Autoridades otorgan medalla póstuma a sacerdote Marcelo Pérez; Diócesis y familia responden que es un “contrasentido”, un reconocimiento sin justicia
“Estamos indignados, indignados, porque no vemos resultados, no hay justicia, no hay paz, y no solamente lo digo por de mi hermano, sino que lo digo por todo Chiapas”, explicó su hermano en la ceremonia.
Exigen se reconozca la inocencia del sacerdote y de los indígenas Pedro Cortés y Diego Mendoza; los tres fueron acusados de delitos cometidos en Pantelhó, el sacerdote fue asesinado el 20 de octubre y los dos indígenas permanecen presos.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.- Este 10 de diciembre, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, el ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas entregó la medalla Fray Bartolomé de Las Casas al sacerdote Marcelo Pérez, asesinado el pasado 20 de octubre en esa ciudad.
La medalla se entregó a iniciativa del del presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Juan José Zepeda Bermúdez, “para honrar y reconocer la labor incansable por la paz y reconciliación de los pueblos” del sacerdote, quien en vida sufrió persecución de grupos acusados de tener vínculos con el crimen organizado, y acoso judicial luego que la Fiscalía de Justicia inició una investigación y giró una orden de aprensión en su contra y contra dos indígenas del municipio de Pantelhó, a quienes mantiene en prisión.
Al evento asistieron representantes del gobierno de Chiapas, diputados locales, y el cabildo de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas; este último entregó la medalla al padre del sacerdote, Miguel Pérez Santíz, un indígena tsotsil, quien asistió con sus otros hijos.
“Todo Chiapas está destrozado”
Al tomar la palabra, en nombre de su familia, Romeo Pérez, hermano del padre Marcelo, hizo una fuerte crítica a las autoridades de los tres niveles de gobierno, en el que destacó la falta de justicia y la discriminación que vive la población de los pueblos originarios.
“Hay un clasismo y hay un racismo”, dijo durante el evento que se celebró en un teatro de San Cristóbal de Las Casas, ciudad donde persisten prácticas de discriminación contra personas que provienen de pueblos originarios.
“Nosotros, como familia, estamos indignados, indignados, porque no vemos resultados, no hay justicia, no hay paz. Y no solamente lo digo por de mi hermano, sino que lo digo por todo Chiapas. Los chiapanecos, nosotros, no tenemos, no tenemos ese privilegio”.
“Nosotros los chiapanecos que somos de bajos recursos, nosotros no somos tomados en cuenta. Peor aún, si somos indígenas, nosotros somos ignorados, como indígenas somos pisoteados. No somos tomadas en cuenta por el simple hecho de ser indígena. Hay un clasismo y hay un racismo”, explicó.
Romeo Pérez sostuvo que en Chiapas se están viviendo momentos difíciles, “está destrozado (el estado), no solamente mi familia. Todo Chiapas está destrozado porque realmente no hay no hay oídos de parte del Gobierno. No hay oídos, no hay oídos, se taparon los oídos”.
Habló sobre la situación que se vive en el municipio de Pantelhó, en donde el padre Marcelo Pérez apoyó a la población que denunciaba la opresión por parte de grupos vinculados al crimen organizado.
“Hay familias que están sufriendo. Hay muertos en Pantelhó, hay más de 200 muertos, hay desplazados, hay muchas cosas que hay aquí en Chiapas, simplemente no hay autoridad para eso”.
“Cuando llegamos a una dependencia de gobierno, simplemente dicen: calma, no haga nada, calma, tenga calma. ¿Cómo vamos a tener calma si nuestro familiar está muerto, si nos asesinaron cobardemente a nuestros familiares? ¿Cómo vamos a tener calma?”, se preguntó.
“Mi hermano, en una peregrinación en Tuxtla, justamente en la capital chiapaneca, estaba pidiendo justicia, paz. Él pidió claramente que el Gobierno nos tome en serio. Queremos una paz, tenemos el derecho de vivir tranquilamente, de dormir tranquilamente, en paz, sin ningún miedo”.
Romeo Pérez dijo que, a pesar de estas circunstancias, siguiendo las enseñanzas de sus padres y el legado de su hermano, decidieron vivir sin rencor. “Nosotros, como familiares, nosotros no somos de odio, nosotros no somos de venganza. Es el mensaje que dejó mi hermano, somos (gente) de paz”.
Exigen se reconozca la inocencia del padre Marcelo y de dos detenidos
Al tomar la palabra, el Arzobispo Rodrigo Aguilar Martínez, haciendo una similitud con la vida del padre Marcelo Pérez, recordó que Fray Bartolomé de Las Casas “no fue aceptado plenamente, especialmente por quienes no querían renunciar a sus privilegios de tener como esclavos a los indígenas; sin embargo, de ellos fue gran defensor”.
“El Padre Marcelo Pérez Pérez fue un incansable defensor de los derechos humanos de cuanta persona estuviera en dificultad, especialmente de los pueblos indígenas en Chiapas, como tsotsil que era; pero sensible y atento a la realidad de todos los indígenas del país y del continente. El Padre Marcelo reconocía que su vida valía menos que la paz con verdad y justicia”, dijo al recordar su asesinato ocurrido en el barrio Cuxtitali, en la ciudad donde ahora las autoridades municipales le dicen reconocer su legado.
