Prestamistas quitan casas a migrantes guatemaltecas
Por Lizbeth Ortiz Acevedo
Organizaciones civiles denunciaron que en este país centroamericano las redes de trata de personas están vinculadas con los prestamistas, quienes solicitan los títulos de sus propiedades a las mujeres que deciden emigrar y no cuentan con el dinero suficiente para costear los 7 mil dólares (cerca de 92 mil pesos mexicanos), que les exigen los “coyotes” (traficantes de personas) para su traslado.
Así lo advirtió Elizabeth Enríquez, coordinadora de la Mesa Ejecutiva para las Migraciones en Guatemala (Menamig), quien indica que algunas guatemaltecas se ven en la necesidad de trasladarse a Estados Unidos a través estas redes que les cobran su equivalencia de 45 mil a 55 mil quetzales (la moneda nacional).
Sin embargo, en el camino les llegan a solicitar más dinero a sus familiares para garantizarles su seguridad. Enríquez señaló que según estadísticas, en Guatemala cada hora emigran 14 personas con destino a EU y de cada 10 migrantes, tres son mujeres.
Recordó que su trayecto a través de Guatemala y México en busca de una mejor calidad de vida les implica mayores riesgos que a los hombres, siendo la violencia sexual su principal afrenta.
La especialista en migración detalló que esta violencia en particular se observa como algo “normal y natural”, y a pesar de que las migrantes saben que serán víctimas de esto en el camino deciden emprender el viaje siendo “su cuerpo el pasaporte de pago”.
Así que estas mujeres serán víctimas de la violencia sexual por parte de algunos compañeros de viaje, pero también de los “coyotes” y agentes de seguridad, siendo estos últimos quienes les exigen someterse a esta violencia como un mecanismo de paso para permitirles continuar con su viaje.
Aunque Enríquez enfatizó que hay “coyotes” que no pertenecen a las redes de trata y el traslado de personas lo hacen de forma segura, la mayoría de las guatemaltecas están expuestas a este tipo de situaciones con aquellos que sí pertenecen a bandas delictivas.
Señaló que estas redes cuentan con personas que las esperan en diversos puntos del trayecto, lo que involucra a diferentes “coyotes” o tratantes a lo largo del recorrido que inicia en la capital de Guatemala para recogerlas y entregarlas a otra persona en algún punto fronterizo con México, como en El Naranjo, San Marcos o Huatenango, y a su vez otra que las llevará al norte del país.
Así que para evitar que estas mujeres sean sometidas a violencia sexual, los “coyotes” les exigen más dinero del que ya pagaron para garantizar su seguridad.
Enríquez informó que ese dinero es pagado por los esposos o familiares de algunas mujeres que ya viven en EU, no obstante hay quienes no cuentan con ese apoyo y tienen que pagar ellas mismas el traslado. Ante la falta de dinero, los “coyotes” les dan la opción de acudir con un prestamista vinculado con ellos.
Estos prestamistas les piden los títulos de sus propiedades y las guatemaltecas las empeñan, pero nunca ven el dinero, sólo entregan los documentos y con ello asumen una deuda “bastante elevada”, incluso con el riesgo de perder sus propiedades.
Además las mujeres que se quedan en Guatemala en espera de su esposo que emigró a EU sufren una doble presión, ya que quedan al frente de la familia y de la deuda adquirida con los prestamistas, quienes las obligan a pagar.
Sin opción
Así le sucedió a Josefina Coyote, quien sufre las consecuencias de la migración y deportación de su esposo ocurrida en Postville, Iowa, durante 2008, ya que él fue detenido durante la redada considerada hasta ahora la más grande realizada en un lugar de trabajo estadounidense, ya que fueron arrestadas 389 personas, 290 guatemaltecas de la etnia maya, quienes a su vez denunciaron abusos a sus Derechos Humanos por parte de agentes federales.
En Chimaltenango, una comunidad a hora y media de la capital de Guatemala, Coyote contó a Cimacnoticias que tras su detención su esposo sufrió abusos y prisión por seis meses, además de que están en riesgo de perder su casa, ya que empeñaron el título de propiedad para pagar el viaje.
Detalló que los prestamistas les piden los títulos de propiedad de sus casas y una vez que están en la frontera con México o EU, no permiten a los migrantes cruzar al tiempo que son asaltados o extorsionados mientras que en Guatemala son desalojadas familias enteras.
Coyote dijo que gracias al apoyo que han recibido del Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua) y otros organismos, no han sido desalojados de su propiedad pero siguen con el temor de perderla a manos del prestamista con el que hicieron el trato.
También en entrevista, Catalina explicó que su hija fue deportada y detenida por algún tiempo, sufrió abusos por parte de las autoridades, y aunque sólo trabajó ocho meses en EU, siguen con el temor de perder su casa, ya que fue empeñada para costear el viaje.
Según datos otorgados por Elizabeth Enríquez, las deportaciones en Guatemala hasta el 27 de noviembre de 2013 sumaban 45 mil 998, de la cuales 3 mil 916 correspondieron a mujeres.
La Encuesta sobre Remesas 2010, elaborada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), estima que en 2013 unas 389 mil guatemaltecas residían en el exterior y enviaban remesas a su país.
Enríquez acotó que las remesas no están generando cambios significativos en el nivel de vida de las mujeres, ya que esto sólo es “el mantenimiento de la línea de la pobreza” porque les brinda acceso a ciertos servicios, pero las mujeres siguen sin empoderarse.
Trackbacks/Pingbacks
[…] Chiapas Paralelo […]
[…] Chiapas Paralelo […]