“Lo que está detrás de la caravana es el hambre”: Bartolo Fuentes
Señalado por el gobierno hondureño como el organizador de la Caravana Migrante, el político y periodista pone el dedo en otros responsables: Estados Unidos y el gobierno de su país. En entrevista, sostiene que estas caravanas brindan mayor seguridad a los migrantes en su paso por México, otro país que no asume su responsabilidad en la tragedia centroamericana: “Ya no queremos más desaparecidos, ni mutilados en el tren”
Texto y foto: Arturo Contreras Camero
CIUDAD DE MÉXICO.- “¡La dictadura va a caer! ¡Y por eso voy a regresar!”, grita enérgico ante un micrófono Bartolo Fuentes. Los refugiados que lo rodean, unos cientos, resoplan con vítores en el deportivo de la Magdalena Mixhuca, donde el gobierno de la capital levantó un campamento masivo para que miles de personas que cruzan el país en caravanas rumbo a Estados Unidos encuentren descanso.
Fuentes es un dirigente de oposición al gobierno de Honduras y periodista. A pesar de que asegura que no es el líder de esta Caravana, a la que él mismo convocó y que salió de San Pedro Sula en la madrugada del 13 de octubre, el aprecio que los migrantes muestran por él es evidente.
El ex diputado de izquierda solo marchó tres días con la Caravana, aunque pareciera que lo hubiera hecho los 24 días que han pasado desde entonces. Al tercer día de viaje, cuando la Caravana entraba en territorio guatemalteco, fue detenido y deportado a Honduras. Ahora está en México, para denunciar la persecución de la que ha sido objeto por parte del gobierno de su país.
Aunque aún no hay ningún cargo en su contra, asegura que la persecución que ha hecho el gobierno de Juan Orlando Hernández en contra de aquellos que organizan movimientos migratorios irregulares está enfocada contra él. Ayer, el embajador de Honduras en México, Alden Rivera, aseguró que ese país prepara acciones legales en contra de quien fomente este tipo de movilizaciones.
“Yo no acepto ser organizador de esa caravana, y no es porque sea un delito, sino porque no me cuelgo méritos que no tengo”, dice en el campamento de refugiados.
Bartolo fue invitado al octavo Foro Social Mundial de las Migraciones, una de las reuniones más relevantes sobre el tema a nivel internacional. Unos días antes de eso, se encontraba en El Salvador. Por recomendación de sus abogados, salió de Honduras casi inmediatamente después de haber sido deportado.
“Me informaron que ya habían visto a la gente de la fiscalía, que ellos no iban a esperar a tener pruebas en mi contra, sino que iban a esperar a sacar requerimientos fiscales, con una orden de captura y el juez, a la primera audiencia que hiciera me iba a mandar a la cárcel”, cuenta en entrevista.
De hecho, asegura que a su llegada a Tegucigalpa, la policía Nacional lo habría detenido si no fuera por un grupo de amigos periodistas que lo fueron a recoger al aeropuerto y lo ‘arrancaron’ de manos de los policías.
“El gobierno de Honduras se ha incomodado por la multitud, que ha evidenciado un montón de cosas. Y en lugar de aceptar las causas reales, busca culpables, chivos expiatorios, en este caso me señalan a mí”, dice.
Según su versión, él decidió unirse a la Caravana unos pocos días después de que se empezó a organizar, cuando esta era apenas un grupo de Whatsapp de menos de 60 personas. Él creyó que sus dos décadas de experiencia de experiencia en temas migratorios podían ser un insumo útil para la caravana.
Fue entonces cuando publicó en Facebook que se uniría al recorrido. En ese momento, la Caravana pasó de unas decenas a centenas; sin embargo, aclara, eso no explica los miles que ahora están cruzando México.
“Eso fue porque unos medios, que son gobiernistas, empezaron a atacar al grupo, pero pues les salió el tiro por la culata (…) atacando al grupo, diciendo que era un montaje político para desprestigiar al presidente Hernández ganaron atención nacional”, explica.
Entonces ¿quién está detrás de la Caravana? Con ironía, enlista la lista de rumores: “¿No será cierto que Venezuela la está financiando? ¿No será cierto que es Soros, o será el partido republicano?”, responde entre risas.
Pero no se hace bolas: “Ni Trump, ni los demócratas. Ni Soros ni Venezuela. Ni el partido Libre (de Honduras), ni el FMLN de El Salvador, ni nadie. Lo que está detrás es el hambre, la miseria. Esos son los resortes poderosos que han sacado a esta gente del país”, dice el periodista, sin quitar el dedo del renglón sobre la responsabilidad del país que ha mandado miles de soldados a su frontera con México para evitar el ingreso de los centroamericanos.
“Si Estados Unidos hubiera respetado las elecciones de noviembre (en las que fue reelecto el actual presidente hondureño, en medio de un fuerte escándalo) esta gente se hubiera quedado en Honduras, aguantando hambre, como siempre, pero con una esperanza”, insiste. “¿Y quién respaldó eso? Estados Unidos. La representante de Estados Unidos en Tegucigalpa fue al tribunal electoral a validar unas elecciones totalmente sucias. Corruptas. Entonces, Estados Unidos es responsable directo”.
Sus señalamientos a los detonantes del éxodo en su país alcanzan al gobierno hondureño del presidente Hernández, pues asegura que durante su periodo como legislador pudo conocer al monstruo del poder:
“Ellos causan la miseria, provocan esta situación terrible, respaldan a gobiernos corruptos que nos roban el poquito dinero que tenemos para salud y educación, para carreteras y para proyectos agrícolas, y luego, cuando la gente está desesperada y quiere irse para donde están sus familiares y amigos, allá en los Estados Unidos, la quieren tratar como delincuente, o como terrorista”.
Y tal vez esa es una de las razones por las que Bartolo Fuentes no acepta el reconocimiento como líder de los migrantes de su país, porque a fin de cuentas, él no cree que las caravanas sean la solución al problema en su país: “La solución es que se atiendan las situaciones en cada país para que la gente ya no migre. Ojalá hiciéramos más caravanas porque viniéramos el 12 de diciembre a ver a al virgen de Guadalupe o a saber qué, pero no estas migraciones forzadas”, dice mientras sonríe.
Aunque no seguirá con la Caravana, pues busca regresar a Honduras para seguir con su trabajo político, espera que estas caravanas sean ahora la norma en los flujos migratorios hacia el norte, pues cree que brindan condiciones más seguras para las personas que lo hacen.
“No queremos más desaparecidos, no queremos más mutilados por el tren. Queremos que la gente tenga condiciones buenas en Honduras. Pero si no las tiene y decide irse, pues entonces que no corran el riesgo de perecer en el camino”.
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