Sin todo el trabajo político-militar de las FLN, ni el EZLN ni Marcos existirían ahora: PFLN, a 55 años de su fundación
Comunicado del Partido Fuerzas de Liberación Nacional
AL PUEBLO DE MEXICO 26 de enero del Año 2025.
Año 31 del 1er Congreso y la Insurrección: La Dignidad Histórica Vive.
Al empezar estas líneas que ustedes leen, y antes de continuar, se hace pertinente una aclaración: que nuestra organización, a 55 años de su fundación, no acostumbra hacer escritos públicos para atacar o desmentir palabras o dichos de uno u otro líder social o político, pero en esta ocasión se hace necesario.
Estamos seguros de que la historia de lucha de los pueblos es implacable y difícil de ocultar, a pesar del mesianismo y protagonismo que hoy tienden a distorsionarla. Así, mientras la mentira y el engaño pretende destruir conciencias, es un deber revolucionario dignificar la historia.
En los albores del año 1993, las Fuerzas de Liberación Nacional ya tenían 25 años ininterrumpidos de labores y tareas revolucionarias en todo México, con presencia en los frentes de combate que nos habíamos propuesto construir. En el norte desértico e industrial se sostenía ya el Frente Villista, en el centro del país el Frente Paracentral, y en el Sur, el Frente Suroriental donde, por supuesto, el desarrollo político-militar-organizativo era desigual, tanto por circunstancias estratégicas como históricas de las que no hablaremos por no ser el tema que nos ocupa.
Así, para principios de los años noventa, las FLN habían consolidado redes nacionales de militantes revolucionarios, unos como profesionales, que vivían en casas de seguridad y dedicaban todo su tiempo, vida y esfuerzo a las tareas de la organización, o como militantes urbanos, que si bien es cierto mantenían su vida civil, gran parte de ella la dedicaban a las tareas revolucionarias. Además, otros eran colaboradores y simpatizantes que nutrían a las ya establecidas y consolidadas redes clandestinas de preparación y avituallamiento.
Ellas y ellos eran colonos, obreros, costureras, maestras, trabajadores de pemex, campesinos, estudiantes, indígenas de diferentes partes del país, migrantes, zapateros, artistas, escritoras, dibujantes, peluqueros, arquitectos, etc., es decir, mexicanas y mexicanos revolucionarios comprometidos.
Todas y todos sabíamos por qué luchábamos, y sentíamos en piel propia las consecuencias de nuestros trabajos político-militares que ya veníamos realizando desde 1969. Por todo esto, por ellas y ellos, y más allá de cualquier intento de especulación, o de revisionismo histórico -como el planteado en diciembre del año pasado en Chiapas-, y a pesar de las injurias cubiertas de rencor de quienes al parecer han dejado de lado la liberación del pueblo mexicano, el levantamiento político-militar del 31 de diciembre de 1993 fue el resultado de esos 25 años de trabajos revolucionarios de las Fuerzas de Liberación Nacional. Militantes de las FLN, hombres y mujeres, dieron y dejaron todo por la construcción del proyecto que transformará a México en algo mejor.
La historia de las FLN y las estrategias en Chiapas que dieron origen al EZLN no podrían explicarse sin la creación del Núcleo Guerrillero Emiliano Zapata en 1972 o sin la visión del primer responsable de las FLN, Compañero Manuel y el resto de los fundadores: Murcia, Salvador, Ricardo, Manolo, Alfredo, Gonzalo y Alfonso. Ella y ellos, vivieron como lo predicaron, se movieron al estado de Chiapas a principios de los años setenta, a la selva Lacandona, porque entendieron las condiciones prerrevolucionarias en las que vivían los pueblos indígenas mayas y por las condiciones geográficoestratégicas para crear un ejército del pueblo.
Aquellos que hoy activamente tratan, sin éxito, de distorsionar y reescribir la historia de las FLN y el Zapatismo, cínicamente también borran los sucesos de Nepantla en 1974. Desde esa casa de seguridad, la Casa Grande, se preparaban mujeres y hombres para vivir, resistir y construir el proyecto revolucionario en la Selva chiapaneca. La delación y la traición llevó al enemigo a la Casa Grande y a la Selva, donde cayeron en combate Soledad, María Luisa, Salvador, Manolo y Gabriel, y el Estado Mexicano desapareció a nuestros compañeros Manuel, Héctor, Murcia, Alfonso, Tomas, Ricardo y el maestro Fidelino.
La expansión de la estructura militar de las FLN en la selva, que con el tiempo daría nacimiento al EZLN, hubiera sido imposible sin los años dedicados por el compañero Alfredo, entonces primer responsable, en la misión de búsqueda de los compañeros desaparecidos, y en exploración de cañadas y montes a mediados de esa misma década. En esos años, Alfredo instaló cientos de campamentos temporales, los cuales fueron base para los futuros campamentos militares y de adiestramiento del EZLN.
A su vez, mientras Alfredo recorría la Selva Lacandona, la compañera Aurora reorganizaba el repliegue táctico de las redes de militantes en las ciudades, donde dio su vida por el proyecto revolucionario de las FLN.
