La vida en el bolsillo (*)
Rastrillos, naranjas, imágenes religiosas, estampas con oraciones, documentos de identificación. Es parte de lo que los migrantes en viaje por México a Estados Unidos llevan en sus bolsillos. Y algo infaltable: la confianza en que llegarán a su destino. Las imágenes muestran un pedacito de la vida en el camino del migrante
Estas son las pertenencias que los migrantes indocumentados cargan en los bolsillos de su pantalón, en su trayecto por México para cruzar hacia Estados Unidos.
Generalmente viajan con una mochila en la espalda, donde guardan ropa, zapatos, comida, sin embargo, están en riesgo de perderse o abandonarse por los riesgos que enfrentan en el camino.
En cambio, los objetos que llevan en sus bolsillos siempre los acompañan y significan, traducen, revelan las causas, necesidades y problemáticas del proceso migratorio.
Los retratos fueron realizados en la frontera de Reynosa, Tamaulipas, donde cada día alrededor de 900 indocumentados intentan cruzar el Río Bravo, según registros de Pastoral de Movilidad Humana. La mayoría será deportado el mismo día. Y la mayoría volverá a intentar cruzar con sus únicas pertenencias cargadas en los bolsillos de sus pantalones.
“Traigo mis papeles por si me encuentran muerto le avisen pronto a mi esposa y no sufra de no saber”.
“Esta es mi credencial de sentenciado por ilegal en McAllen. Me dieron un mes en la prisión federal de Wilison de la migra. El rojo significa ‘alta peligrosidad’ porque dicen que agredí al policía. No creo que me la hayan dado por borracho, sino me hubieran dado naranja, que es menos peligroso o azul, que es el menos menos peligroso. Yo no soy peligroso”.
“El te librará del lazo del cazador / De la peste destructora / Con sus plumas te cubrirá / Y debajo de sus alas estarás seguro / Caerán a tu lado mil / Y diez mil a tu diestra / No te sobrevendrá mal / Ni plaga tocará tu morada / Pues a sus ángeles mandará acerca de ti / Que te guarden en todos tus caminos / En las manos te llevarán / Para que tu pie no tropiece en piedra….” Salmo 91
“Lo que cargo conmigo es la confianza en Dios, por eso mi rosario está bendito. La última vez que oré fue esta mañana, pedí por la familia, por los que vienen en los trenes, por los que van a salir de acá, por los presos, por los enfermos y por los que nos ayudan en el camino. Quiero mandarle dinero a mi hermana para mi sobrino Jerry Josué que no trae papá”.
“El último mensaje que mandé fue para mis hijas, el 24 de diciembre del otro años.
Zunjaila, Karla, Soraya, Heili, Mercita pasen buen día mis pajaritas. Su papi.
Antes había mandado otro a mi esposa.
Patita estoy a punto de legalisarme por favor respondeme.
Pero ya no me contestó”.
“Cargo mi cepillo, pasta y rastrillo, por la higiene. En México se encuentra mucho con ríos, te bañas, te sales a la ciudad y andas menos pensativo de que te va a agarrar la migra porque andas más limpio. En mi cruce me bañé en dos ríos, el Usumacinta y el Suchiate. También cargo naranjas para la sed y galletas para el hambre”.
“Cuando salí de mi casa salí con cartera, fotos de mis hijos y mi biblia. En Coatza, antes del puente en un retén, dejé todo tirado. Todas mis cosas las perdí nadando en el pantano porque me siguió la policía”.
Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor y que el texto forma parte del proyecto En el Camino, realizado por la Red de Periodistas de a Pie con el apoyo de Open Society Fundations.
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