Chiapas ha perdido más de la mitad de sus bosques por la expansión de cultivos.

Mapa del sureste mexicano.
Ilustración: TNC

*Un proyecto integral para el desarrollo sostenible en Chiapas y  el sureste de México

*Redacción Carlos Almazán

El sureste de México se enfrenta a un reto crucial: equilibrar el desarrollo económico con la conservación ambiental. En respuesta a esta necesidad, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha financiado el proyecto «Conservamos, prosperamos y transformamos hacia la sostenibilidad», liderado por The Nature Conservancy.

El proyecto tiene como objetivo principal incrementar la superficie bajo sistemas productivos sostenibles y rentables en la región, contribuyendo de manera significativa a la reducción de la deforestación, las emisiones de gases de efecto invernadero, y a la mejora de los medios de vida de las comunidades locales.

Chiapas, uno de los estados donde se implementa el proyecto, es el segundo con mayor deforestación en el país. Información proporcionada por “MARACC Chiapas” indica que entre los años 2002 y 2014, se perdieron 2,300.85 km² de bosques y selvas primarios, siendo el cambio de uso de suelo por la ganadería extensiva y la agricultura la principal causa de esta pérdida.

Chiapas es el tercer productor de ganado más importante de México, y esta actividad ocupa casi 3 millones de hectáreas, lo que representa el 33% de su superficie. El 90% de las unidades ganaderas son extensivas. En cuanto a la agricultura, el 82% de la superficie cultivada está dedicada al maíz, frijol y café, que ocupan casi un millón y medio de hectáreas, aunque la producción tiene un rendimiento muy bajo.

La deforestación en Chiapas no solo amenaza la biodiversidad y degrada los suelos, sino que también aumenta la vulnerabilidad de la región ante eventos hidrometeorológicos extremos y reduce servicios ambientales esenciales, como el agua y el almacenamiento de carbono.

Además, la conversión de bosques para uso agrícola y ganadero es el principal emisor de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el estado. Solo en 2005, se emitieron 16,182.08 Gg de CO2, lo que representó el 57% de las emisiones totales del estado, agravando la crisis climática y afectando directamente a las comunidades que dependen de estas actividades.

Para lograr estos objetivos, el proyecto impulsa tres pilares fundamentales: comunidades que conservan, comunidades que prosperan, y comunidades que transforman. A través de las Redes de Innovación Territorial (RITER), se fomenta el aprendizaje colaborativo y el liderazgo social, mientras que se desarrollan productos financieros adaptados a las necesidades locales para fortalecer la sostenibilidad y la innovación en las actividades productivas. Además, se genera una alineación estratégica con los gobiernos estatales del sureste para atraer inversiones que impulsen la conservación y el desarrollo sostenible.

Los resultados esperados del proyecto son ambiciosos: mejorar los medios de vida de 40,000 personas, gestionar de manera sostenible 350,000 hectáreas, movilizar 60 millones de dólares en fondos, y reducir o evitar la emisión de 750,000 toneladas de CO2, lo que equivale a las emisiones de 160,000 automóviles en un año.

Este proyecto se presenta como un modelo de cómo la cooperación internacional, el desarrollo económico y la conservación ambiental pueden integrarse para crear un futuro más sostenible para Chiapas.

Siembra

Cortesía: Asociación Tikal

The Nature Conservancy también destacó los 800 mil árboles sembrados en las regiones del centro y costa del estado, esto en el contexto de una de las sequías más severas.

TNC busca conservar las tierras y aguas de las que depende la vida desde 1951. Hoy están presentes en 76 países del mundo y trabajan para conservar la naturaleza tanto por su valor intrínseco, como por el bienestar que aporta a las personas.

Su presencia global y capacidades les permiten generar impacto a gran escala para abordar algunas de las amenazas más apremiantes de la humanidad. Los sitios globales representan tanto sucursales regionales como a filiales locales de The Nature Conservancy (TNC) que son entidades separadas.

Dicha iniciativa es parte de su compromiso por transformar los sistemas convencionales en modelos sostenibles, lo que mejora la calidad de vida de las personas y cuida la salud del planeta.

Para el TNC, Chiapas es una de las regiones con mayor biodiversidad, aunque el problema es que ha perdido más de la mitad de sus bosques por la expansión de cultivos.

Entre los trabajos se encuentra el proyecto “Ganadería Silvopastoril en Chiapas”, el cual combina la producción ganadera con el cultivo o manejo de árboles, arbustos y pastos. En Chiapas, dicho modelo se aplica en: El Triunfo, Ejido de la cuenca Nueva Palestina, Ejido Villahermosa, Ejido Nueva Jerusalén, Comon Yaj Nop Tik, Ejido Villahermosa, San Pedro y Buenavista y Sub Cuencas de Santo Domingo.

El trabajo realizado va desde la producción de forraje en estratos arbóreos (cercos vivos, árboles en potreros), arbustivos (siembra de leucaena en potreros y bancos de proteína), herbáceo (pastos de alta productividad, banco de energía); conservación de forraje (ensilado, bloques nutricionales); restauración y reforestación de áreas ganaderas liberadas: diseño de potreros & pastoreo racional (cercos eléctricos) hasta el manejo de hato.

De este proyecto, los agricultores se ven beneficiados con la disminución de incidencia de plagas y malezas, control natural de plagas y malezas, insectos benéficos, suelo más fértil, mejor retención de humedad en el suelo, diversificación productiva aumenta opciones comerciales, así como mejor rentabilidad y rendimientos.

Para el medio ambiente los beneficios son: restauración ecológica de suelos, aumento de agrobiodiversidad, retención de carbono, menos contaminación por emisiones o incendios forestales, mejor recarga de acuíferos y permite estabilizar la frontera agrícola.