Una imagen que se presentó en el partido de Ausburgo contra Bochum de la liga alemana, a ocho días del arranque del Mundial, me llevó a los comentarios que aquí quiero compartir. El jugador Carlos Gruezo, seleccionado ecuatoriano, en la disputa del balón con otro jugador, aqueja una molestia en el muslo derecho. Con el presagio de una lesión, Gruezo echa el balón a la banda y se tira al césped. Al valorarlo tiene que ser sustituido. Cuando sale de la cancha Gruezo rompe en llanto, desconsolado; no muestra tanto dolor por la lesión, más bien por lo que significa: […]
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