada de un principito o princesita para que las revistas se den un atascón con las facturas que desfilarán en el mal llamado icoso.