A contrapelo de lo dicho por el vocero oficial zapatista, las estructuras comunitarias del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional no existirían sin los esfuerzos de contacto y desarrollo político-organizativo que hizo el compañero Ismael en comunidades tzotziles, tzeltales y tojolabales a finales de la década de los setenta y principios de los ochentas. Paco, Frank, George, Yolanda, “Cantante” y otros más, fueron los primeros cuadros políticos-organizativos indígenas de las FLN que expandieron y cementaron la presencia de la Organización en comunidades indígenas mucho antes de que el EZLN existiera en toda forma. Sí, hoy lo decimos claro y por única vez: el EZLN, y su estructura político-militar en las comunidades indígenas, no fue creado por generación espontánea, sino el resultado de intensos esfuerzos político-militares-organizativos de las Fuerzas de Liberación Nacional.
El origen mismo del EZLN fuese inconcebible si un grupo de militantes de las FLN, mestizos e indígenas, no hubiera llegado a establecerse de forma definitiva y permanente en las montañas selváticas un 17 de noviembre de 1983, bajo la dirección del Comandante Insurgente Germán, mucho antes de que existiera o llegara a la montaña el que funge como vocero oficial. Después de ese primer campamento, se abrieron muchos más, debido a los trabajos de formación política y organizativa (en ocasiones de manera legal, no solamente clandestina), que llevaron a cabo militantes de las FLN, como la compañera Comandante Elisa en pueblos y comunidades de los Altos, Selva, Cañadas y Llanos del Estado de Chiapas y el Comandante Rodrigo, también encargado de las redes urbanas de militantes en el resto del país.
Más aun, y de forma llana y simple, no hubiera existido el levantamiento Zapatista, ni EZLN, ni Marcos, sin la historia brevemente aquí reseñada, o sin la decisión tomada por el Congreso del Partido Fuerzas de Liberación Nacional en Enero de 1993 de empezar la guerra revolucionaria de liberación. A este Congreso del PFLN, asistieron decenas de delegados de todo el país, que representaban no sólo frentes de combate, sino también células de militantes, comunidades, pueblos y colonias, mestizos e indígenas. En la Asamblea General las delegadas y delegados tomaron tres decisiones que ahora tienen un gran valor político e histórico, tanto para nosotros como Partido Revolucionario, como para las luchas del pueblo mexicano:
1) El Congreso del PFLN declara la guerra al clasista y capitalista Estado mexicano, en ese entonces representado por Carlos Salinas de Gortari, Comandante en Jefe del Ejército Federal Mexicano.
2) Que la guerra revolucionaria iniciaría ese mismo año de 1993.
3) El Congreso ordena a la Comandancia General haga los preparativos necesarios para cumplir con los mandatos de la Asamblea, y que los detalles se decidieran a nivel Comandancia.
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El Comandante Germán el 26 de enero de 1993 en el 1er Congreso de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN)
Las decisiones que se tomaron a nivel Comandancia General sobre el día, hora, fechas y demás detalles, fueron tomadas posteriormente y siguen siendo información clasificada, pero es ahí donde se decide que la única parte del PFLN que se daría a conocer, es decir, que saldría a la luz pública, serían las tropas insurgentes del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, ubicadas en el frente de combate Suroriental. El resto de las estructuras del Partido permanecerían clandestinas, y realizarían otras acciones político-militares durante y después del inicio de la guerra, con el firme criterio de continuar preparándose para una larga lucha revolucionaria.
Sabemos que algunos personajes “redentores”, en su afán por autoconstruirse legados históricos ficticios, responderán, criticarán y tratarán de ensuciar lo que hoy explicamos en este comunicado, e intentarán una vez más reescribir esta historia. Por eso hoy les decimos a todas y todos que dejarse llevar por la mentira, o encantarse con la poesía de ficción para entender la historia de las FLN, de los pueblos en lucha en Chiapas o en el resto de México, es denigrante, cínico y contrarrevolucionario.
A quienes hoy integramos la militancia y la dirección del PFLN no nos preocupa eso: porque ya hemos visto casi todo, traiciones, delaciones, deserciones, desviaciones, difamaciones y protagonismos mesiánicos. Sin embargo, extendemos la invitamos a quien tenga el interés de profundizar su conocimiento sobre el origen, la metas, objetivos e idearios de PFLN a que consulten y lean la serie de Cuadernos de Trabajo “Dignificar la Historia”, publicados por La Casa de Todas y Todos, quien tiene bajo su resguardo los archivos históricos de la organización, que incluyen comunicados internos, publicaciones, videos, y más documentos que certifican lo aquí expuesto.
El PFLN es una organización revolucionaria que no ha sido destruida ni derrotada, a pesar de los intentos de propios y extraños, ni sucumbimos al canto de sirena de la derrota, la claudicación y la traición. Tenemos más de cinco décadas comprometidos a un cambio sistémico en México, tanto político, como económico, social, cultural e ideológico… y lo lograremos. A 31 años de nuestro histórico Primer Congreso, realizaremos el Segundo, donde definiremos los siguientes pasos de nuestra lucha.
Finalmente, queremos dedicar estas líneas de rescate histórico a todas y todos los militantes de las FLN que dieron su vida, lo mejor de ellos y ellas, por cambiar las condiciones de injusticia, pobreza, desprecio y maltrato a los pueblos y comunidades mexicanas.
También queremos reconocer a todas aquellas y aquellos militantes que hoy siguen luchando dentro y fuera de nuestra organización, consecuentes con su deber revolucionario histórico, y que siguen la visión y las metas de quienes con su ejemplo marcaron el camino a seguir.
Comité Central del Partido Fuerzas de Liberación Nacional
“Vivir por la Patria o Morir por la Libertad”
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