Pueblos indígenas buscan reconocimiento a autonomías y la conservación de sus territorios
No solo se trata del reconocimiento legal a la elección de autoridades por el sistema de usos y costumbres. Los indígenas de Chiapas, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Estado de México, que se reunieron este sábado en el “II Encuentro nacional por la libre determinación de los pueblos indígenas de México”, buscan el reconocimiento constitucional a los gobiernos autónomos, el respeto a su identidad cultural, y la protección de los recursos naturales que hay en sus territorios
OXCHUC, CHIAPAS.- Sus objetivos son los mismos, sus caminos son distintos. La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México es vista por algunos pueblos indígenas como una oportunidad para avanzar en una nueva relación con el Estado mexicano que respete sus derechos colectivos. Otros pueblos y comunidades integrados en el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el movimiento que encabeza el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), ven con escepticismo y recelo al próximo gobierno federal, mientras trabajan en la construcción de las autonomías de facto y en la defensa de su tierra y territorio.
En el primer grupo, que espera una nueva relación entre los pueblos originarios y el gobierno que encabece López Obrador, están los habitantes de Oxchuc y de otras comunidades de esta región, que se encuentra entre la zona selva de Ocosingo y los bosques de Los Altos de Chiapas.
Los tzeltales lograron hace un año que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y luego el Tribunal Electoral del Estado de Chiapas reconoció su derecho a la elegir a sus autoridades mediante sus propios sistemas normativos electorales y sin la participación de partidos políticos (TEECH/JDC/19/2017 y sus acumulados). Aún esperan el cumplimiento de esta sentencia, antes deben someterse a estudios antropológicos, socioeconómicos y a “documentar la situación de la estabilidad social en el municipio”.
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A cuatro meses de que inicie el nuevo gobierno, el pueblo de Oxchuc, sus vecinos de Chilón y Sitalá –a quienes el Tribunal Electoral también reconoció este mes su derecho a la libre determinación de sus autoridades-, representantes de Nuevo San Juan Chamula, Las Margaritas, Ocosingo, Chalchuitán, Chenalhó, e integrantes del Movimiento por la Defensa de la Vida y el Territorio que agrupa a 13 municipios de Chiapas, se reunieron en el “II Encuentro nacional por la libre determinación de los pueblos indígenas de México”.
En el encuentro también participaron representantes de pueblos que han ganado batallas legales en sus estados para conseguir la libre elección de sus autoridades, como Cherán, en Michoacán, y Ayutla de los Libres, en Guerrero, además de pobladores de municipios de Oaxaca que tienen elecciones por el sistema de usos y costumbres, y del Estado de México, que están en ese proceso.
Esta vez invitaron Adelfo Regino Montes, a quien López Obrador nombró como responsable de sacar adelante los temas indígenas; María Luisa Albores, próxima Secretaría de Desarrollo Social; y Jesús Ramírez, vocero del virtual presidente electo.
Antes de sentarse ante miles de indígenas reunidos en la plaza de Oxchuc, los tres integrantes del equipo de transición fueron vestidos a la usanza indígena del lugar. Al rodearles la cintura con una fajilla roja bordada por las mujeres tzeltales, sus anfitriones les explicaron: esta fajilla simboliza el amarre que deben tener con los pueblos indígenas, simboliza el compromiso que adquieren con los pueblos a los que se deben.
Luego, les entregaron una sonaja hecha con semillas de los árboles nativos, y danzaron con quienes estaban reunidos en la plaza, al ritmo de la música proveniente de una arpa, “para armonizar juntos el espíritu y lograr acuerdos en armonía”, les explicaron.
Después fueron tomando la palabra los consejales de Cherán (Michoacán), Ayutla de los Libres (Guerrero), Chilón, Sitalá y Oxchuc, para explicar el camino que han andado para el reconocimiento legal y constitucional a los gobiernos autónomos, el respeto a su identidad cultural, y la protección de sus recursos naturales; caminos que ha pasado desde la resistencia armada ante grupos de la delincuencia organizada y paramilitares, hasta la lucha legal en los tribunales.
“López Obrador dijo que la primera prioridad son los de más abajo, se refirió a los pueblos indígenas. Y eso a los pueblos indígenas nos da la esperanza de que nosotros vamos a resurgir y tenemos que avanzar y autogobernarnos”, explicó Juan Gabriel Méndez López, a nombre de Oxchuc.
Esta ruta pasa –dijo- porque nunca más los partidos políticos sean la vía para elegir a sus gobiernos comunitarios: “Los partidos políticos sólo han llegado a dividirnos, a saquear al municipio y a usar los programas sociales para condicionar los votos”.
