La prensa en el mundo y en Chiapas
Chiapas es un estado al que todo le llega tarde, incluso la modernidad. Es como Alicia en el país de las maravillas cuando juega con su gata Diana y se imagina cómo sería un mundo de su propia creación, es decir, producto de sus percepciones y en el que cualquier cosa suele ocurrir.
La Revolución Industrial llegó con las fincas cafetaleras alemanas, que utilizaron enormes secadoras de vapor. Todavía quedan algunos vestigios en sus cascos. Esto ocurrió con un atraso de 100 años más o menos.
La Revolución Mexicana llegó en 1914 con Jesús Agustín Castro (cuatro años más tarde), a quien los chiapanecos hicieron la guerra y ganaron, llegando a un acuerdo con Tío Bucho, que a la postre lo convirtió en gobernador en 1922. La reforma agraria llegó con el cardenismo. Es decir, como casi todo llega tarde, hay una necesidad imperiosa de decir que vamos a la vanguardia de cualquier cosa, pues se cree que con base en las percepciones se cambiará el estado de cosas, craso error.
Eso acontece con la prensa, que en el mundo está quebrando y en Chiapas con Sabines vivió un auge sin precedentes y con Manuel Velasco Coello se mantiene la misma política, basta con ver las portadas y los contenidos.
“Los diarios se sustentan en un sistema del siglo pasado: la economía de oferta; y la era digital trae una economía de demanda. Estamos en un momento en el que la intermediación, que es lo que caracteriza a la democracia representativa, está desapareciendo. Y los periodistas, que somos intermediarios entre lo que pasa y los que demandan información, estamos viendo cómo son los demás, los no periodistas, los que cuentan lo que les pasa sin ningún tipo de intermediario. Y como no sabemos qué hacer, le echamos la culpa al soporte, a ese viejo papel de periódico que servía para envolver plátanos en la frutería. Ni los profesionales ni los empresarios sabemos qué va a pasar. Los optimistas dicen que habrá periódicos. No lo tengo yo tan claro. Lo que sí habrá es periodistas, gente que nos interprete la realidad.” (José Luis Cebrián, director de la Escuela de periodismo El País/Universidad Autónoma de Madrid y fundador del grupo PRISA, editor de El País).
La quiebra de los principales diarios del planeta es noticia desde mediados de 2008. El País de España, que se anuncia como un diario global en español y seguramente el que tiene el mayor número de lectores en el mundo en nuestro idioma, ha perdido el 95 por ciento de su valor bursátil: una acción suya vale menos que un diario (desde los 20.8 euros del año 2000, cuando las acciones de este grupo salieron al mercado, a los 0.99 centavos de este año).
A principios de marzo de 2009, la empresa editorial McClatchy Company, propietaria de 30 diarios, entre ellos el Miami Herald, anunció proyecta eliminar 1, 600 puestos de trabajo, equivalentes al 15 por ciento de su plantilla. El 18 de marzo de 2009, Seattle amaneció sin uno de sus diarios más importantes: The Post Intelligencer (The P−I). Luego de 146 años de historia, el matutino de la Corporación Hearst no llegará más a las casas de los 117, 600 suscriptores diarios que tenía; desde ahora, sólo se le podrá leer en internet. Su cierre deja a la ciudad con un sólo diario impreso, su rival, The Seattle Times.
A fines de 2008, Tribune Company, el segundo grupo mediático de Estados Unidos, propietario además de The Baltimore Sun, se declaró en quiebra por las deudas acumuladas: 12, 100 millones de dólares. Tribune Co. es también propietario del equipo de béisbol Cachorros de Chicago y del estadio Wrigley Field y maneja 23 canales de televisión; sus principales prestatarios son JP Morgan Chase y Merrill Lynch. Tribune ya ha despedido a cientos de empleados y debe pagar en junio próximo una deuda de 512 millones de dólares.
En enero de 2009 la quiebra llegó hasta The Star Tribune de Minneapolis y a mediados de febrero las empresas editoriales del New Haven Register de Connecticut se declararon en bancarrota.
Una semana más tarde el grupo de prensa Hearst Corporation anunció el recorte de personal del diario San Francisco Chronicle, que en 2008 registró pérdidas por más de un millón de dólares por semana. El grupo empresarial dijo que su objetivo era reducir costos y evitar el cierre del periódico de más tirada de la ciudad californiana.
Ni siquiera News Corp, el grupo mediático del australiano Rupert Murdoch, se salva del colapso: el consorcio propietario de The Wall Street Journal y de The Sun acumuló pérdidas durante el último trimestre de 2008 por 6, 400 millones de dólares. Los periódicos estrella The New York Times, The Washington Post, The Chicago Tribune y Los Angeles Times ganan un 25 por ciento menos que hace 15 años y están al borde de la quiebra.
Entre 2007 y 2008, Gannett Company, la editora de diarios más importante del país, propietaria de 85, eliminó más de 8, 300 puestos de trabajo y analiza un plan de suspensiones para la mayoría de sus 31 mil empleados.
Otro de los gigantes mediáticos, EW Scripps Company, dueño de 15 diarios y 10 estaciones de televisión, despidió a 400 trabajadores y cerró su periódico Rocky Mountains News dos meses antes de que cumpliera 150 años.
La empresa que publica USA Today, el diario de mayor circulación del país, echó a mil trabajadores en agosto pasado. Otros periódicos estadounidenses, como The New York Sun y Baltimore Examiner, han saludado a sus lectores para siempre, dejando a cientos de trabajadores en la calle.
