Saber tocar la campana
La Campana Chiapaneca, periódico fundado por el prócer del federalismo chiapaneco Joaquín Miguel Gutiérrez, fue acusada de difamación, después de que publicó en su primer número, de fecha 7 de junio de 1827, que al vicario de Tuxtla se le había olvidado “tocar las campanas” en las celebraciones de Corpus de ese año.
El ayuntamiento perdonó a los periodistas al declararse incapacitado para juzgar la falta. Argumentó que en Chiapas no había Ley de Imprenta, pero sí recomendó que los “articulistas” debían, en el futuro conducirse, “con más reflexión”.
Hoy, nuestros gobernantes, hay que recordarlo y reconocerlo, no nos persiguen si los criticamos por habérseles olvidado tocar la campana o tocarla a destiempo durante el grito. Ha habido prudencia y madurez, y eso se agradece. Esperemos que ese respeto continúe, porque la persecución a los opinadores es el primer síntoma de la gestación de un Estado desmembrado, intolerante y delincuencial.
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