Sin embargo, dijo el Arzobipo, la Fiscalía del estado de Chiapas había criminalizado al sacerdote, culpándolo de delitos que se cometieron en el municipio de Pantelhó, “y había girado una orden de aprehensión en su contra, lo mismo que en contra de otros dos indígenas, el catequista y candidato al diaconado permanente en la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Pedro Cortés López y al carpintero Diego Mendoza Cruz”.
A los tres se les acusó de ser los autores intelectuales de la desaparición de 18 personas, ocurrida el 26 de julio de 2021. Aunque nunca hubo pruebas se mantuvo vigente una orden de aprensión en su contra y se detuvo a los dos indígenas.
“Yo obtuve la gracia verbal pronunciada por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en presencia física del Gobernador Rutilio Escandón Cadenas, reconociendo la inocencia del Padre Marcelo; pero sí fueron detenidos con violencia y llevan más de dos años presos Pedro Cortés López y Diego Mendoza Cruz”.
El seguir manteniendo la imagen del sacerdote Marcelo como culpable de un delito, y tener en prisión a dos de sus coacusado, uno de ellos candidato a Diaconado y hombre reconocido y avalado en su calidad de líder moral por las comunidades de Pantelhó, el Arzobispo dijo que la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas ve “un contrasentido la entrega de esta medalla, existiendo estos hechos”.
“Anhelamos que se llegue a fondo en la investigación sobre los autores materiales e intelectuales del asesinato del Padre Marcelo. En cuanto a los dos detenidos, Pedro Cortés López y Diego Mendoza Cruz, enfrentan un juicio plagado de irregularidades, calumnias y mentiras, como la afirmación de que los tres, estando presentes en la cabecera municipal de Pantelhó el día de la desaparición, habrían participado en la captura y traslado a destino desconocido de los hoy desaparecidos”.
Lo que queda claro -dijo el obispo es que sistemáticamente se está negando el acceso a la justicia a las víctimas y sus familiares, no sólo los del 26 de julio de 2021 sino los de los años previos, más de 200 desaparecidos de Pantelhó y sus respectivas familias.
“La medalla póstuma al Padre Marcelo puede tener sentido si se reconoce la inocencia póstuma del Padre Marcelo Pérez Pérez y la de Pedro Cortés López y Diego Mendoza Cruz, para que sean exonerados de todo cargo y liberados de inmediato”.
Rodrigo Aguilar insistió en que reconocer al Pbro. Marcelo Pérez Pérez como defensor de los derechos humanos y promotor de la paz con justicia, es reconocer a los demás hombres y mujeres servidores y servidoras de la Diócesis de San Cristóbal que trabajan por la construcción de la paz y que son perseguidos por esta causa.
“Es reconocer que se ha quedado en el silencio de cómo va el proceso de investigación de la masacre de las 11 personas asesinadas en el municipio de Chicomuselo en mayo de 2024 y que ellas y sus familias, así como toda la sociedad exigen justicia. Es también reconocer que hay presos injustamente recluidos y que deben ser liberados, como lo es el caso de los 5 hermanos presos de San Juan Cancuc”.
Al hablar frente a quienes asistieron al evento, el Arzobispo también dijo que es necesario por parte de los tres niveles de gobierno el reconocimiento de que hay miles de personas desplazadas por la violencia criminal en varios municipios de Chiapas, principalmente en Comalapa, Chicomuselo y la zona sierra, así como en Pantelho y comunidades de la zona tsotsil.
“A las cuales urge se les atienda de manera integral, lo que incluye un retorno seguro, desarme de los grupos criminales y que puedan vivir con tranquilidad y cultivar sus tierras (…) Si lo queremos honrar con esta medalla póstuma, conviene acoger y atender con diligencia dichas preocupaciones y anhelos”.
Dos inocentes permanecen en prisión
Por su parte, la Clínica de Litigio Indígena y Formación en Derechos Humanos (CLIFODH), quienes llevan la defensa de Pedro Cortés y Diego Mendoza, explicaron en un comunicado que si bien la orden de aprehensión contra el Padre Marcelo no fue ejecutada. Sin embargo, Pedro Cortés López y Diego Mendoza Cruz sí fueron detenidos con lujo de violencia y sin respeto alguno al protocolo de detención. Llevan más de dos años presos.
«Ante esta realidad, sorprende profundamente que se haya mantenido vigente la orden de aprehensión contra el sacerdote indígena hasta el día de su muerte y sorprende aún más que hoy, en contraste, se haya reconocido su trayectoria a favor de la paz y los derechos humanos, a casi dos meses de su asesinato. Mientras que de los tres falsamente acusados del crimen de la desaparición de personas uno ya ha sido asesinado y luego reconocido por su trayectoria por la paz y los derechos humanos, los otros dos siguen sufriendo un juicio amañado donde ayer, 10 de Diciembre, se llevó a cabo otra interminable audiencia en San Cristóbal de las Casas».
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