Más reciclables al vertedero: la caída de precios profundiza la crisis del sector en Argentina

Gabriela Villalba posa junto a una cinta transportadora que antes se utilizaba para clasificar materiales reciclables en la planta de reciclaje de la cooperativa Construyendo Desde Abajo en La Matanza. Al igual que muchas cooperativas en Argentina, esta enfrenta dificultades debido a la caída de los precios de los materiales y a la reducción de la fuerza laboral, lo que provoca que más reciclables terminen en vertederos. Foto: Lucila Pellettieri

La red informal de reciclaje, que solía ser sustento para miles, se desmorona por precios bajos y nuevas políticas que hacen insostenible la recuperación urbana.

Por Lucila Pellettieri/CPJ

Esta historia fue publicada originalmente por Global Press Journal.

LA MATANZA, BUENOS AIRES, ARGENTINA — Envuelta en un calor sofocante, Gabriela Villalba sumerge sus manos en una montaña de residuos. Conprecisión y destreza, lanza botellas, papel y cartón hacia diferentes direcciones.

Villalba trabaja en la planta de reciclaje de la cooperativa Construyendo Desde Abajo. Detrás de ella, una cinta transportadora especialmente diseñada para clasificar materiales en forma rápida y efectiva, acumula polvo por la falta del mínimo de cinco trabajadores necesarios para operarla. “Muchos se fueron porque la plata no les alcanza”, dice Villalba.

El sistema de reciclaje en Argentina se está desmoronando. Las cooperativas autogestionadas recolectan, clasifican, pesan y empaquetan materiales reciclables, que luego venden a las empresas que los reciclan. Sin embargo, el país comenzó a importar papel virgen y cartón para reciclar a mediados de 2024 y, en menos de un año, los precios de los materiales reciclables cayeron drásticamente. Entre enero de 2024 y enero de este año, el precio por kilo de cartón cayó un 55%, el de la chatarra un 70%, y el de vidrio un 68%.

Un tercio de las cooperativas ha cerrado. La mitad de sus trabajadores, incluidos los cartoneros (recuperadores urbanos que alguna vez formaron la columna vertebral del sistema de reciclaje de Argentina) han abandonado sus carros por completo. Según la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores, la cantidad de personas trabajando en cooperativas de reciclaje disminuyó de 18.000 en 2023 a 10.000 en enero de este año.

“Hoy fue mi último día de cartonero, me vi forzado a dejar”, cuenta Nelson Villasboa, quien recientemente entregó su último cargamento de cartón.

Para empeorar la situación, el 3 de enero, el gobierno publicó un decreto que desregula la exportación e importación de residuos recuperables no peligrosos, eliminando dos restricciones significativas: una prohibición de 16 años a la exportación de chatarra metálica y una prohibición de 2 años a la exportación de plástico. Estas restricciones estaban diseñadas para garantizar que las industrias locales tuvieran acceso prioritario a estos materiales valiosos. El gobierno sostiene que la medida ayudará a reducir los costos de producción para las pequeñas y medianas empresas. Sin ir más lejos, el 21 de febrero el Presidente Javier Milei dijo, durante su discurso en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, D.C. que su administración eliminó las restricciones a la exportación de chatarra, beneficiando a muchos actores y estableciendo por fin un precio de mercado para ese material.

Aunque aún no se conocen plenamente los impactos del decreto, Jorge Santkovsky, de la empresa de residuos electrónicos Scrap y Rezagos, se muestra optimista. Cree que las exportaciones podrían incentivar la recuperación de materiales que no se están reciclando en Argentina por falta de rentabilidad. “El metal vale mucho afuera y acá vos lo tirás; no se lo lleva nadie”, dice.

A pesar del optimismo de Santkovsky, hoy por hoy, con menos cartoneros en las calles, más reciclables terminan en vertederos o basurales a cielo abierto. Y una vez que los reciclables se mezclan con la basura común, muy poco puede recuperarse, explica Leonardo Maceiras, gerente de operaciones de Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE), la empresa que gestiona los residuos sólidos urbanos en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

El sistema de gestión de residuos en Argentina opera en dos vías paralelas: un sistema formal en el que empresas privadas recolectan basura domiciliaria, y una red informal en la que cartoneros autónomos manejan la mayor parte del reciclaje. Aunque los municipios supervisan ambos sistemas, al contar con recursos limitados priorizan financiar la recolección de basura sobre los programas de reciclaje, explica Mariana Saidón, especialista en economía ambiental y gestión de residuos. Así, el reciclaje queda en manos de los cartoneros.

Funcionarios municipales no respondieron a solicitudes de comentarios.

Los cartoneros surgieron principalmente durante la crisis económica de Argentina en 2001 cuando, empujados a la pobreza extrema, muchos empezaron a revisar la basura para encontrar comida. A medida que la clase media se desplomaba, muchas familias encontraron en la recuperación de residuos una alternativa de subsistencia.

El comercio global de residuos históricamente permitió a los países reciclar materiales que no podían procesar a nivel nacional. Sin embargo, en la última década han aumentado las restricciones a nivel mundial. China, que alguna vez fue uno de los principales receptores de residuos plásticos, prohibió todas las importaciones de residuos sólidos en 2021, y países como India y Tailandia han prohibido recientemente las importaciones de residuos plásticos para combatir la contaminación.

El decreto de enero de Argentina busca lo contrario. Los importadores solo necesitan presentar declaraciones juradas que certifiquen que los residuos no son peligrosos y las autoridades ambientales tienen solo 10 días para presentar objeciones antes de que se aprueben automáticamente.

En un comunicado de prensa, la Secretaría de Industria y Comercio, encargada de implementar el decreto, junto con la Subsecretaría de Medio Ambiente, explicó que el decreto agiliza significativamente la importación y exportación de reciclables como papel, cartón, metal y vidrio. Las empresas ya no necesitarán probar que los materiales no están disponibles a nivel local ni pasar por extensos trámites burocráticos, lo que supone un cambio sustancial en la forma en que se llevará a cabo el comercio de reciclables.

“Si no hay control puede llegar a venir cualquier cosa. Existe el riesgo de que entre material de todo tipo y que esos metales tengan trazas de contaminación”, advierte Héctor Manuel González de la Asociación Civil Basura Cero, una organización de reciclaje de residuos electrónicos. Lo que le preocupa es que ingresen desechos que hayan sido parte de maquinaria que contuvo líquidos, gases o sólidos altamente contaminantes, como metales pesados.

La Subsecretaría de Medio Ambiente de la Secretaría de Turismo, Medio Ambiente y Deportes, el organismo responsable de revisar estas declaraciones juradas, no respondió a las solicitudes de comentarios de Global Press Journal.

Mientras tanto, los reciclables se acumulan cada vez más en las calles.

“Todavía se pueden ver botellas en la calle desde las fiestas”, comenta Matías Capoblanco, representante de la federación de cartoneros, refiriéndose a las celebraciones de fin de año. “Eso antes no duraba ni dos días”.

Y muchos recuperadores no ven salida. Antonio Sosa, un cartonero, dice que hace un año ganaba 40.000 pesos (38 dólares estadounidenses) por carga de reciclables y ahora solo 7.000 pesos (7 dólares).

“Vamos de mal en peor”, lamenta.

 

Global Press Journal es una premiada publicación internacional de noticias con más de 40 oficinas de noticias independientes en África, Asia y América Latina.

No comments yet.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Leave your opinion here. Please be nice. Your Email address will be kept private.