Minerales extraídos ilegalmente, droga y migrantes, la mercancía que se trafica en La Concordia, Chiapas
El presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró el pasado 2 de agosto el “Puente La Concordia”, una obra que atraviesa uno de los brazos de la presa hidroeléctrica La Angostura, cuyo afluente pasa por el municipio La Concordia. Este puente agilizará el paso de personas y mercancía que cruza de la zona sierra/fronteriza al centro del estado de Chiapas.
El municipio La Concordia ha sido uno de los epicentros de la disputa entre los cárteles de Sinaloa (CDS), el Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el llamado Cartel Chiapas-Guatemala, porque es la conexión entre las dos regiones.
Durante la visita que el presidente mexicano hizo al lugar, periodistas atestiguamos como el mineral llamado barita -extraído ilegalmente de las minas ubicadas en los ejidos El Naranjo, Nueva Morelia, Santa María, Ricardo Flores Magón, Grecia y Benito Juárez, del municipio Chicomuselo ubicado en la sierra-, es transportado por el brazo de la presa La Angostura, sobre la que se construyó el puente, a través de pesados camiones de carga que son llevados sobre barcazas, unas plataformas de acero y madera llamadas “chaflanes”.
El cruce a través de estas barcazas, que también transportan personas y todo tipo de mercancía, serán sustituidas por el puente recién inaugurado.
La frontera de la disputa
El viernes 2 de agosto, alrededor de las 13 horas, dos helicópteros del Ejército mexicano aterrizaron en un helipuerto improvisado que establecieron a menos de un kilómetro de lo que llamaron “Puente La Concordia”, para llevar al presidente Andrés Manuel López Obrador a inaugurar la conclusión de la obra; un acto simbólico porque aún no se permite el paso de transporte en el lugar.
Al evento llegaron no más de 500 pobladores de la región; los organizadores tuvieron que quitar sillas y acomodar el espacio para que no se viera semivacío; llevaron a trabajadores que participaron en la obra y a más de una centena de jóvenes -hombres y mujeres- militares y de la Guardia Nacional (GN), vestidos de civil.
Abajo del puente, a nivel de la presa, el cruce del afluente en las barcazas con capacidad para llevar camiones de carga, continuó ininterrumpido.
Camiones de carga, autos particulares, personas en motocicleta y camionetas de transporte público con la leyenda “Chicomuselo-Frontera Comalapa” -ambos municipios ubicados en la zona sierra/fronteriza, al otro lado de la presa-, son trasladados en las planchas.
El ambiente se siente tenso, en una de las barcazas, ya inservible, que está a la orilla del camino, se pueden observar disparos de arma de grueso calibre; las balas que atravesaron gruesos bloques de acero, son el recuerdo de que, en este mismo lugar, el 31 de marzo pasado, se enfrentaron dos grupos del crimen organizado -los del otro lado de la presa contra los que operan en La Concordia-, y luego uno de estos grupos con efectivos de la GN.
Ahí murieron 10 personas según la versión de las autoridades (varias decenas según organizaciones humanitarias), y se detuvo a 13 presuntos involucrados, entre ellos seis originarios de Guatemala.
Un poblador que espera el transporte acepta relatar -con la condición de que su testimonio se anónimo- cómo se vivió ese día. “Llegaron en carros del otro lado de la presa, iban bien armados, obligaron a los operadores del chalán a cruzarlos (…) primero fueron a un rancho donde mataron gente; luego regresaron y ya aquí se enfrentaron con los de la Guardia (Nacional)… Nos tuvimos que aventar al agua, esconder donde pudimos”.
Narra que en ese lugar ha habido dos fuertes enfrentamientos entre el cártel que opera en la zona sierra-fronteriza, y el que está en La Concordia, de este lado de la presa.
No hay ninguna versión oficial sobre quienes son estos grupos, pero las imágenes que han dejado en bardas, los mensajes que dejan en cuerpos de personas asesinadas, y los videos que difunden en redes sociales los propios grupos criminales, señalan que en La Concordia se trata del CDS, y del otro lado de la presa, en Chicomuselo y Frontera Comalapa, desde mediados de 2021 opera el CJNG con un brazo autodenominado “MAIZ”. En enero de 2024 un nuevo grupo -presuntamente escisión del Jalisco- entró a la disputa, el autonombrado Cartel Chiapas-Guatemala.
