Juan Pablo Zebadúa Carbonell: Neymar y la rebelión de los débiles

Neymar es un jugadorazo. Un crack, sin duda. Por mucho, el más valioso de la selección de Brasil, ya sea por marketing, industria deportiva o pornofutbol(Josué Hernández dixit) (Neymar ha sido parte de la transacción más cara de la historia, cuando fue vendido al PSG); es capitán de la verdeamarelha​, todo en uno jugador. Lo único que le falta es el carisma del superdotado. No debiera necesitar de las payasadas que ahora mismo, y no por su juego, lo han hecho más famoso de lo que es, pero a la inversa.

En estas semifinales donde el reino futbolero de Europa es para los de casa, Brasil, la leyenda, el mito y una de las grandes verdades de este deporte, no logró colarse y ser la única representación de Latinoamérica en este torneo. No soy adepto a las simpatías personalizadas en el futbol (Maradona cae mal, Ronaldo es un creído, Messi es un santo, etc.), pero pareciera que Brasil está suplantando la antinomia que Argentina tenía hace diez años y se debe mucho por el capitán Neymar. Ahora es el villano burlón de la eliminación de México, el que declara cosas que no van con la investidura de la casaca con que viste de líder, y por supuesto, por las mamarrachadas de quedarse tirado en el piso más tiempo de lo que se debe, en un deporte el que tienes que correr y frenar, de pie siempre, durante 90 minutos. Si alguien de la talla de este jugador le pone más interés a sus desplantes histriónicos y no a su feelingo toquecomo el ancla estratégico de su equipo, algo debe estar mal.

Juan Pablo Zebadúa.

¿Cuándo se convirtió en cae mal Neymar? En el juego contra Bélgica, escuché decir en un bar a una persona de edad, con toda la sabiduría que da una inmensa barriga llena de cerveza y la cabeza igual de rebosante pero de sapiencia futbolera: “Brasil merece perder porque Neymar es un mamón”, lapidó. Una simpatía por encima de una selección, o más: de la historia de cinco campeonatos mundiales que, como nadie en el planeta, ha conquistado ese país. Dicho por un ciudadano que cuando niño seguro vio jugar a Pelé, en un país como México donde hay cientos de jóvenes que ahora se llaman Yahir, Eder, Gerson, nombres de pila émulos de aquellos héroes brasileros de antaño, cuando Brasil era el segundo equipo nacional y ahora reducida la querencia a una gritos, aspavientos y revolcadera escandalosa de quien quiere ser el mejor jugador del mundo, al lado o superando a Messi y a Ronaldo.

¿No que éramos latinoamericanos? Lo cierto es que la “payasada”, esa gnosis que significa un estilo de ser con acciones estrambóticas pensando que sé es muy simpático, no se lo perdona este continente pasional, pero tampoco el mundo.

Cuentan los que saben que Neymar, en el París Saint-Germain, le pone a apodos a su compañero de equipo Kylian Mbappe, el francés de 19 años que ahora se erige como el nuevo señor del balón mundial, sobrepasando, claro, al actor consumado y hablador, simplemente porque éste no le tendió alfombra roja que el de Brasil exigía como tributo en su aterrizaje a tierras francesas, y no hay nada peor que alguien se sienta un monarca sin que apenas lo sea.

En cierta manera, cuando Bélgica le gana a Brasil hay una lección moral que también juega. Vi mucha gente alegrarse de la derrota de los cariocas, cuando en el futbol mundial eso es casi una tragedia, como cuando sucedió con Alemania. Claro está que si Brasil elimina a México es lógico el corrimiento de los sentimientos nacionales y más allá de nuestras fronteras geográficas y simbólicas. No puedes consentir a tu verdugo. Pero hay en el ambiente del Mundial una especie de cobro de facturas por las potencias que se han ido de fea forma, y si Brasil entra en esos espacios, pues la gente dice adiós, farewell.

Es la venganza de los débiles la que sigue como traza en Rusia 2018: todos los grandes han caído por equipos menores y, si todo sigue en ese lenguaje, puede ser un campeonato mundial de futbol inédito, en el que se enfrenten dos equipos europeos pero periféricos, que nunca han ganado nada internacionalmente. Bélgica y Croacia pueden pasar a la historia y recordarnos que en este mundo del pornofutbolno basta con tener los reflectores a cien, ni la fama concedida antes de tiempo y antes también de que se vea el verdadero talento TOPen el campo de juego. Como jugador se debe tener la coraza de la emoción bastante bien templada, porque hablar de más sin demostrar tu valía equivale a un suicido deportivo de la misma talla que tu costo en el mercado de piernas. Aguas Neymar.

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