Mujeres indígenas de cinco colectivos, preocupadas por el avance del crimen organizado en sus comunidades

Preocupa el avance del crimen organizado

Mujeres indígenas de cuatro colectivos diferentes se dijeron preocupadas por el avance del crimen organizado en sus territorios, por lo que llamaron urgentemente a fortalecer el tejido social y que este flagelo arrase con sus comunidades.

En el marco de la Sexta Asamblea del Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y Nuestros Territorios, decenas de mujeres chiapanecas procedentes de diversos pueblos originarios con diversas lenguas, se dieron cita para analizar el contexto que vive Chiapas y las amenazas para sus comunidades.

Desde Tonalá, en la Costa de Chiapas, donde se encontraron el pasado fin de semana, las mujeres de Chiapas, procedentes de las regiones Zoque, Tsotsil, Tseltal, Ch’ol, Costa, se reunieron para reflexionar lo que pasa en sus diferentes lugares de origen.

Mujeres de cinco colectivos reunidas

VI Asamblea del Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y Nuestros Territorios

 

Tonalá, Chiapas, México.

14 de septiembre del 2024

 

A la Sociedad Civil

A las Luchas y Resistencias

A Mujeres de Organizaciones, Redes y Colectivos

Organizaciones Internacionales

Organizaciones de Derechos Humanos

Mujeres de Chiapas, provenientes de las regiones Zoque, Tsotsil, Tseltal, Ch’ol, Costa, nos reunimos para analizar, reflexionar, compartir, aprender, sanarnos colectivamente y compartimos nuestra palabra común:

 

En nuestra región Costa las mujeres expresamos nuestras preocupaciones por el contexto de violencia e inseguridad que estamos viviendo en nuestro estado. Así mismo reprochamos el despojo de la tierra y el territorio, la vulneración de la sociedad por la construcción del Tren Transístmico en nuestro territorio. También denunciamos los abusos en los costos de los recibos de luz, el hostigamiento, los cortes de energía, los apagones constantes que descomponen nuestros electrodomésticos.

 

Nosotras de la Región Altos, nos hemos percatado que de marzo a septiembre del año en curso la situación en torno al crimen organizado se ha agravado cada vez más en los territorios de Chenalhó, Pantheló y extendiéndose a Chalchihuitán. Esta situación se está contagiando como una enfermedad.

 

Los enfrentamientos armados, detonaciones y bombas, así como la quema de casas han provocado desplazamientos forzados. Donde antes eran nuestras parcelas, hoy sólo queda un olor a muerte, los zopilotes sobrevuelan los cuerpos que no podemos recuperar, ya no podemos ir a nuestras parcelas, esta situación nos genera mucho miedo y nos imposibilita de ir a trabajar en nuestra milpa. Frente a la carencia de los alimentos, tenemos que comprarlos a precios muy altos.

 

Las familias se quedan sin posibilidades de comunicación, incluso con las mismas autoridades de la comunidad. Las mujeres somos las principales afectadas porque violentan nuestros derechos y nuestra dignidad. Ya no podemos vivir tranquilas, el estar viviendo bajo amenaza constante nos causa consecuencias emocionales, mentales, físicas y espirituales. Las múltiples violencias perpetradas contra nuestros cuerpos, como violaciones sexuales, nos impiden movernos libremente por nuestros territorios. Vivimos con miedo de que recluten a nuestros hijos, hermanos, esposos, que secuestren a nuestras niñas y niños.

A las mujeres de la Región Norte Selva y Zoque nos preocupan las desapariciones de personas, el encarcelamiento de inocentes, los despojos de tierra hacia los pueblos originarios a causa de los megaproyectos de muerte como el mal llamado Tren Maya, los ecocidios, los monocultivos de palma africana y fragmentación de nuestros territorios, la pérdida de conocimientos y la desvalorización de la medicina herbolaria, así como la pérdida de la soberanía alimentaria.

Todo lo anterior nos afecta mucho y principalmente a las mujeres en nuestra salud, ha aumentado el cáncer de piel y colón, así como miomas y quistes. También tenemos miedo, desesperación, tristezas, insomnio, incertidumbre y ansiedad.

 

Nosotras las mujeres jóvenes de distintas regiones nos preocupa el aumento de la violencia en nuestras comunidades, el aumento de la drogadicción y el avance del crimen organizado.

 

Nosotras nos sentimos inseguras, preocupadas y tristes porque esta situación nos está rebasando y afecta todos nuestros derechos.

 

En los últimos seis meses todas las regiones hemos constatado el aumento exponencial del crimen organizado. El incremento del consumo de droga en las y los jóvenes, la cooptación de ambas por parte de organizaciones criminales, el aumento de trata de personas, la explotación sexual, los levantones, las desapariciones, las ejecuciones y el sobrevuelo de drones se ha vuelto cotidiano. Nos hemos dado cuenta que en los enfrentamientos participan personas provenientes de otros estados cuyos cuerpos se suman al número de personas no identificadas.

 

Ante todo esto es necesario y urgente fortalecer la organización del tejido social comunitario, una organización que parta de lo local, colectivo, comunitario para articularnos en redes más amplias para que juntas podamos hacer frente a la situación de desplazamiento, muertes y destrucción.

 

Proponemos generar análisis de riesgo y protocolos de seguridad, así como trabajos de sanación colectiva que nos permitan mantenernos fuertes, sanas y alegres. Proponemos organizarnos entre las sociedad y exigir nuestro derecho a la seguridad y la paz.

 

Recuperar la dinámica del cultivo de los alimentos temporales, respetar los ciclos y la capacidad de la tierra para el establecimiento de los cultivos con semillas criollas.

 

Como mujeres y madres queremos proporcionar a nuestras hijas e hijos una vida libre de violencia y de cuidados para su cuerpo, sus emociones y cultura.

 

Queremos un mundo sin miedo donde podamos sembrar en nuestras parcelas, disfrutar de los frutos de la tierra y de nuestro trabajo, donde las mujeres jóvenes y niñas crezcan libres, sanas, con oportunidades y orgullosas de su identidad. Tenemos la esperanza de tener una vida digna, una vida feliz, una vida libre de violencia, que salgamos sin miedo y que las futuras generaciones tengan un pensamiento crítico y constructivo. Nuestra esperanza es que las personas malas se den cuenta que nos hacen daño y que respeten nuestras vidas.

 

Hacemos un llamado para que paren los conflictos y podamos vivir con tranquilidad. Invitamos a más mujeres a que se unan a nuestras luchas para recuperar nuestra sociedad libre de violencia en donde prospere la paz, la justicia y la dignidad.

 

Exigimos respeto a nuestras comunidades organizadas, a la resistencia y a las autonomías.

 

Hacemos un llamado al pueblo en general, a los y las jóvenes que despertemos la conciencia y denunciemos los atropellamientos y corrupción por parte de las autoridades, también llamamos a seguir hermanándonos desde el rincón más alejado del mundo.

Tierra Madre y territorio somos una. Juntas y organizadas venceremos

Atentamente:

Red de Mujeres de la Costa en Rebeldía, Zona Costa

Colectivo Defensoras de Nasakobajk (Defensoras de la Madre Tierra), Zona Zoque

Colectivo Tsijilba Bij (Nuevo Camino), Zona Selva Ch’ol y Tseltal

Colectivo Nichim Antsetik (Flor de Mujeres), Zona Altos Tseltal

Colectivo Antsetik Ts’unun (Mujeres Colibrí), Zona Altos

 

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