Barita extraída ilegalmente
Un poblador que cruza en barcaza el brazo de la presa asegura que está es “la zona roja”, la barrera natural entre las dos regiones -la sierra/fronteriza y el centro del estado- que se disputan los cárteles. ¿Qué es lo que hace valioso este cruce?
En septiembre de 2021 miles de migrantes atravesaron de forma visible el estado de Chiapas a través de este lugar. Lo hicieron cuando el gobierno mexicano les cerró el paso por la zona costera que inicia en el municipio de Tapachula.
Los migrantes subieron de Tapachula hacia la zona sierra, bordearon la frontera; luego, por el municipio de Chicomuselo, se internaron hasta llegar a La Concordia, donde atravesaron por las barcazas hacia el centro del estado de Chiapas.
Antes de esa fecha esta ruta ya era utilizada por traficantes de personas para llevar a migrantes que entran a México a través de la zona conocía como La Mesilla, ubicada en el municipio de Frontera Comalapa, colindante con Guatemala.
Es decir, las presas hidroeléctricas, como La Angostura, son otras de las rutas de tráfico de migrantes, pero a diferencia de la ruta de la costa, en este lugar las personas migrantes no son visibles porque casi siempre son guiados por traficantes que los llevan ocultos en vehículos de carga.
Droga y armas son otras de las mercancías que los grupos del crimen organizado trasladan por la región. En noviembre de 2021 fueron detenidos en La Concordia, en donde se habían refugiado, dos personas involucradas en lo que el gobierno federal presentó como “Cartel Chamula”, que opera en la zona indígena de Los Altos de Chiapas, y quienes fueron acusadas de participar en el asesinato de un fiscal indígena.
Sin embargo, la nueva carga que ahora transportan por este paso es la barita, un mineral que prolifera en el subsuelo de la zona sierra de Chiapas.
“Su elevada blancura le hace ser un pigmento blanco muy apreciado. También su elevada densidad le permite ser de utilidad en materiales de construcción y de perforación de pozos. Por otro lado, también se utiliza en pantallas y papillas para radiografías. Además, unas de sus principales aplicaciones son la industria papelera y la fabricación de gomas y caucho”, dice la empresa Minerals & Fillers en su página web.
Hasta mayo de 2024 en la zona sierra, particularmente en el municipio de Chicomuselo, vecino de La Concordia, había 11 concesiones mineras que abarcan unas 20 mil hectáreas de terreno. En este municipio, desde 2009, la población se organizó para impedir la actividad minera por el daño que estaba provocando al medio ambiente y a la salud; en ese año fue asesinado el ambientalista Mariano Abarca, lo que provocó que la población del municipio se movilizara y lograra detener toda actividad minera.
Fuer hasta mediados de 2022, cuando los cárteles de la droga ya se disputaban la región sierra/fronteriza, que los pobladores de Chicomuselo denunciaron que la extracción minera se reactivó de manera ilegal, y que quienes estaban realizando esta actividad eran parte de estos grupos criminales.
En un comunicado de ese año dicen: “El 26 de septiembre de este año el movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio denunció públicamente la situación de amenazas, hostigamiento e intimación contra las defensoras y defensores de los derechos humanos en el municipio de Chicomuselo, Chiapas ante la presencia de empresas y personas interesadas en reiniciar la explotación minera en diversas localidades de este municipio como son: El Naranjo, Nueva Morelia, Santa María, Ricardo Flores Magón, Grecia y Benito Juárez, promoviendo actividades mineras sin la consulta previa e informada, sin el consentimiento de los ejidos y comunidades y sin el estudio de impacto ambiental, estamos claros que hasta ahorita no existe ninguna forma de extracción minera ecológica y sustentable, seguiremos defendiendo nuestro territorio.
“El día 16 de Octubre ingresaron a la cabecera municipal de Chicomuselo diversos camiones de carga para trasportar material minero y el día 17 de octubre los habitantes del ejido Santa María se percataron que dichos camiones ya se encontraban en el lugar de donde han estado extrayendo el material de barita; material minero que se usa para perforación de pozos petroleros y para el sector extractivo de manera ilegal”.
