Reflexionan sobre el panorama hídrico de Chiapas para 2030
*Redacción Carlos Almazán
The Nature Conservancy México (TNC México) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), llevaron a cabo el Taller de Introducción al Manejo de Cuencas en Chiapas, con el objetivo de diseñar una estrategia para fortalecer las capacidades de los productores locales, capacitándolos en prácticas sostenibles y tecnologías innovadoras.
Los Sistemas silvopastoriles, la técnica KeyLine y el uso de curvas de nivel, son prácticas orientadas a promover un manejo integrado del paisaje, crucial para la conservación de los recursos naturales y la sostenibilidad hídrica en la región.
Durante los dos días que duró el seminario, se presentaron 19 aportaciones clave del INIFAP en el manejo de cuencas a lo largo de diferentes regiones del país, incluyendo Chiapas. Estas metodologías, que ya han sido adoptadas por usuarios como TNC, la Comisión Federal de Electricidad y diversas organizaciones civiles, se enfocan en el diagnóstico integral, la planificación de intervenciones y la evaluación de impactos en cuencas estratégicas.
El taller del 21 de agosto se centró en cómo aplicar estas metodologías y conocimientos en el contexto local de Chiapas, particularmente en la cuenca de la costa del estado. Esta cuenca se extiende desde el sureste de México hasta Guatemala, abarcando el 90% de su superficie en territorio chiapaneco e involucrando a municipios como Tapachula, Huixtla, Suchiate, entre otros.
Según el estudio de disponibilidad de agua de la región 23 de la costa de Chiapas, publicado por el INEGI en 2011, la región se divide en cuatro subregiones basadas en la desembocadura de los sistemas de escurrimientos de los 23 ríos principales. Estas subregiones son: laguna de Mar Muerto, río Pijijiapan y otros, río Huixtla y otros, y río Suchiate y otros.
La gestión del agua en estas subregiones es crítica, ya que la demanda proyectada para 2030 es de 561 hm³/año, mientras que la oferta sustentable se estima en 424 hm³/año, lo que resulta en una brecha significativa de 137 hm³/año. Este déficit representa un desafío considerable para la gestión hídrica en la región, que requiere soluciones innovadoras y colaborativas.
Un elemento clave abordado en el taller fue la mitigación de la sequía, un problema recurrente en la costa de Chiapas. Para ello, se introdujo el Índice de Precipitación Estandarizado (SPI), una herramienta estadística desarrollada por Edwards y McKee en 1997, que permite evaluar la severidad y temporalidad de las sequías.
El SPI se basa en la distribución Gamma, que se ajusta mejor a la precipitación acumulada en la región. Este índice asigna un valor probabilístico a cada registro de precipitación, facilitando la interpretación de los datos históricos y la predicción de condiciones futuras.
Además de la caracterización de la sequía con el SPI, el taller destacó una serie de medidas de mitigación que los productores pueden implementar para enfrentar este desafío. Entre ellas se incluyen tanto acciones estructurales, como la construcción de infraestructura para la recolección y almacenamiento de agua, como no estructurales, que abarcan la sensibilización y educación ambiental, la restauración ecológica y la adaptación agrícola a las condiciones de sequía.
El Programa Hídrico Regional Visión 2030, un modelo de análisis prospectivo desarrollado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), también fue un tema de discusión relevante en el taller. Este programa proyecta la demanda de agua en la costa de Chiapas y propone medidas para cerrar la brecha entre la oferta y la demanda.
Las acciones propuestas incluyen el establecimiento de reservas de agua, la investigación aplicada para la caracterización de acuíferos, y la mejora en la eficiencia del uso del agua en todos los sectores, especialmente en la agricultura, que es el segundo mayor consumidor de agua en la región.
Durante el taller, se enfatizó la importancia de la participación activa de las comunidades en la gestión de sus recursos naturales. La integración de prácticas como los Sistemas Silvopastoriles y el KeyLine no solo mejora la productividad agrícola, sino que también contribuye a la conservación del suelo y el agua, elementos clave para la sostenibilidad a largo plazo.
Finalmente, el taller concluyó con un llamado a la acción para continuar trabajando en la gestión integrada de las cuencas en Chiapas. Los desafíos identificados, como la brecha entre la oferta y la demanda de agua, así como la necesidad de mitigar los efectos de la sequía, requieren un enfoque coordinado y basado en la ciencia. La colaboración entre TNC México, INIFAP y las comunidades locales es fundamental para lograr estos objetivos y asegurar un futuro sostenible para la región.
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