Defensores de migrantes en México rechazan Plan Frontera Sur

Migrantes en ruta: Foto: Rubén Figueroa

Por Agencias

El Colectivo de Defensores de Migrantes y Refugiados (Codemire) anunció hoy aquí su conformación oficial, con vistas a defender a los que transitan por México y en rechazo a los operativos del Plan Frontera Sur.

En conferencia de prensa, en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez A.C., en el Distrito Federal, se conoció que el Codemire es una organización sin fines de lucro, integrada por 28 casas del migrante, albergues, personas y organismos civiles, en el sur, centro y norte de México.

Además, se añadió que las organizaciones que la componen defienden a las personas que buscan nuevas oportunidades de vida, dada la situación que sufren en sus países de orígenes, en particular en la región de Centroamérica.

Según trascendió, el 7 de julio de 2014 se dio a conocer el Plan Frontera Sur en el municipio de Playas de Catazajá, en el estado mexicano de Chiapas, cuyo uno de sus objetivos es «Proteger y salvaguardar los Derechos Humanos de los migrantes que ingresan y transitan por México».

Sin embargo, los ponentes, entre ellos el padre Alejandro Solalinde, del Albergue Hermanos en el Camino, plantearon contradicciones entre los objetivos de dicho plan y el establecimiento de mayores puntos de revisión en las fronteras, detenciones y supervisión de albergues.

Norma Romero, del Albergue La Patrona, Esperanza del Migrante, señaló que «El Plan Frontera Sur perjudica al migrante», mientras Graciela Hernández, de la Casa Tochán, dijo: «Queremos construir un tránsito digno para esta población».

De acuerdo con datos ofrecidos por la organización, 27 estados de la República registraron un aumento en el número de detenciones de migrantes.

Migrantes corren mucho más peligro con las nuevas rutas

El Plan Frontera Sur se lanzó oficialmente en julio con la finalidad, de acuerdo con las autoridades mexicanas, de proteger a los migrantes centroamericanos que cruzan México para llegar a Estados Unidos y para reducir la ilegalidad.

Sin embargo, las organizaciones civiles aseguran que el flujo de personas no se ha reducido y que, por otro lado, se ha incrementado en un 47 por ciento la detención de personas migrantes en México durante 2014.

“Los migrantes corren mucho más peligro con las nuevas rutas, ya que no localizan fácilmente los puntos de apoyo”, dijo Gabriela Hernández, representante del albergue Casa Tochan en Ciudad de México. “Este plan los perjudica de tal forma que ellos se ponen en riesgo de asaltos, asesinatos y secuestros”, agregó.

Según explicó, “ya que no pueden subir a La Bestia, deben caminar cientos de kilómetros y buscar otras vías. Eso significa no tener dónde descansar y soportar el frío o el calor extremo. Y cuando llegan a la capital para formalizar su situación, resulta que el Estado les niega los documentos”.

“Los migrantes tienen que soportar, entre otras cosas, la corrupción de los cuerpos policíacos”, señaló el padre Pedro Pantoja, representante de la Casa del Migrante de Saltillo, en Coahuila, que acusó al Estado de ser cómplice de los “agravios y violaciones en las migraciones forzadas en Centroamérica”.

“Vengo del norte, vengo de las entrañas del crimen organizado y de la cínica estructura de complicidad de las instituciones públicas”, agregó.

De acuerdo con la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por sus siglas en inglés), México deportó durante los dos primeros meses de este año unos 25 mil centroamericanos, el doble de expulsados el mismo periodo de 2014.

La organización denunció el lunes que el gobierno mexicano no garantiza a plenitud la protección de los inmigrantes, muchos de ellos víctimas de asaltos y violaciones por parte de grupos criminales o, en algunos casos, de abusos por parte de la policía.

“Nos duele el silencio y el lenguaje de los migrantes muertos que nos acompaña día y noche. El migrante camina en México como un muerto sin nombre”, dijo Pantoja al respecto.