En junio de 2023 la extracción ilegal se había concretado, por lo que en la marcha que efectuaron en Chicomuselo, la población leyó un comunicado donde denunciaron “la presencia del crimen organizado que opera con total impunidad con el objetivo de controlar el territorio, saqueo, extracción y explotación minera y cobro por derecho de piso y de paso violentando los derechos humanos. El ingreso de personas armadas presionando e intimidando a los ejidos para permitir el saqueo de material minero como en el caso de Santa María, Grecia y Nueva Morelia.”
De las comunidades donde se encuentran las minas de barita -El Naranjo, Nueva Morelia, Santa María, Ricardo Flores Magón, Grecia y Benito Juárez- a el cruce por la presa de La Angostura y con ello al centro del estado, hay entre 30 y 120 minutos.
Minería ilegal, el nuevo negocio del crimen organizado
En La Concordia la barita extraída ilegalmente de Chicomuselo es transportada en camiones de carga, que luego cruzan la presa La Angostura a través de las barcazas que se encuentran en el lugar donde se construyó el “Puente La Concordia”.
Un trabajador de la empresa que construyó el puente, mostró a varios reporteros que acudimos el 2 de agosto a la inauguración de la obra, los restos de barita que uno de los camiones tuvo que descargar a la orilla de la presa, porque su pesada carga le impidió subir el terraplén para integrarse al camino pavimentado.
Explicó que diario cruzan alrededor de una docena de camiones de carga transportando este mineral. En las tres horas que estuvimos en el lugar, vimos a dos de esos vehículos atravesar la presa.
“No sabemos de dónde la traen, ni para donde la llevan. Lo que hemos visto es que las piedras pesan mucho, la gente de Chicomuselo dice que se llama barita (…) nosotros no preguntamos nada de la carga, nada de lo que llevan. Aquí lo mejor es no preguntar”, explicó uno de los operadores de la barcaza.
El trabajador muestra cómo, a consecuencia del peso de los camiones de carga que llevan ese mineral, se abolló la plataforma de acero de una de las dos barcazas que usan en el lugar.
Gustavo Castro, director de la organización ambientalista Otros Mundos, explicó que la barita que se está extrayendo es ilegal, porque aun cuando hay concesiones para su explotación, está no se puede realizar sin que la asamblea ejidal del lugar donde están las concesiones, apruebe el uso del suelo y el derecho de paso.
“Se debe acordar con el ejido la extracción, el gobierno federal debe aprobar el uso de explosivos necesarios para abrir las minas, debe haber estudios ambientales y los permisos de las autoridades del área para reducir el impacto de este tipo de actividades”, explicó.
Las condiciones de inseguridad en las que se encuentra la región hacen imposible llevar a cabo todo este proceso, porque incluso hay ejidos cuya población se ha desplazado.
Castro concluyó que, al igual que ha sucedido en otros estados del país, todo parece indicar que grupos del crimen organizado están participando en la extracción ilegal de minerales, como parte de la diversificación de los negocios ilícitos de los que se benefician. La pregunta ahora -dice- es ver quién o quiénes son los compradores de este recurso.
“Le pedimos a Dios que no haya desastre”
Durante la inauguración del “Puente La Concordia”, el presidente mexicano anunció que antes que termine su sexenio, en septiembre, el circuito para comunicar las regiones -sierra/fronteriza y centro- quedará terminado cuando se concluya la construcción del puente Rizo de Oro, que está a solo unos 15 kilómetros de distancia.
De acuerdo al presidente, estos dos puentes acortaran la distancia y el tiempo que ahora se invierte en comunicar estas regiones.
A la par de los puentes, también se rehabilitaron 127 kilómetros de carretera que comunican La Concordia con la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez. Sobre esta carretera hay letreros anunciando el nombre de los municipios, varios de ellos están atravesados por disparos de armas de grueso calibre, señal de la violencia y los enfrentamientos que se viven en la región.
“Por una parte, está bien que está el puente, pero le pedimos a Dios que no haya desastre”, dijo uno de los habitantes de la zona. “Lo que pedimos (al presidente) es que las cosas las haga bien, no sé si va a poner caseta (de vigilancia, en las entradas al puente). Estaría bien que pusiera caseta, en la forma que esté más seguro nuestro pueblo. Si está libre (el paso) va a ser más inseguridad”, lamentó.
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