Las redes que tejen la violencia en Chiapas, detalla el informe del Frayba
Informe del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas.
¿Por qué Chiapas es importante para los gobiernos de Chiapas, México y otros países?, ¿por qué es ambicionado por el sector empresarial?, ¿por qué es un territorio que disputan los grupos del crimen organizado?, ¿qué vínculos existen entre estos tres sectores, y cuál es el impacto de ello sobre la población?
El informe “Chiapas, en la espiral de la violencia armada y criminal”, del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, se da respuesta a estas interrogantes, haciendo el análisis de los sucesos en el periodo de un año, donde detalla la situación de las personas en desplazamiento forzado, las desaparecidas, las asesinadas, las agresiones a defensores, la militarización; hechos que atraviesan a los pueblos de Chiapas.
Con datos cuantitativos el centro humanitario va tejiendo como desde periodos anteriores se ha ido entrelazando la violencia estructural con la criminal, en donde integrantes de grupos del crimen organizado, del gobierno y sus instituciones, y del sector empresarial, tejen sus redes para el despojo y control del territorio. Situación que va más allá de la lectura simple que refiere que son exclusivamente integrantes del crimen organizado los causantes de la violencia en Chiapas.
El Frayba refiere casos concretos de asesinatos que en solo un año (entre mayo de 2023 a junio de 2024), se hizo a personas emblemáticas que denunciaron y se opusieron a este despojo, como el del padre Marcelo Pérez, el de dos catequistas y otras once personas habitantes del municipio de Chicomuselo, y el del maestro Artemio, en ese mismo municipio.
En el análisis la situación del municipio de Chicomuselo resulta ilustrativa porque en este municipio ubicado entre la zona sierra y fronteriza de Chiapas, desde el año 2022 se incrementó la presencia de grupos de la delincuencia, y “uno de los motivos era tratar de imponer los proyectos mineros que iban contra los intereses de las comunidades y, a fin de cuentas, la violencia fue más allá de la reactivación de la mina, alcanzando intereses de control político (que lograron por la vía electoral), social, económico y territorial de todas las localidades del municipio”.
“Desde esta continua crisis de los derechos humanos en el estado de Chiapas y del país, seguimos contando historias de terror y dolor, en medio de una guerra interminable”, señala en la introducción del informe.
“Este Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), presenta este informe y con gran preocupación, observa la gran complejidad de la violencia en la que vive Chiapas, sin perder la esperanza que los pueblos nos dan en el trabajo del día a día (…) las resistencias de los procesos alternativos están ahí luchando a contrapelo. Apuestan a la vida, a la continuidad de esta humanidad con toda la diversidad de pueblos, con toda la fuerza de la dignidad y todas las posibilidades. Nos indican la luz en el camino”.
Informe del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas.
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