Gabriel Méndez especificó que entre estos partidos políticos está quienes en Chiapas son dirigentes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), –partido que fundó López Obrador y por el cual llegó a la presidencia-, y que ahora ocuparán cargos de elección popular.
“Aunque va a haber obstáculos entre el nuevo gobierno, y lo sabemos, nosotros vamos a seguir resistiendo hasta que se logre la libre determinación como pueblos indígenas”, insistió.
También retomó el planteamiento de los pueblos indígenas que se reunieron en Morelia, Michoacán, el pasado 24 de junio: la “Cuarta Transformación” que promete López Obrador, debe materializarse en cancelar la política de Estado llamada “indigenismo”, reconociendo a las comunidades como sujetos de derecho público, con sus cinco componentes: territorio, gobierno propio, sistemas normativos propios, idiomas originarios, cosmovisión y lugares sagrados. Con derecho a reconstituirse como pueblos, tribus y naciones indígenas, ejerciendo su derecho a la libre determinación y autonomía.
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Los pueblos indígenas que participaron en el encuentro de Oxchuc buscan se establezca una nueva relación con López Obrador, distinta a la que ha caracterizado los gobiernos anteriores. Esperan de este nuevo gobierno, que armonice la Constitución y las leyes necesarias, con el principio del derecho a la libre determinación y autonomía, fundamentado tanto en el derecho internacional, en el Convenio 169 de la OIT, Declaración de la ONU sobre Pueblos Indígenas.
También, dijeron, esperan que cumpla el compromiso que asumió con los pueblos indígenas, al pedir su voto, de que promovería el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, firmados entre el EZLN y el gobierno federal, en febrero de 1996.
En su pronunciamiento final, subrayaron: “Los pueblos indígenas de Chiapas y de México rechazamos el neoliberalismo como política, ya que amenaza a nuestros territorios. Las petroleras, las mineras y todas las empresas extractivistas, que nos despojan del agua, biodiversidad, y de nuestros territorios, son una amenaza para nuestros pueblos. Por lo que demandamos al presidente electo Andrés Manuel López Obrador, definir una política de Estado que revise la legalidad de las empresas extractivistas, y despliegue una estrategia de defensa de los territorios indígenas. Al mismo que convocamos a todos los pueblos indígenas a continuar en la defensa de nuestra madre tierra. El planeta tierra lo tenemos prestado, y está bajo nuestra responsabilidad mantener la vida”.
En respuesta a estos planteamientos, Adelfo Regino apeló a la vía institucional para llegar a esa meta: “El camino es el diálogo, la conciliación, el camino es que apelemos al uso de las instituciones, a la movilización pacífica o a otro tipo de mecanismo pacífico. Por eso estamos dando un mensaje importante a Chiapas y al país (…) es su derecho de los pueblos indígenas elegir su futuro sin ningún tipo de condicionamientos e imposiciones”.
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Este fin de semana, López Obrador recorrió la zona indígena de la selva Lacandona, en una visita que, dijo, “es una investigación que estoy haciendo en campo (…) para preguntarle, consultar y recoger los sentimientos de la gente» sobre el proyecto para la siembra de un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables.
En esta región también están latentes nuevos proyectos hidroeléctricos que utilicen los ríos Grijalva y Usumacinta, sobre los cuales los indígenas de la región han manifestado su rechazo.
Será la prueba de fuego para un gobierno que ha prometido no imponer propuestas y cambiar la relación de los pueblos originarios. Pero también para los pueblos, que deberán mostrar una capacidad organizativa para enfrentar los intereses económicos en la región.
Mientras tanto, el próximo 2 de agosto iniciará en la comunidad Morelia (“tierra zapatista en resistencia y rebeldía”), ubicada en la selva de Chiapas, el encuentro de redes de apoyo al Concejo Indígena de Gobierno y su vocera Marichuy, convocado por el CNI y el EZLN.
En ese encuentro, los indígenas escépticos del nuevo gobierno valorarán el proceso que se dio previo a las elecciones de 1 de julio, y se plantearán los pasos a seguir para la construcción de las autonomías indígenas. Luego de esta reunión se llevarán a cabo actividades culturales con la participación de la sociedad civil, y que tendrán como tema “Píntale caracolitos a los malos gobiernos pasados, presentes y futuros”.
El encuentro culminará el 9 de agosto con el 15 aniversario de la conformación de las Juntas de Buen Gobierno del EZLN.
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