El efecto dominó sacude también a gigantes como The New York Times, Wall Street Journal y a las revistas Time y Newsweek. A fines de 2008 The New York Times ofreció su edificio con sede en Manhattan como garantía para pedir un préstamo: necesitaba 177 millones de dólares para afrontar un crédito de 412 millones que vence en mayo. The New York Times anunció, el 3 de agosto de 2013, la venta de Boston Globe a 70 millones de dólares, un diario que costó 1,100 millones hace dos décadas.
Lo mismo que pasa en Estados Unidos acontece en Europa. Aunque España es el más golpeado por la crisis internacional, no es el único país europeo en ver cómo sus emporios mediáticos se convierten en escombros. Los periódicos británicos The Times, The Guardian, The Independent, The Finantial Times y The Daily Telegraph pierden diariamente cientos de lectores y avisos publicitarios en toda Inglaterra. En Italia los medios afrontan el más profundo derrumbe de la publicidad en 16 años: las acciones de las 10 compañías más grandes del país caen en picada. En Francia, siendo presidente Nicolás Sarkozy tuvo que inyectar 765 millones de euros para sostener a la industria mediática. Aun así, Le Monde ha reducido su plantel en un 20 por ciento con el despido de 130 trabajadores y jubilaciones forzadas. El periódico Libération, nacido en la primavera del Mayo Francés para desnudar el capitalismo, fue comprado por el banquero Edouard de Rothschild.
En América Latina todavía no se han registrado quiebras en los grandes diarios, pero se empieza a palpar los efectos de la crisis. En Argentina, el grupo La Nación cerró la revista Cinemanía y planea reducir el formato de Rolling Stone. Lo mismo parece acontecer en México, aunque la propaganda política principalmente en épocas de campaña hace que los diarios se mantengan a flote.
Eso que ocurre en el mundo parece tener sin cuidado a Chiapas, pues en el estado que exhibe los peores indicadores de analfabetismo y lectura los diarios pareció vivir un éxito sin precedentes con el sabinismo y se mantiene con el Güero. Hay periódicos que no tienen un solo lector y sin embargo existen. El chiapaneco es de los estados que ostentan los peores indicadores de bienestar en México y parece ser es el que tiene más diarios. Si el desarrollo se midiera por la cantidad de éstos que tiene un estado seríamos desarrollados; si se midiera por lectores, no. ¿Cómo explicar esto?
Los diarios chiapanecos son funcionales al poder y le sirven, no viven de sus lectores; es más, éstos lo tienen sin cuidado. Por eso pueden ser como en Corea del Norte, que en relación con su mandatario Kim Il Sung decían: “El presidente Kim, quien a su paso las flores reverdecen y el sol alumbra más hermoso…”
Es peligroso en Chiapas no existan voces críticas en los medios, pues eso lleva a otras formas de expresión más violentas, como ha ocurrido en otras épocas y en los más diversos lugares. En el estado también circulan panfletos en internet que ahora son la nueva forma de “pintas en las paredes”, pero pueden surgir formas más violentas de expresión. La historia es rica en ejemplos. Hoy con el Güero, paradójicamente vemos la irrupción de medios críticos en Chiapas, pues con el sabinismo nada más se contaba con los dedos de una mano y sobraban dedos. Aparece Chiapas paralelo, que es un proyecto largamente acariciado por algunos amigos de la prensa y de la Unach, esperemos que no se vicie, pues antes han existido otros proyectos que han sucumbido ante el poder y el dinero del “Chayo”. Chiapas es rico en ejemplos.
Chiapas Paralelo está inspirado en lo que comentaba el semiólogo Umberto Eco cuando nos dice: “los nuevos medios de expresión que han surgido a lo largo de la historia, no han matado ni eliminado a los anteriores. Así pues, ni el cine terminó con el teatro ni la televisión obligó a desaparecer a la radio… El libro electrónico no sustituirá a los libros en papel, pero es probable que los soportes digitales releven a los diarios” (El País, 20 de mayo de 2009)
La falta de anunciantes, la caída de las acciones, ventas y lectores hacen los medios busquen desesperadamente cualquier acción para salvarse de la quiebra. Es decir, los grandes diarios del mundo quiebran y Chiapas fue en el sabinismo en sentido contrario a estas tendencias y se mantiene con el Güero que sigue con la uniformidad de las portadas y la no crítica. ¿Cuál será la razón? ¿Es el gobernador más joven y capaz? ¿A su paso: “Las flores reverdecen y el sol alumbra más hermoso”? ¿Poderoso caballero es don dinero? Si así como va con los medios nos fuera en la economía habríamos abandonado el sótano del país.
Coincido con la mayor parte de la reflexión. Un medio que no consigue vivir de sus lectores y anunciantes de la iniciativa privada, cae fácilmente en la aberración del cinismo propagandístico. De ahí el absoluto desprecio que evidencia la inmensa mayoría de los medios (prensa, radio, tv) al vivir de la propaganda oficial del Mandamás de turno. Pero esto tiene solución. Si la publicidad oficial seguirá siendo uno de esos males llamados «necesarios», al menos debería legislarse y transparentarse el uso con fines publicitarios de los recursos públicos (de los contribuyentes, se entiende).
Eso aparte, sólo quiero anotar que faltan los enlaces a las fuentes originales de buena parte de los datos mencionados aquí, que pertenecen desde luego a otros medios y autores. De hecho, ello habría podido economizar palabras a esta entrada, sin regatearle nada al aporte del autor. Es una de las ventajas de internet. Hay que usarlas.
Saludos.